Algeciras

Fallece en Algeciras Miguel Cisteró, el párroco de los más desfavorecidos

  • La misa se celebra en la capilla del Hogar San José, lugar en el que el reverendo, de 93 años, pasó sus últimos años de vida

La vida de Miguel Cisteró se apagó el pasado jueves, sin embargo su legado social permanecerá en el recuerdo de muchas personas que sintieron su ayuda, muchas de ellas procedentes de familias desfavorecidas, en exclusión social, sin importarle condición ni etnia, estuvo siempre del lado de los más desfavorecidos. Falleció a los 93 años, natural de Cervera (Lérida). Sus últimos años los vivió con tranquilidad en el Hogar San José en Algeciras, cuya capilla fue testigo ayer de una misa solemne en la que estuvieron presentes sacerdotes de la zona junto al Vicario General de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, José Luis Caburrasi.

En 1982 solicitó ejercer su ministerio en la diócesis de Cádiz y Ceuta, concediéndole Antonio Dorado Soto, entonces Obispo de la zona, su licencia el 19 de julio de 1982. Fue nombrado Ecónomo de la Parroquial de la Inmaculada de Campamento y encargado de la de San Hiscio de Puente Mayorga, el 26 de julio de 1982 hasta 1985. El 31 de agosto de 1985 fue nombrado párroco de San Sebastián, administrador parroquial de San Benito Abad y el Buen Pastor de Puerto Real. Así, fue incardinado en la diócesis el 5 de febrero de 1987.

El 5 de octubre de 1989 fue reconocido en agradecimiento por Antonio Dorado Soto por su "generosa donación a la diócesis de los valores que poseía y alabó la actitud de desprendimiento propia de un sacerdote que quería vivir plenamente el Evangelio". El 6 de marzo de 1992 fue nombrado capellán del hospital de San Rafael de Cádiz. El 9 de marzo de 1992 también se le nombró Archivero Auxiliar Diocesano.

El catedrático de la UCA, José Antonio Hernández Guerrero, escribió un obituario sobre la pérdida de Cisteró en el que lo recuerda como un sacerdote "sencillo, inteligente y trabajador, ha vivido una vida intensa, entregada a los demás y dedicada, especialmente, a la atención de los enfermos, de los emigrantes y de los integrantes de mundo obrero. Su manera preferida de predicar -de explicar el sentido de la oración, de la vida sacramental, del ejercicio de la caridad- era conversando y compartiendo los problemas y las alegrías de sus hermanos".

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