Obituario

Muere Ernesto Delgado Lobato, el alcalde que moldeó la Algeciras de los años 80

  • Fue el segundo regidor de la ciudad en democracia tras Paco Esteban y el primer socialista 

  • Docente de vocación, una moción de censura lo desalojó de la Alcaldía en 1991 después de tres mayorías consecutivas

  • El Ayuntamiento algecireño decreta un día de luto oficial

Ernesto Delgado Lobato.

Ernesto Delgado Lobato. / E.s.

“Conocerse a uno mismo es complicado, es mejor hacerlo a través de los demás. Lo que sí llevo a gala, y me siento orgulloso de ello, es ir por la calle con la cabeza alta, tener amigos en todas partes y que la gente te reconozca”. Así se definía hace años en una entrevista en Europa Sur Ernesto Delgado Lobato, alcalde de Algeciras durante 9 años, que ha fallecido este viernes a mediodía en Algeciras a los 76 años.

El Ayuntamiento algecireño ha decretado un día de luto oficial. Las banderas de los edificios municipales ondean a media asta en señal de respeto y duelo.

Quien fuera el primer alcalde socialista de Algeciras y el segundo de la democracia, tras Paco Esteban, era maestro de profesión. Nacido en Ceuta, cursó Filosofía y Letras y se doctoró en Geografía e Historia. Trabajó como docente por muchas poblaciones. Uno de sus primeros destinos fue el colegio de Guadiaro. Del colegio Virgen de Guadalupe, de Palmones, en Los Barrios, fue director durante nueve años. Pasó por los institutos de Enseñanza Media de El Saladillo, Torrealmirante y Levante, además muchos colegios públicos.

Hombre tranquilo y reflexivo, se movió también, sin hacer ruido, por el movimiento social, sindical y político de aquellos años del tardofranquismo en los que quizás labró su personalidad culta y sosegada. Antes de estudiar Magisterio, trabajó dos años en la refinería de Cepsa. En su faceta más sindical participó activamente, a principios de los 70, en el Movimiento de Renovación Pedagógica, en el de Cooperación en la Enseñanza y en FETE UGT.

La política le llegó entonces sobrevenida, pero supo conectar con los algecireños, que le brindaron tres mayorías en sus mandatos al frente de la alcaldía de Algeciras. En la primera el 3 de mayo de 1983, obtiene mayoría absoluta y desbanca al primer alcalde democrático de la ciudad, el comunista Francisco Esteban. En 1987 renueva su mandato por mayoría absoluta. En 1991 repite victoria, aunque con mayoría simple, y logra 11 concejales a pesar de los escándalos que afectan a su grupo, en una etapa en la que se producen diversas denuncias de corrupción, que, sin embargo, no llegan a afectarle directamente como alcalde. 

El 31 de octubre de aquel año, una moción de censura presentada por los grupos del Partido Andalucista y el Partido Popular -que hablaban de la degeneración sufrida por la ciudad durante su mandato- prosperó y lo desbancó de la Alcaldía. "Haber sido alcalde de esta población es mi mayor orgullo, un alto honor que ha marcado un hito fundamental en mi vida. Suerte", dijo en voz baja en aquel Pleno para despedirse. Le sustituyó inmediatamente el andalucista Patricio González.  

Sobre su etapa en el PSOE recordaba: “Los momentos inciertos del partido en aquellos años, con tantas familias, nos dividieron. Una situación que ahora está desapareciendo. Lo que está claro es que fui una víctima política más de esa lucha interna en el PSOE”, recordaba en una entrevista en Europa Sur en noviembre de 2001.

La transformación de la Escuela Universitaria Politécnica en superior, con el segundo ciclo, la creación de la Escuela de Enfermería y Graduados Sociales, fueron algunos de sus logros. Otros: la construcción del pabellón polideportivo cubierto Ciudad de Algeciras, hoy doctor Juan Carlos Mateo, las  pistas de atletismo Enrique Talavera, varios campos de fútbol para clubes más modestos se encuentran entre su legado: pero también: la recuperación del teatro Florida, la edificación de la Plaza de Andalucía, varios convenios con el Ministerio de Defensa y la dirección general de Puertos; el trazado de los paseos de La Cornisa y Marítimo de Getares, el  desdoblamiento de la carretera de El Rinconcillo, el acceso norte al puerto, la recuperación del Parque Smith, donde hoy se ubica la Mancomunidad, y el edificio La Escuela, además de la conversión del hospital de La Caridad en la Fundación Municipal de Cultura José Luis Cano.

A la carrera docente volvió cuando tuvo que dejar la Alcaldía, aunque estuvo dos años como portavoz del PSOE en la oposición. Al Ventura Morón, donde le recordarán los más veteranos de Algeciras, llegó después de casi tres años como director coordinador de la UNED de Granada, cargo para el que fue nombrado en 1993 y detentó hasta el curso 95/96. En esa época estuvo en los institutos San Bernardo, El Kusaal y, por último, en Torrealmirante, donde se jubiló. 

Antes, en 1998, animado por un numeroso grupo de militantes, se presenta a las primarias del partido para optar a las municipales del 99. La candidatura que prosperó fue la de Salvador de la Encina, que se convirtió en candidato, aunque sin éxito en las urnas. Aquello alejó a Ernesto Delgado del PSOE. 

En 2005 dijo adiós a las aulas y dejó en suspenso su carrera política para disfrutar de su mujer, Charo López, profesora como él; de sus hijos Mónica, Irene y Ernesto Pablo y de sus nietas Alba, María y Paula. 

Posteriormente, en las elecciones municipales de 2007 concurrió a los comicios liderando la candidatura de Unidad para Algeciras (UPA), aunque no obtuvo representación en el Ayuntamiento.

Fundó, con su amigo Paco García Corral, el Club Natación Algeciras, todavía en funcionamiento tras muchos años de éxitos. Aquello colmó su otra pasión: la natación, de la que ejerció de árbitro y de entrenador. 

Su familia materna era originaria de San Martín del Tesorillo y él vivió muchos años en Palmones (Los Barrios). Llegó a ser pregonero de la Feria de Palmones. Pero si había algo que le molestaba en especial era que lo tacharan de no ser de Algeciras. “Mis hijas, mi nieta, mis amigos y mi vida están en Algeciras, además de haber entregado nueve años al servicio de este pueblo. Que me digan de dónde soy”, desafiaba con la voz calmada de la que hizo su bandera. 

Landaluce

El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, ha lamentado este viernes el fallecimiento de Ernesto Delgado. “Hay que poner en valor la figura de quien tuvo el honor de dirigir los designios de la ciudad durante ocho años, en un periodo que no fue especialmente fácil, ya que tuvo que hacer frente a distintas vicisitudes, siempre desde el prisma de la honestidad y la integridad, tanto como político como en el plano personal”, ha dicho.

“Se ha ido un demócrata convencido, un hombre que siempre demostró su compromiso con Algeciras y que dejó huella entre todos quienes le conocimos y le tratamos. Por ello, en estos momentos de tanto dolor, solo podemos hacer llegar a su familia y amigos nuestro abrazo más fraternal”, ha concluido la primera autoridad municipal algecireña.

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