El Consejo de Gestión de la Gerencia de Urbanismo aprobó ayer, como tema más destacado, la concesión de licencia de obras para el proyecto de ejecución de nuevas líneas subterráneas de baja tensión para el nuevo suministros en la Carretera del Cobre, concretamente en el residencial Los Caballeros.

Según explicó el delegado de Urbanismo, Diego González de la Torre, "con estas obras se pone solución a un problema que presentaban los vecinos desde hace mucho tiempo atrás, ya que la promotora no estableció la red de corriente eléctrica. Tras escuchar las necesidades de los vecinos, y conjuntamente con Endesa, ponemos solución a este problema, dotando a este residencial de su correspondiente red eléctrica", agregó.

Motores de gasolina, velas y linternas han llegado a utilizar las 13 familias afectadas del Residencial Los Caballeros de la Carretera del Cobre, aunque su lucha se remonta a nueve años atrás.

Ese es el tiempo que llevan sufriendo problemas con el suministro eléctrico, porque sus viviendas, con licencia de ocupación provisional, tienen luz de obra. Les entregaron las casas sin varias de las acometidas pertinentes y faltando lo más importante: un centro de transformación. Denunciaron a la promotora. Los vecinos se organizaron y, pese a que la empresa recurrió en dos ocasiones, ganaron el juicio. El problema llegó al entrar en concurso de acreedores la compañía, dejando a los propietarios en un limbo que les ha convertido paradójicamente en una suerte de ocupas y promotores de sus propias casas.

Hace aproximadamente dieron la voz de alarma, puesto que llegaron a ahorrar para instalar el centro de transformación que les permita vivir con luz regularizada y en paz, pero aun así todo eran obstáculos, según contaron.

La administradora de las fincas defendió que las familias pagaban sus cuotas viviendo en una situación insostenible y que los residentes querían regularizar la situación y no tener que acudir cada dos meses a solicitar permiso de prórroga y, además, con la amenaza de que se les pasara un paso o se retrasara la licencia y se llevaran el contador.

En estos nueve años sufrieron varios cortes y fue hace un año cuando mostraron públicamente su malestar por se produjo uno sin avisar y estuvieron algunos días a oscuras. Ya entonces a través del Ayuntamiento se realizaron todas las gestiones para conceder una nueva licencia y se las dieron por dos meses, pero cuando se restableció regresó la cuenta atrás.

Ahora parece que por fin llega el fin de sus problemas y de sus preocupaciones. Al menos el inicio del fin, tras mucho tiempo esperando.