Feetham aboga en los Cursos de Otoño por un diálogo profundo con España

Los XVIII Cursos de Otoño de la Universidad de Cádiz (UCA) en Algeciras vivieron ayer una de las jornadas más esperadas con el arranque del seminario en torno a Gibraltar y los 300 años del Tratado de Utrecht. El programa, coordinado por el director de la Facultad de Derecho, Jesús Verdú, y que contó con la delegada del rector de la UCA para inaugurarlo, Inmaculada Santiago, tuvo su punto álgido con la intervención de Daniel Feetham, antiguo ministro de Justicia de Gibraltar y líder actual del Partido Socialdemócrata.

La mayor parte de su discurso se centró en la situación actual. Si bien invitó a regresar al foro tripartito a medio o largo plazo y a un diálogo profundo con España. "Soy optimista en que hay una mayoría silenciosa en Gibraltar que piensa como yo". Si bien, no se mostró esperanzado en un cambio de postura del Gobierno del PP, por lo cual consideró la posibilidad de crear puentes con PSOE u otros partidos para que si en el futuro hay cambios en los distintos gobiernos no se den "los problemas de estos meses". Apostó además por que se den pasos atrás porque las "declaraciones por ambas partes inflaman la situación", para que una vez llegue la calma se puedan tratar los problemas.

Lamentó las políticas estériles enmarcadas en el nacionalismo. "Es mucho más fácil para un político en España decir Gibraltar es español o un político en Gibraltar decir que no les necesitamos. En mi opinión es fácil decir Gibraltar es español, es mucho más difícil decir creo que Gibraltar es español, pero acepto la realidad de que los gibraltareños desean continuar con el estatus actual".

Destacó que Moratinos (PSOE) siempre defendió la posición española -en su etapa como ministro de Exteriores-, "pero reconoció la necesidad de romper con las políticas estériles del pasado y algunos de los políticos que vemos hoy son incapaces de tener una visión sobre Gibraltar que no incluya la imposición de castigos".

Recordó como anécdota que en su juventud era "impensable" tener simpatía con la Selección Española, mientras que cuando ganó el mundial muchos gibraltareños se atrevieron a lucir incluso la camisa, lo cual destacó que vino a consecuencia de la atmósfera positiva creada del diálogo tripartido y los acuerdos de Córdoba. "Ahora nos llevará otros 20 años repetir esas escenas, y eso es el resultado directo de la política de García-Margallo (PP) -actual ministro de Exteriores- hacia Gibraltar y es una pena". Feetham apuntó que no significa que quiera que "Gibraltar sea español, al contrario espero dedicar mi vida política a asegurar que Gibraltar mantenga el modo de vida británico". Si bien, matizó que desea que las relaciones "estén suficientemente normalizadas".

En referencia a las colas de vehículos y personas en la frontera reiteró que "esta presión ha sido irracional y desproporcionada", añadiendo que en el caso de las de siete horas "en mi opinión son ilegales también". "No hay derecho que un gobierno cargue contra una población entera porque tenga algo en contra del gobierno de Gibraltar". Antes de estas declaraciones se refirió a los problemas sobre las aguas y la pesca entendiendo que "la forma en la que se rompió el acuerdo de 1999 -alcanzado entre el primer ministro anterior Peter Caruana y los pescadores españoles- no fue inteligente por parte del Gobierno actual de Gibraltar". Insistió además que nunca hubiera tirado los bloques al mar y defendió que los pescadores han faenado en esas aguas durante siglos.

En torno al conflicto de las aguas jurisdiccionales, se preguntó porqué el Gobierno español "no ha acudido nunca por esta cuestión a los tribunales internacionales". Afirmó incluso que cree que Reino Unido propondrá que se haga, "pero no creo que España esté de acuerdo en referir el tema a los tribunales".

Feetham defendió también los beneficios de Gibraltar como centro financiero y lugar de oportunidades subrayando que su crecimiento beneficia a la comarca, con lo cual invitó a buscar sinergías y hasta abogó por una conexión ferroviaria de Gibraltar a San Roque. "No es cierto que Gibraltar sea un paraíso financiero", insistió amparado por las leyes que lo avalan.