Honran a Lola Manteca como Mujer Empresaria del año en Algeciras

Un acto muy emotivo sirvió para distinguir ayer en un salón de plenos repleto a María Dolores Manteca, como Mujer Empresaria del año. El alcalde, Tomás Herrera, celebró el reconocimiento que por segundo año consecutivo parte de Fomento, que dirige Rocío Melgar y que por unanimidad ha recaído en Lola Manteca. La edil destacó la trayectoria de la licenciada en Periodismo que abandonó la pluma por las zapatillas de ballet. "Dejó a su familia en Madrid por su marido, compañero de estudios y algecireño. Y aquí atendió a su vocación ya no de bailar sino de enseñar a bailar", retrató Melgar mientras la familia de la homenajeada, algunas ex alumnas y compañeras de trabajo hacían acopio de pañuelos ante el acto reflejo de no poder contener las lágrimas. Lola Manteca, también emocionada, agradeció a su familia, compañeras, antiguas alumnas y a la Corporación su presencia y reconocimiento. Pero sobre todo agradeció la sorpresa que su profesora de ballet de Madrid, Josefina Tomás, le había dado al estar presente. "Cuando Rocío Melgar vino a comunicármelo el 31 de marzo a la academia no me lo creía. Yo nunca me he considerado empresaria. Lo que hago me satisface tanto que estoy muy agradecida por este momento", afirmó.

Tras un audiovisual con sus más de 28 años de trayectoria, Manteca recordó que en 1980 cuando llegó a Algeciras encontró una ciudad muy acogedora y muchos amigos. La profesora de danza no pudo ignorar sus comienzos en la guardería de Villa Palma, en Huerta de la Cruz y en Los Pinos reconociendo a Bernabé Ramírez, edil del PP y antiguo director del centro, por su ayuda. "Después con Pepa Moreno abrimos un local en el mercado hasta que con 26 años compré la academia Adagio", recordó añadiendo que fue a Ronda a firmar el crédito con la Caja de Ahorros a un 16%.

Manteca se mostró orgullosa de poder representar a las mujeres empresarias de la ciudad, con las que quiso compartir el galardón y el hermoso cuadro de una bailarina realizado por Blanca Orozco. "Respiro hondo para que este aire que llevo dentro pueda perdurar y usarlo cuando me haga falta", concluyó henchida de felicidad no sin recibir un aplauso unánime y más que merecido.