FERIA TAURINA DE ALGECIRAS 2023

Emilio de Justo y David Galván, de la nada a la gloria, a hombros en Algeciras

Emilio de Justo y David Galván abren la Puerta Grande de Las Palomas.

Emilio de Justo y David Galván abren la Puerta Grande de Las Palomas. / Erasmo Fenoy

Varios ayuntamientos del Campo de Gibraltar, Algeciras entre ellos, tomaron la decisión, desde por la mañana, de suspender las hogueras previstas en sus respectivas playas con motivo de la celebración de la Noche de San Juan. La Agencia Estatal de Meteorología anunciaba fuertes rachas de viento de levante durante la tarde y la noche.

La noticia corrió como la pólvora a la hora del sorteo en la plaza de toros de Las Palomas entre los apoderados y las cuadrillas. Mal augurio. El viento siempre ha sido el peor enemigo de los toreros. Durante la frugal comida, ni una palabra al matador. Si las previsiones no son buenas, mejor callarse.

Los apoderados de antes solían correrle las cortinas a sus espadas porque creían que el aislamiento les beneficiaba. Ahora, cada diestro mata las horas como puede, pero algunos han heredado ese angustioso retiro matinal de los antiguos.

Cuando llegó la hora de la corrida, las siete y media de la tarde, el levante molestaba, a Morante sobre todo, porque abría cartel, pero no tanto como lo esperado. En cualquier caso, la AEMET dejó sin sus tradicionales hogueras a la noche más breve del año.

Morante de la Puebla con el de Juan Pedro Domecq que abrió la tarde. Morante de la Puebla con el de Juan Pedro Domecq que abrió la tarde.

Morante de la Puebla con el de Juan Pedro Domecq que abrió la tarde. / Erasmo Fenoy

Un brindis ejemplar

Emilio de Justo conoce a la perfección las miserias del mundillo del toro. El arrastrarse por plazas portátiles, pechar con las ganaderías que nadie quiere, acabar en enfermerías donde lo mejor es cerrar los ojos y dejarse ir, verse anunciado en un cartel y no saber cuándo llegará el siguiente. Ser un desahuciado del sistema y cobrar dos duros por ello. Salir de esa tristeza está en manos de muy pocos. En primer lugar, porque hay que ser un grandioso torero para lograrlo y, en segundo, porque no desfallecer durante el camino es una tarea hercúlea.

De Justo torea ahora en todas las ferias y, dentro de ellas, en carteles de relumbrón, aunque no le ha vuelto la cara a las corridas duras. Verle ante el toro da gloria. Este viernes salió a hombros de Las Palomas tras cortar dos orejas, aunque el público pidió insistentemente tres. Su forma de ajustarse la hombrera derecha, de citar al toro, de encajarse y embarcarlo, con tanto temple y torería, es madera de figura. Además de su forma tan cabal de entrar a matar, sin un alivio.

Como también es de figuras alentar a aquellos que se encuentran en esa miseria que él ha sondeado en todas sus facetas. De ahí, la emoción contenida del brindis que el pacense le ha hecho a su compañero, David Galván, antes de torear al quinto. Creer en uno mismo cuando nadie más lo hace, la soledad del torero que se labra su porvenir cada tarde, es cosa de hombres de otros tiempos. Hombres que deberían ser faro y ejemplo.

Muletazo, roto y por bajo, de Emilio de Justo en Las Palomas. Muletazo, roto y por bajo, de Emilio de Justo en Las Palomas.

Muletazo, roto y por bajo, de Emilio de Justo en Las Palomas. / Erasmo Fenoy

Los ojos de Galván, diestro afincado en Algeciras, a duras penas contenían las lágrimas durante la salida a hombros junto a Emilio de Justo al finalizar la corrida. El espada que cerraba plaza ha cortado tres orejas en Las Palomas, proclamándose el triunfador numérico del festejo. Ha pechado con el lote más serio de presentación -el tercero, de Torrestrella, era un tío- y se ha jugado el pellejo con honradez y gallardía. También con mucha generosidad, dejándose llegar de lejos al sexto, de Lagunajanda. Bastaba verle el terno manchado de sangre hasta el último bordado para comprobarlo. David Galván ha emocionado a sus paisanos porque ha dado todo lo que tiene, todo lo que lleva dentro y todo por lo que sacrifica sus días.

Inicio de faena de David Galván al sexto, de Lagunajanda, al que desorejó. Inicio de faena de David Galván al sexto, de Lagunajanda, al que desorejó.

Inicio de faena de David Galván al sexto, de Lagunajanda, al que desorejó. / Erasmo Fenoy

La concurso, un acierto

Los toros de esta peculiar corrida concurso con seis ganaderías de procedencia Domecq -un romántico acierto por parte del empresario, Carmelo García- también han influido en el feliz final de la tarde. Los ejemplares de Jandilla, Salvador Domecq y Torrestrella destacaron en el buen conjunto. Algunos tomaron con alegría los tres puyazos, algo demasiado difícil de presenciar hoy en día. 

La nota agridulce, la de Morante, que no suele tener suerte en los sorteos. Tampoco este viernes. Sin embargo, estuvo impecable con su lote. No se alivió ni utilizó la excusa del viento para quitarse al primero de encima, el de Juan Pedro Domecq, muy desmochado, eso sí. Hay plazas que se le resisten al de la Puebla y Algeciras es una de ellas. Qué se le va a hacer. 

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