Cinco policías nacionales fuera de servicio y destinados en La Línea detuvieron en la noche de ayer, martes, en Algeciras al conductor de un todoterreno robado de alta gama que se resistió a ser identificado por los agentes que le habían seguido en el coche particular de uno de ellos, tras observar la conducción temeraria del detenido junto a otro coche, también robado y de lujo. 

Fuentes policiales consultadas por Europa Sur han indicado que los dos vehículos levantaron las sospechas de los agentes cuando circulaban a una velocidad desmedida por la A-7, poniendo en riesgo la seguridad de otros vehículos. Los policías, que acababan de terminar de trabajar y que se dirigían a sus domicilios en las ciudades de Cádiz y Jerez, se percataron de la presencia de los dos coches sospechosos a la altura de Palmones. El que encabezaba la marcha, de hecho, dio unos destellos al que viajaban los agentes para que se apartarse de su camino. Eran aproximadamente las 22:30 y comenzaba lo que bien podría haber sido una escena de una película de acción.

Los agentes no dudaron un segundo y siguieron a los dos coches, que pocos kilómetros más adelante minoraron su marcha tras ver a una patrulla de la Policía Local de Algeciras. En la rotonda de San José Artesano y La Granja, ya en Algeciras y a la altura del kilómetro 112 de la A-7, tuvieron que detenerse al encontrarse con un semáforo en rojo. 

Los cinco policías bajaron en ese momento de su coche y se dirigieron hacia los dos vehículos sospechosos a fin de identificar a sus conductores, únicos ocupantes de ambos. En un relámpago, uno de ellos, un Mercedes de gran tamaño, se dio a la fuga abriéndose paso a la fuerza entre otros coches; el otro, un BMW 6, trató de seguir el mismo camino dando marcha atrás y adelante, brusca y sucesivamente, e impactando con otros coches. "No he pasado más miedo en todos los días de mi vida", asegura un testigo que iba a bordo de un coche.

Según esta persona, el conductor del todoterreno destrozó prácticamente cinco coches. Uno de ellos era un taxi, una furgoneta marca Mercedes con tres filas de asientos, que acabó empotrada literalmente en la mediana. El olor a neumático quemado era penetrante.

El violento intento de huida y el peligro que estaban corriendo las personas que iban en los coches afectados por los golpes llevó a uno de los policías a hacer uso de su arma reglamentaria, disparando una vez a las ruedas del BMW 6 para inmovilizarlo. La bala, sin embargo, no llegó a reventar la rueda y tras rebotar, impactó en la cabeza de uno de los policías, aunque, afortunadamente, apenas sufrió un rasguño.

Sus compañeros, entre tanto, lograron abrir una de las puertas del coche y agarrar al conductor. Eso no impidió, según el testigo, que el delincuente continuase acelerando y dando volantazos. Finalmente y tras unos minutos eternos, lograron sacarle del habitáculo, inmovilizarle en el suelo y detenerle.

Otros testigos presenciales puestos en contacto con Europa Sur han relatado el estupor que pasaron tras verse involucrados en el incidente. "Fue todo rápido, con golpes y disparos. El otro coche pasó por encima de nosotros. Pasamos mucho miedo", relata una de esas personas.

Ocho veces detenido

La Policía Nacional, según las fuentes consultadas, ha comprobado que al individuo, de 24 años y natural de Los Barrios, le constan ocho detenciones anteriores por ponerse al volante sin tener siquiera permiso de conducción. El otro conductor, el huido en el Mercedes, es un marroquí.

Será mañana cuando el arrestado pase a disposición judicial, dado que hoy es festivo en Algeciras. Por el momento, la Policía le atribuye los delitos de intento de homicidio (dado que uno de los agentes tuvo que apartarse para evitar que lo atropellase), robo, falsificación y delito contra la seguridad vial. Tanto el Mercedes como el BMW habían sido robados en las provincias de Jaén y Barcelona y las matrículas que mostraban habían sido dobladas, es decir, pertenecían a otros coches. 

Todo apunta a que los dos vehículos eran utilizados para el transporte de hachís por parte de narcotraficantes puesto que sus asientos traseros habían sido arrancados y en el BMW había restos de arena de playa. Los dos conductores, además, llevaban guantes para evitar dejar huellas en los vehículos.