Feria Real de Algeciras 2019

La fiesta de las mujeres

  • No hay ola de calor ni humo, tóxico o no, que pueda con la Feria algecireña, repleta desde el medio día de grupos de amigas que celebran su día, como si en realidad no lo fueran todos  

Ambiente en una de las casetas.

Ambiente en una de las casetas. / Erasmo Fenoy

Palma corrió el martes como una loca para cerrar las ventanas de la casa antes de enterarse de que, al menos aquí, hay un humo que es tóxico y otro que no. Uno que no se debe respirar y otro limpio con el agua de Chorrosquina. Así que no tardó ni cinco minutos en abrirlas para observar lo que el niño llamó, con la guasa del padre, la tormenta del Fornite, una cosa de los videojuegos que parecía cernirse sobre la Bahía. Teniendo en cuenta lo del humo, a gente como Palma no le va a asustar una ola de calor y menos cuando hay casetas para refrescarse. Así que, con el mismo ímpetu con el que corrió y descorrió las persianas, María pisó esta mañana el Real de Algeciras, abanico en mano, rodeada de amigas. 

La Feria atardeció feminista y femenina como un 8-M, con decenas de grupos de mujeres en torno a la mesa, primero, y en la pista de baile, después, para cumplir la tradición de que este día es para ellas. Como si alguno no lo fuera. Se concentraron en las diferentes casetas para disfrutar el festivo, y allí siguieron mientras algunos, los más noctámbulos, se retiraban a descansar porque la noche fue larga y todavía quedan días de Feria por delante. Hubo música para pasar la tarde e incluso para continuar por la noche, pero esa es otra historia.    

Cuando Palma se tomaba la primera copita de vino en la caseta de Acerinox, María Granados recibía el aplauso de los asistentes a la entrega de premios de Onda Algeciras. A la propietaria de Tejidos Mari y presidenta de la Asociación de Fibromialgia del Campo de Gibraltar le costó lo suyo sujetar el galardón honorífico de este año por culpa de un percance que la mantiene con un brazo en cabestrillo. A María le entregaron el premio el alcalde, José Ignacio Landaluce, y la delegada de Turismo y Comunicación, Susana Pérez Custodio, como antes lo habían hecho los representantes de los partidos políticos de la Corporación con el resto de homenajeados. 

Lo recibieron el hijo de uno de los fundadores de Casetas y Carpas Chato e Hijos, por los años de trabajo en la Feria, además de la gerente de Apadis, María del Carmen Portillo, y el músico Chico Valdivia, autor del himno del Centenario del Algeciras Club de Fútbol que no le quita de vista al domingo porque ese día sueña con acabarlo en Segunda B. A Chico se le vio dándole ánimos a un algecirista, el lateral José Carlos Márquez, enviado en representación del capitán, Iván Turrillo, premiado como mejor deportista del año, que se incorporó más tarde porque estaba trabajando. 

Chico no era el único en la caseta con ganas de domingo, que por allí andaba currando Juan Casal, micrófono en ristre, y más tarde apareció, junto a Antonio Quintero, Diego Castañeda, otro trabajador incansable de la Feria que este año ha recibido el Farolillo de Oro.

En la caseta Municipal, la Reina Juvenil de la Feria, Pilar Gavira Mateos, y a la Reina Infantil, Lucía del Carmen Chaves Marchante, disfrutaron junto a sus acompañantes y las cortes de damas de la tradicional copa que les brinda el Ayuntamiento.

Era el día de la mujer, pero eso no quita que disfrutaran los niños, en los cacharritos cuando el sol no pegaba tan fuerte y, antes, en la misma caseta Municipal durante la fiesta infantil que también es costumbre cada año.  

En la taurinísima caseta La Hangarilla recibió un homenaje el matador de toros Francisco Ruiz Miguel, que en abril cumplió 50 años desde que tomó la alternativa en Barcelona. Curiosamene, fue unos meses antes de que se inaugurara la plaza de toros de Las Palomas, a cuyos pies recibió el cariño de los aficionados y un cuadro del artista donostiarra, afincado en Algeciras, Javier Machimbarrena, al que le tienen que sonar los bisontes porque alguien los dibujó hace una pila de años no muy lejos de donde nació.     Palma se recogió a la noche mucho antes de que la Feria se apagara, tras cruzar el ecuador, ajena a las tormentas del Fornite, a las olas de calor y a la madre que las parió. Mañana será otro día.     

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios