Entrevista | Isaac González Sandina

"No quiero que mi Julieta se disfrace por mí"

  • A sus 19 años se estrena como dramaturgo gracias a Las sombras del Arte , una obra en la que un joven libra una lucha contra el reflejo de sí mismo. Apadrinado por el profesor José Juan Yborra, este viernes, a las 11:00, hará una lectura de su trabajo en la Escuela de Arte de Algeciras. "La luz ciega, la sombra te hace abrir los ojos", sentencia.

Isaac González Sandina.

Isaac González Sandina. / M. G.

-Diecinueve años y ya ha publicado su primera obra. Me lleva usted mucha ventaja.

-No siento que tenga ventaja sobre nadie, yo soy un chaval muy normal en mi entorno. Eso sí, desde siempre con inquietudes artísticas. En el momento en que se me presentó esta oportunidad, no podía dejarla pasar.

-Recuerda el Segismundo de Calderón en su obra aquello de "la vida, sueños son". ¿No le da pereza?

-La verdad es que soy un hombre que entre mis defectos está la pereza. Sin embargo, las cosas importantes en la vida se hacen cuando uno está despierto. Por supuesto que tengo sueños, entre ellos ser capaz de dedicarme algún día al arte por completo. Pero a los sueños hay que darle forma y echarle mucho trabajo; aquí la pereza hay que dejarla de lado.

-¿De Algeciras al cielo?

-Desde cualquier lugar se puede llegar al cielo... o al infierno. Y por supuesto que de ambos se puede aprender, incluso del infierno. El título de la obra alude a las sombras, porque pienso que estas son tan importantes como las luces en la creación artística, y de estas sombras podemos sacar cosas bellas. La luz ciega, la sombra te hace abrir los ojos. En la obra el protagonista dice: "En el teatro la luz la tengo de frente, y las sombras a la espalda". Y las sombras las proyecto yo.

-Usted alude al mundo de las drogas en Las sombras del arte. ¿Tan cercanas están?

-Desgraciadamente sí, y al alcance de cualquier persona, y desgraciadamente muchas no ven otra salida que esta para afrontar su día a día.

-Dígame el tópico del Campo de Gibraltar que más se aproxime a la realidad.

-Los tópicos se basan en hechos reales. El problema es reducir la realidad al tópico, porque las cosas son mucho más complejas que un tópico. Tenemos muchos relacionados con el mundo de la droga y de vivir al margen de la ley, pero vivimos en un sitio de frontera. Aquí no para de llegar gente con su propia cultura y costumbres y estamos habituados a convivir con ellos. Esto nos convierte en gente más abierta, esto hace que no haya una mentalidad predominante sino que cada uno tiene su propia manera de ver el mundo. La frontera nos separa del otro, pero aquí lo tenemos tan cercano que perdemos los miedos, porque convivimos con ello. Prefiero quedarme con eso.

-¿José Juan Yborra, su profesor, es el profesor de su obra?

-Esta obra toma puntos de referencia reales, pero si aparece y de la manera que aparece, es porque yo pienso que las actitudes que tiene este maestro en la obra son las que deben tener los profesores de hoy en día. Obviamente, en alguien me he tenido que inspirar.

"Ahora, hablando en serio, Yborra y yo hacemos un gran equipo y, si lo desnucase, el equipo se hundiría"

-Pero a él no lo desnucaría, si me perdona el spoiler.

-En esta obra todos los personajes tienen un elemento simbólico, y que transmiten un mensaje universal. No sé si yo le desnucaría, pero el a mí sí en determinados momentos. Ahora, hablando en serio, Yborra y yo hacemos un gran equipo y, si lo desnucase, el equipo se hundiría.

-Ha contado usted con más mecenas para la edición de su libro que años tiene en su currículo vital.

-Afortunadamente, he recibido mucho más respaldo del que pensaba, así como la indiferencia de un sector que no esperaba. Pero desde luego estaré agradecido siempre a los amigos, compañeros y profesores que me han apoyado.

-¿Mantiene la popularidad a distancia o ya se deja engatusar por los halagos?

-Desde luego que no, esto no es más que el punto de partida. Por supuesto que me gustan los halagos, pero pongo por encima el ser mejor, y eso en gran parte depende de mí.

-Venga, no se haga el arisco y confiese: ¿Para cuándo se ve en los Goya?

-Obviamente, para mí sería un sueño, y ya le he dicho que los sueños hay que trabajarlos. Y yo voy trabajar todo lo que esté en mi mano para poder cumplir mis sueños.

-¿Se barrunta de viejo cascarrabias o como abuelete enrrollado con los nietos?

-Es algo que, aunque suene raro, he pensado muchas veces, y me veo más como el abuelo enrrollao que pareciera que no acepta su vejez, o que le cuesta trabajo. Nunca me gustaría perder el espíritu de la juventud.

-¿Su Julieta le espera en el balcón o con mono negro de cuero y la moto en marcha?

-A mí no me espera ninguna Julieta, y de todas formas no me gusta hacer esperar. Lo único que espero de mi Julieta es que no tenga que disfrazarse por mí.

-Venga, despídase con algo coherente, que llega tarde a clase.

-Espero que los profesores entiendan la razón por la que llego tarde.

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