Industria

Formación para forjar el futuro de Cepsa

  • José Manuel, Adrián, Alba y Juan Pablo disfrutan de sus prácticas formándose en la planta de lubricantes en San Roque

Formación para forjar el futuro de Cepsa.

Formación para forjar el futuro de Cepsa.

La principal preocupación de una empresa es mantener su nivel de producción y rendimiento en el presente, pero no por ello debe dejar de mirar al futuro. Asegurar un relevo y, como se diría en términos deportivos, trabajar en la cantera es algo clave para una compañía que quiera liderar el futuro.

En Cepsa tienen clara la importancia de formar a los potenciales futuros trabajadores de sus instalaciones. En la planta de lubricantes que se encuentra dentro del Parque Energético de la empresa en San Roque se concentra un grupo de jóvenes que, durante meses, ha trabajado codo con codo junto a las personas que hacen realidad las altas expectativas de una compañía con presencia internacional.

José Manuel Romero, Adrián Almán, Alba Arenas y Juan Pablo Vargas han vivido una experiencia que no tiene precio en Cepsa, una empresa puntera. Especialmente cobra valor teniendo en cuenta que lo han hecho en la mencionada planta, una de las más potentes de un polo industrial referente dentro del ecosistema del Campo de Gibraltar.

Los cuatro llegaron con la ilusión de ponerse, por primera vez, manos a la obra en una empresa. Llenos de conocimientos que deseaban poner en práctica, iniciaron un período como becarios en el área de lubricantes donde, bajo la mentorización de sus compañeros, se han convertido en auténticos profesionales.

“Yo conocía ya Cepsa y, a través de una beca de la empresa, he podido hacer seis meses de prácticas. Sin pensármelo opté por esta oportunidad y estoy muy contento”, explica José Manuel. Este onubense, graduado en Ingeniería Química Industrial, es el que más tiempo ha pasado aprendiendo en la planta de San Roque y, quien no le conoce, puede pensar que lleva toda la vida trabajando en el centro.

El potente sistema de automatización en producción y fabricación es lo que atrajo a Adrián, de La Línea, a interesarse por realizar sus prácticas con Cepsa. “Así puedo observar y formarme para seguir aprendiendo”, asegura este estudiante de Automatización y Robótica Industrial.

Alba, también linense, estudió Sistemas Electrotécnicos y Automatizados. Decidió quedarse cerca de casa, consciente de la importante industria que existe en la comarca. Su preferencia por el ámbito de la electricidad fue lo que más le atrajo de Cepsa, aunque también la oportunidad de desarrollarse en otros campos.

Un caso semejante es el de Juan Pablo, de Algeciras. Él, estudiante de Química Industrial, apostó por el ecosistema industrial del Campo de Gibraltar y, dentro de él, por la planta de lubricantes de la compañía para realizar en ella su estancia como becario.

“A ellos les aporta valor añadido haber trabajado en una industria de referencia y conocer cómo se trabaja, los problemas que se plantean en el mundo real y los resuelven ellos mismos”, explica José Antonio Tirado, responsable de la planta. Él es el encargado de coordinar todo lo que sucede y de controlar que el aprendizaje de los jóvenes se produce en las mejores condiciones.

Aprendizaje integral

La metodología de aprendizaje que marca Cepsa está muy bien definida. “Aquí vamos haciendo las cosas de forma progresiva”, comenta Tirado. “Los becarios al principio acompañan a las personas que realizan la operativa del área y ellos les van enseñando. Hay un momento en que, cuando ya saben, se les anima a hacerlo ellos para mostrar que han aprendido”, asegura.

Esta formación sobre el terreno, además de paulatina, es muy completa. Lejos de encasillarse en actividades muy concretas, los cuatro jóvenes han tocado diferentes áreas, lo que se traduje en un aprendizaje integral muy valioso para su carrera profesional.

“Lo más importante que he aprendido es a trabajar en equipo y enfrentarme a problemas y cómo desenvolverte”, relata José Manuel. Como ingeniero químico industrial, su desarrollo se ha concentrado en “cómo se trasiegan los productos y las válvulas, ya que no es lo mismo verlo sobre el terreno que estudiando”.

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Para Adrián, de Automatización y Robótica Industrial, el funcionamiento de los procesos de diferentes departamentos ha copado la mayor parte de su tiempo, así como la metodología del “almacenaje de tantos productos y hasta dónde pueden llegar”.

Alba, por su parte, se ha enfocado en el mantenimiento general de la planta y a los diferentes problemas que pueden producirse y cómo solucionarlos. Más centrado en la química ha estado Juan Pablo, quien ha apreciado “las mezclas, donde se hacen los lubricantes y se ven los aditivos y componentes de cada uno en función de su finalidad”.

Además de su proceso de tecnificación en áreas específicas, todos los trabajadores, incluidos los prácticos, han presenciado en primera persona la puesta en funcionamiento de la nueva línea de envasado. “Es una experiencia muy bonita vivir el inicio de una instalación de cero, porque se ve cómo evoluciona y cómo se arreglan los problemas que surgen”, destaca el responsable de la planta de lubricantes.

Un futuro en ciernes

Como todo becario con inquietudes, uno de los objetivos del período de prácticas, más allá del propio aprendizaje, es tener la oportunidad de introducirse en el mundo laboral en la misma empresa. Un deseo compartido por nuestros cuatro protagonistas.

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“Te sientes con más confianza a la hora de trabajar en cualquier sitio”, explica con entusiasmo José Manuel. Cepsa tiene presencia en Huelva y, además, está prevista la ampliación de sus operaciones en la zona, algo que este prometedor no ha perdido de vista. “Me encantaría trabajar con ellos porque tiene un nivel grandísimo a escala internacional”, resalta.

Aprender y tener una rutina no es lo único que echarán de menos estos jóvenes, sino también el buen trato recibido y las relaciones formadas con sus compañeros de trabajo. “Estamos como en familia porque hemos llegado nuevos y todos los que trabajan aquí nos han acogido como uno más”, destaca Alba.

Su futuro laboral, después de la oportunidad de pasar por Cepsa, es mucho más claro. Además del potencial que pueden desarrollar en el futuro, la propia empresa no les quitará el ojo de encima. “Para la empresa, tener gente que tiene una formación y ha estado en la planta, supone tener una especie de banquillo para cubrir faltas de personal y se recurre a gente como ellos”, asegura José Antonio Tirado.

El desarrollo de nuevas tecnologías como el hidrógeno verde juega un papel clave en el futuro a corto y medio plazo de industrias como Cepsa. Es por ello que la juventud juega un papel clave. “Nosotros estamos en una situación estratégica muy importante porque la sociedad demanda a las energéticas un nuevo modelo que requiere cambiar las tecnologías actuales a otros servicios y eso requiere mucha gente para implantarla”, asegura Tirado. Esto supone una gran oportunidad para la juventud ya que “la tecnología avanza a ritmo de vértigo y, desde el principio, ellos conocen la más actual.

Con una ilusionante proyección a la vista, José Manuel, Adrián, Alba y Juan Pablo han dado, de la mano de Cepsa, el primer paso para ser destacados profesionales. Ahora tienen en sus manos el futuro y quieren aprovecharlo.

Alba, Adrián, José Manuel y Juan Pablo. Alba, Adrián, José Manuel y Juan Pablo.

Alba, Adrián, José Manuel y Juan Pablo.

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