Algeciras

La unión protagoniza la Fiesta del Sacrificio

  • La comunidad musulmana conmemora hasta mañana uno de sus eventos más importantes del año

  • 'Europa Sur' comparte con una familia y sus amigos la celebración

Rezo matutino en el Llano Amarillo.

Rezo matutino en el Llano Amarillo. / Jorge del Águila

La comunidad musulmana de Algeciras comenzó a celebrar ayer la Fiesta del Sacrificio o Eid al Adha. En ella conmemoran el paraje del Corán (y de la Biblia) que narra el momento en el que Ibrahim (Abraham) se muestra dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac, cuando Dios lo frena para que un cordero ocupe el lugar de su vástago.

El inicio de la fiesta tuvo lugar ayer a las 8:00 con un rezo colectivo en el Llano Amarillo. Tras esto, era el momento del evento principal del día, el sacrificio. No todos pueden permitirse cumplir con la tradición al no tener dónde realizarlo y acuden a las carnicerías para comprar alguna pieza. A otros no les llega para comprarlo, pero la comunidad se encarga de que a nadie le falte donando un tercio de cada cordero.

En Algeciras muchas familias se reúnen para celebrar el evento en fincas o en los patios de sus casas. Saida es una de ellos. Ayer acogió en el patio de su casa el sacrificio de dos corderos. Durante la mañana se encargó junto a seis mujeres más de realizar los preparativos. Prepararon dulces para el desayuno y organizaron los utensilios necesarios para los protagonistas del día.

Cuatro generaciones se reunían en la cocina para comentar qué iban a hacer durante la fiesta: desde la limpieza de las piezas hasta el cocinado, así enseñan también a las más jóvenes y a las pequeñas las tradiciones de su cultura.

En el patio, tumbados, esperaban dos corderos a la llegada de los hombres. Tras el desayuno, el cabeza de la familia es el encargado de llevar a cabo el sacrificio ayudado por otros varones que sujetan al animal.

Para los musulmanes el cordero es un ser puro que les recuerda la sumisión ante Dios, por lo que se busca causarle el menor dolor posible dirigiéndole la cabeza hacia La Meca y realizando un corte limpio en el cuello. Algunas mujeres se quedan a presenciar ese momento, otras prefieren no mirar por la dureza del acto.

Mientras los hombres faenaban con las piezas, ellas aprovechaban para desayunar a la espera de las labores que conlleva el sacrificio. Para ambos es mucho trabajo, pero se mostraban felices de poder realizarlo.

"Nosotros vivimos en un piso, así que no tenemos dónde hacer esto y agradecemos que nos dejen un patio donde poder sacrificar al cordero", comentó Rocío, que junto a su marido Kamal (presidente de la comunidad islámica de la mezquita Omar Ibnu Jattab) y sus hijas Yousra y Amina celebró la fiesta en casa de Saida.

"Para nosotros es muy importante poder hacer el sacrificio, porque si simplemente lo compramos, se pierde una parte fundamental del ritual", explica Fátima, otra de las mujeres que estuvo en la reunión. Eid al Adha significa, sobre todo, comunidad y reunión. Celebrar ese día rodeados de familiares y amigos, compartiendo la comida, abriendo sus casas, colaborando en las tareas, intercambiando platos, reírse y cantar son la esencia de este día. Eso lo demuestra que por la casa pasasen numerosos vecinos y amigos para felicitar y compartir la fiesta. Y no solo musulmanes.

"Al final todos somos personas. ¿Qué más da la raza o la religión? Lo importante es disfrutar todos juntos y nosotros estamos abiertos a todo el que quiera acercarse", aseguró Saida.

En la casa se mezclaban los olores mientras jóvenes y pequeños aprendían de sus mayores. Yousra y Amina ayudaron por primera vez en la limpieza de los intestinos y la pequeña Rayhanna de tres años imitaba a las mujeres en la preparación de dulces.

La comunidad musulmana se muestra agradecida por poder realizar sus tradiciones en España y por el trato que reciben aquí. "Nunca hemos tenido ningún problema, al revés, siempre nos han recibido muy bien, nos han dejado celebrar nuestras fiestas y nos hemos sentido muy arropados, estamos muy agradecidos", comentó emocionada la anfitriona.

Por eso, invitan a todo aquel que quiera a compartir sus fiestas, a conocer su cultura, a convivir con ellos. Son gente humilde dispuesta a abrir las puertas de su casa para todo aquel que quiera acercarse no solo en los dos días que restan a la festividad, a cualquier evento.

Mientras tanto, ellos están dispuestos a disfrutar al máximo de esta celebración en la que el cordero, la familia, la comunidad y la alegría son los protagonistas.

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