Museo de Algeciras

La pieza del mes: Primer cartel de la Feria Real de Algeciras

  • Se trata de un Edicto de 1850 de Isabel II otorgando el nombramiento de Real a la Feria de Algeciras

  • El documento puede ser contemplado en la sala La Nueva Ciudad del Museo Municipal de Algeciras

El primer cartel de la Feria Real de Algeciras.

El primer cartel de la Feria Real de Algeciras. / Museo Municipal de Algeciras

Seguramente ninguno de los 16.198 habitantes de Algeciras en 1850 que conocieron el Edicto que el 9 de Mayo fue divulgado bajo la firma del Alcalde-Corregidor, D. Ramón María de Sanjuán y del Secretario, D. José Méndez Barrera, imaginaron que esta Real Orden firmada por la Reina Isabel II el 15 de Febrero, concedía Carta de Naturaleza a la mayor y más importante tradición de la ciudad.

Nacía con carácter anual un evento ferial de suma importancia en la época, dado que los mercados de ganado eran una actividad económica fundamental y de primer orden. Se observa en el Edicto que los tres primeros días de Junio fueron los elegidos para el desarrollo del que fue un acontecimiento especial para los vecinos. Su vocación de que la Feria supusiese un atractivo importante para propiciar la llegada de visitantes se refleja en el texto del permiso real, en el que se insta que el Ayuntamiento “verifique con los posibles atractivos para que los concurrentes encuentren aquellos días comodidad, abundancia en la Feria y distracciones que puedan recompensarle las molestias del viaje”. Quedaba claro que el evento veía la luz con vocación de trascender los límites del término municipal algecireño.

El Decreto también contenía los conceptos que con el devenir del tiempo se convertirían en la propia sustancia de la Feria: Iluminación Extraordinaria, diversiones y regocijos públicos como cucañas, regateos de buques, fuegos artificiales, carreras de gallos y novillos, funciones de Teatro, de lírica y recitales de violín. Se observa, que además del motivo principal del festejo, la compraventa de ganado en los diversos puestos de exposición, la Feria Real afloró con una evidente inclinación a servir de esparcimiento y entretenimiento a los moradores de la villa.

Todo ello se refleja en este Edicto perteneciente a los fondos de nuestro Museo, expuesto en la Sala La Nueva Ciudad y con número de inventario 2.621 de la Colección Municipal.

El crecimiento de la Feria fue incontestable y ya a finales del Siglo XIX se calculó en unas 25.000 cabezas de ganado las que transitaron por la misma. En esta época los Puestos se ubicaron en el Paseo del Calvario y en el Salón junto al Paseo Cristina. Desde las primeras ediciones los productos y las mercaderías expuestas fueron cuantiosas y diversas: buñuelos, turrones, dátiles, chacinas, huevas de bonito, albardas, jaeces jumentiles, exóticas telas, muñecos de barro, abanicos de caña. Variada fue también la procedencia de los que podemos llamar primeros feriantes: Granada, Málaga, Córdoba, Ronda, Mairena, Sevilla, Villamartín, Alcalá, Aracena, Zafra y obviamente de las cercanas poblaciones de Tarifa, San Roque, Ceuta y Tánger y toda la Berbería.

Detalle de la firma del Edicto. Detalle de la firma del Edicto.

Detalle de la firma del Edicto.

La Consolidación de una importante Feria Taurina, la aparición de la Caseta como importante y decisivo elemento y la incorporación de nuevas y modernas atracciones y espectáculos, han hecho que 171 años después de esta originaria celebración, nuestra Feria Real se haya convertido en una de las más importantes de cuantas se celebran en Andalucía.

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