A Ernesto Delgado, gran alcalde y buen amigo
In memoriam
"Fueron muchas las cosas buenas que aprendí a tu lado. Lo primero fue a trabajar en equipo y a ser respetuosos con los demás", rememora el autor
Muere Ernesto Delgado Lobato, el alcalde que moldeó la Algeciras de los años 80
Nos conocíamos desde niños, aquellos tiempos de la escuela en la que lo mismo cantábamos la tabla de multiplicar que los ríos de España. Nunca perdimos el contacto ni la relación y, tras las primeras elecciones municipales democráticas, tuve la suerte y el privilegio de formar parte de tu equipo y trabajar juntos en la candidatura del PSOE para colaborar a transformar la ciudad de Algeciras.
Tras la primera corporación democrática encabezada por Paco Esteban, nos tocó remangarnos la camisa y ponernos manos a la obra y dotar a nuestra ciudad de equipamientos sociales, culturales, sanitarios, educativos y deportivos.
Fueron muchas las cosas buenas que aprendí a tu lado. Lo primero fue a trabajar en equipo y a ser respetuosos con los demás, tanto con quienes compartían con nosotros el proyecto socialista como con aquellos que pensaban de forma diferente y con los que teníamos, a veces, debates duros, pero constructivos.
Ernesto, cuando este mediodía del 15 de marzo de 2024 supe que habías decidido dejarnos, se me rompió el alma en mil trozos y vinieron a mi memoria muchos recuerdos de los buenos y los malos momentos que la vida personal y política nos ha deparado.
Me vas a permitir que en este hasta siempre te reconozca humildemente como un gran alcalde y un buen amigo. Me enseñaste muchas cosas, pero uno de los tesoros más valiosos que nunca viviré lo bastante para agradecerte es saber escuchar.
Saber atender con nobleza, generosidad, empatía y afecto a los demás, sobre todo a los más vulnerables y débiles, a los que más necesitan como administrados del apoyo de nuestras instituciones. En los primeros ayuntamientos democráticos que nos tocó vivir estaba todo por hacer y el protagonismo ciudadano estaba articulándose en diferentes órganos de participación.
Qué tiempos tan apasionantes, cómo disfrutábamos con esas agotadoras jornadas vividas de sol a sol, con corazón y reflexión, en las que al final veíamos el producto de nuestro esfuerzo y trabajo.
No voy hacer un resumen de esos resultados, solo basta pasear por la ciudad y ver cómo la gente disfruta de esos logros. Ahora te encontrarás con muchos compañeros y compañeras que nos acompañaron en esta aventura de hacer una Algeciras mejor. Ellos, igual que nosotros, te van a recibir como se hace con los grandes y te aplaudirán con fuerza, cariño, admiración y entusiasmo, Ernesto, gran alcalde y buen amigo.
Siempre estarás en nuestra memoria, nunca te olvidaremos. Aunque te desee un descanso eterno, sé que ya estarás pensando en nuevas iniciativas y ten en cuenta que para trabajar por Algeciras, cuenta siempre con nosotros, gran alcalde y buen amigo.
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