OBSERVATORIO DE LA TROCHA | NUESTRA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA

La arquitectura algecireña de 1970 a 2021 (y III)

  • La ciudad actualmente presenta una absoluta heterogeneidad urbanística y arquitectónica

  • Algeciras en este último medio siglo ha experimentado una enorme transformación

Auditorio Millán Picazo

Auditorio Millán Picazo / E.S.

Para finalizar esta serie de artículos sobre la evolución de nuestra arquitectura, hemos de analizar los edificios y el urbanismo de nuestra ciudad en los últimos cincuenta años, un periodo de suma trascendencia en la evolución urbana de Algeciras.

En él se han producido dos fenómenos muy relevantes: la destrucción del patrimonio arquitectónico algecireño en el casco histórico, en un 90% y la enorme expansión de nuestra ciudad en diferentes barriadas, sin un plan urbanístico racional. El urbanismo en nuestra ciudad es una asignatura pendiente sin atisbo alguno de solución. En muchas zonas del casco urbano se han levantado verdaderas aberraciones arquitectónicas, como en las calles de Regino Martínez, Cánovas del Castillo o Gral. Castaños, entre otras, que han sustituido a bonitas casas del barroco andaluz o del modernismo. No entiendo cómo se permitió la construcción de un horrible edificio tras la demolición de la elegante casona que fue morada del médico Ventura Morón, en la calle Ancha o Regino Martínez.

La arquitectura de estos cincuenta últimos años se caracteriza por una gran diversidad de estilos, como también sucede con la literatura, en la que la variedad de temas y formas es muy significativa. Ya no existe un determinado movimiento artístico, literario, arquitectónico o pictórico. Cabe señalar el edificio del Hotel Octavio, que data de finales de los años sesenta, catalogado como ejemplo de la arquitectura racionalista moderna.

En las décadas de los años setenta, ochenta y principios de los noventa, en Algeciras se van a construir varias edificaciones que se inspiran en modelos arquitectónicos de la tradición andaluza, que pueden denominarse como de estilo neoandaluz. En ellos se recuperan elementos tradicionales como tejas,  molduras entorno a sus vanos y tanto balcones como miradores (cierros) con rejas de factura con tendencia más artística, que intentan imitar a los de hierro forjado tradicionales.

Los primeros que fueron construidos son los de la Plaza Alta, entre las calles Santísimo y Miguel Primo de Rivera (Rocha) con pilastras en sus balcones y cuyas molduras fueron diseñadas por Gómez de Avellaneda y el que hace esquina entre las calles Juan Morrison y San Juan, en cuya planta baja estuvo el emblemático restaurante Montes. Es muy destacable el edificio con miradores (cierros) de estilo gaditano o malagueño situado en la plazuela Juan de Lima.

Se fueron extendiendo por el barrio de San Isidro, al que han dotado de un aspecto de barrio andaluz, lo que jamás fue; sus casas y puertas, de una sola planta con tejados de tejas árabes a dos aguas, eran muy humildes y en cuyos patios se hacinaban los vecinos. Aquella arquitectura representaba la pobreza del antiguo barrio de la Matagorda. Actualmente, estas casas "neoandaluzas" de los años sesenta a los noventa han mejorado en mucho el aspecto de este barrio. Destacan los edificios de la esquina entre las calles Libertad y José Román o los de la esquina entre esta calle y la calle Ruiz Tagle, entre otros varios. 

Otro tipo de construcciones que comenzaron a surgir a partir de los años ochenta del pasado siglo fueron los chalets y los llamados adosados, que fueron construidos en las zonas de expansión de la ciudad: San García, Getares, Sotorrebolo, la Menacha, Colonia San Miguel, etc. Son construcciones de una o dos plantas, con un pequeño jardín. Algunos de los chalets y adosados en San García muestran una arquitectura con cierta originalidad y estética, frente a la mayoría de los anodinos adosados, sin un estilo definido ni una estética reseñable. Son casas construidas en serie, sin estilo propio.

La construcción de chalets en la zona de Los Pinos ha causado la destrucción de centenares de estos árboles. Podría haber sido un magnífico parque periurbano, pero Algeciras ha carecido siempre de un plan urbanístico adecuado.

Algunas de los edificios han reproducido ciertos modelos clásicos, como la casa de la calle Segismundo Moret, junto al edificio Gaggero, con columnas, frontispicios y balaustradas, o el edifico levantado en 2003 en la esquina de las calles Rocha y Muñoz Cobos, coronado por un torreón cubierto por una cúpula semiesférica rebajada, en su esquina, con pilastras acanaladas y molduras en los dinteles de los vanos superiores. Este edificio se inspira en la arquitectura burguesa del pasado siglo.

Es muy notable el de la calle Ruiz Zorrilla (Secano), en su esquina con la calle Tte. García del Valle, en el solar en que antaño estuvo un caserón, que fue propiedad de Bartolomé Márquez, donde la población se surtía de cal u otros materiales de construcción. Edificado en 1994, este moderno edificio muestra molduras en los vanos y unos copetes o "peinetas" en su parte superior y destacadas cornisas. También merece ser citado el edificio situado en la calle Patriarca Doctor Pérez Rodríguez, levantado en el solar de la finca que fue antes propiedad del doctor Posada. El ático de su esquina semicurva está rematado por un copete alabeado con un óculo en su centro y también se adorna con cornisas. Estos edificios presentan un cierto aire señorial.

En el periodo comprendido entre 1970 y la actualidad se han construido altos edificios en las nuevas barriadas como San Bernabé, El Saladillo, San José Artesano o Doña Casilda, y en la avenida Virgen del Carmen. De entre estas modernas edificaciones yo destacaría dos: el elegante edificio Atenea, situado tras el IES Isla Verde, que cuenta con un enorme arco central y un grandísimo ventanal acristalado, tratándose del mejor y más inspirado bloque de pisos de la comarca, por lo que destaca como pieza casi única en el monótono conjunto de este tipo de edificaciones residenciales. También se debe destacar el atrevido bloque situado en la confluencia del paseo de la Conferencia y la calle Emilio Burgos, con una estilizada silueta en forma de proa de un navío.

Edificio Atenea, el mejor bloque residencial de la comarca Edificio Atenea, el mejor bloque residencial de la comarca

Edificio Atenea, el mejor bloque residencial de la comarca / E.S.

Dejando aparte estos edificios, es necesario mencionar los siguientes: el edificio del Once, la sede actual de la Apba, la residencia de ancianos San José, el Centro Documental, el auditorio Millán Picazo y, cómo no, el edificio Pérez Villalta. Estas construcciones se caracterizan por su vanguardismo y originalidad. El primero, de notable singularidad, se encuentra en la calle Baluarte, en él destacan sus galerías, pérgolas y   arcos que embellecen sus fachadas.  La sede de la Autoridad Portuaria, fue construida en 1995, es exponente de una arquitectura totalmente racionalista, enmarcada dentro de las pautas del "brutalismo", ya que sus fachadas muestran los paramentos en hormigón visto. Su aspecto demasiado frío y macizo se suaviza con la incorporación de vegetación. Destaca su pórtico con dos columnas cilíndricas de metal.

La Residencia de ancianos de San José, edificada en 1999, situada en la barriada de San García, junto a la de la Juliana, muestra una construcción de gran volumen, cuya horizontalidad se rompe con las dos esbeltas torres, coronadas por sendos chapiteles piramidales. Su fachada principal avanza con un cuerpo en forma semihexagonal, con soportal, en su planta baja y galería, en la superior. Destaca su bella capilla, con luminosas vidrieras en sus paredes laterales y un elegante retablo dorado, de tres calles separadas por columnas y un ático con la imagen del Jesús crucificado.

Fachada de la residencia de ancianos San José Fachada de la residencia de ancianos San José

Fachada de la residencia de ancianos San José / E.S.

Interior de la capilla en la residencia de ancianos “San José” Interior de la capilla en la residencia de ancianos “San José”

Interior de la capilla en la residencia de ancianos “San José” / E.S.

El edificio del Centro Documental, situado en la calle Periodista Pepe Vallecillo, lugar donde antiguamente se hallaba el regimiento de Artillería Mixto 5º (antiguo Fuerte de Santiago), data de la pasada década, y en él destacan el tejado tronco-piramidal cubierto por placas de cobre, de su esquina, bajo el cual se abre el luminoso vestíbulo, con galerías adornadas con elementos vegetales.

En cuanto al auditorio Millán Picazo, hay que indicar que su diseño es obra del artista tarifeño Guillermo Pérez Villalta, fue construido para Sestibalsa y posteriormente ampliado para sede del mencionado auditorio. Se encuentra al principio del paseo de las Hispanidad y data de 1995.Es un claro exponente de la arquitectura vanguardista. Sus paramentos están totalmente revestidos de azulejos de diversos colores, al mismo tiempo

“Cúpula” del edificio Pérez Villalta “Cúpula” del edificio Pérez Villalta

“Cúpula” del edificio Pérez Villalta / E.S.

que otros crean una especie de trampantojos con las imágenes de vanos cuadrados. La parte superior muestra un perfil alabeado.

En 2005 se amplía por la cara norte con un añadido revestido de placas de cerámica de color negro, que contrasta abiertamente con el resto del edificio original.

Algeciras es maestra en desvirtuar o adulterar el estilo primitivo de sus edificios. El edificio Pérez Villalta, llamado Centro de Congresos también, fue iniciado en 1990, pero las obras se paralizaron en 2001. Su diseño y toda su decoración, hasta el más pequeño detalle, son obra de Guillermo Pérez Villalta bajo la dirección arquitectónica del gran arquitecto algecireño Enrique Salvo. Fue diseñado para sede la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Algeciras, pero se desestimó luego esta idea, de tal manera que en 2006 se inaugura con el nombre de Edificio Kursaal, como centro de Congresos y centro de Relaciones Permanentes con el Magreb y de la Fundación dos Orillas.

En 2015 se reinaugura como centro de exposiciones y actos culturales y también acoge las delegaciones de Turismo y Cultura. El artista ha querido reflejar en él influencias de edificios clásicos, de casas arábigo-andaluzas y romanas y de la mezquita de Samarra. Es un edificio con una gran carga simbólica que alude al conocimiento, a la fantasía, a lo masculino y a lo femenino y a elementos de la naturaleza.

En su fachada principal destacan su pórtico con dos columnas que hacen referencia a las de Hércules y su alta y esbelta torre-faro, coronada por un templete cubierto de un tejado de forma cónica sobre el cual descansa una veleta con las siluetas de Aquiles y la tortuga. Dentro de esta torre se eleva una escalera de caracol o helicoidal, inspirada en la de Bramante, del Vaticano. Es preciso reseñar las rejerías de las ventanas de su fachada lateral, que mira a la calle catalanes, inspiradas en estilos artísticos muy diversos, como el arte griego arcaico, el etrusco o el de la Secesión vienesa.

En cuanto a su interior, hay que mencionar que consta de tres zonas: la baja o subsuelo, dedicada al mar; la media, a la tierra, y la superior, al aire.

  • Al entrar, nos encontramos con una galería de planta cilíndrica, inspirada en el patio interior del palacio de Carlos I, de la Alhambra, con columnas de hierro fundido, coronada por una cúpula de vidrio cónica, que el autor denomina "el ágora".
  • En el subsuelo hay un gran mosaico con la cara esquematizada del dios del mar Neptuno o Poseidón. Si pasamos al interior, nos encontramos con el ninfeo, un gran patio rectangular con un mosaico alusivo a la almadraba, rodeado por una galería de columnas semejantes a la anterior galería. Por último, se levanta al final el auditorio u odeón, el llamado templo de la sabiduría por el autor.
  • En su interior están las empinadas gradas y en el suelo, la estrella de doce puntas del zodíaco. Está coronado por una cúpula formada por cilindros superpuestos de forma escalonada, revestidos por piezas de cerámica. Varios azulejos con diferentes imágenes completan el simbolismo de este magnífico edificio en todo su interior. Desgraciadamente, este edificio se halla encajonado entre otras edificaciones, lo cual le priva de ser admirado plenamente. Se habló de demoler varias casas de la calle Juan de la Cierva o de la avenida Villanueva, pero no se llevó a cabo este plan, que habría   hecho resaltar mucho más esta   singular obra arquitectónica.

Por último, no quiero olvidarme de aludir a la Plaza de Andalucía. Esta plaza se planificó en el solar donde se levantaba la plaza de toros La Perseverancia, demolida en 1975.Tras once años en que el solar estuvo abandonado, se edificó en 1986 un gran centro comercial, que constaba de dos galerías, la superior cubierta por una sucesión de pirámides de hierro y vidrios sostenidas sobre pilares de hormigón cilíndricos. También se construyó un pequeño auditorio cubierto por el mismo tipo de techumbre y se dotó a todo el complejo comercial de vegetación y de una pequeña fuente con varios surtidores.

Se inspiraba en el modelo del centro comercial La Vaguada de Madrid, aunque de menores dimensiones. A partir de 1990 comienza su decadencia como centro comercial y de ocio, se abandona en 2002 y se demuele en 2004. En su lugar se construyó un nuevo centro comercial en forma de L, que más parece una estación de autobuses.

Dejando a un lado el ámbito estrictamente arquitectónico y haciendo referencia al puramente ingenieril, hay que destacar dos construcciones muy importantes: el grácil y elegante puente de acceso norte al puerto de Algeciras y el viaducto sobre la vaguada de la zona de los Alamillos, sobre el que discurre la autovía Cádiz-Málaga, sostenido sobre una sucesión de pilares y arcos de gran altura y belleza.

Viaducto de Los Alamillos Viaducto de Los Alamillos

Viaducto de Los Alamillos / E.S.

Como conclusión, he de comentar que nuestra ciudad en este último medio siglo ha experimentado una enorme transformación, pasando de un pequeño pueblo de pescadores a una ciudad industrial y de servicios de tipo mediano, decuplicando su extensión hacia el norte, sur y oeste, de forma inimaginable hace cinco décadas.

En esta evolución hay que citar, como parte negativa, la destrucción de la mayor parte de las casas antiguas de su ya mal denominado casco antiguo, que en determinados sectores presenta un impresentable estado de decrepitud y abandono, con solares abandonados y casas ruinosas, y el pésimo plan de ensanche, que ha propiciado una expansión descontrolada, con avenidas que se cortan en un descampado, como la de España, que va de ninguna parte a ningún sitio, u otras calles sin salida o sin continuidad directa, o formando un laberíntico plano. como en zonas de las barriadas de San García o la Colonia de San Miguel.

Algeciras no ha sabido conservar la arquitectura tradicional ni llevar a cabo un plan urbanístico racional como sí han hecho otras poblaciones. Nuestra ciudad actualmente presenta una absoluta heterogeneidad urbanística y arquitectónica. No es una verdadera ciudad en sí misma, sino un conglomerado de barriadas, urbanizaciones y pueblos moriscos, herederos de la tradición de la serranía rondeña, carentes de cohesión y de coherencia urbanística y arquitectónica, pésimamente interconectados.

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