Desde los ventanales del puente de mando del Juan Carlos I, el buque insignia de la Armada española, uno puede otear toda la Bahía de Algeciras como si lo hiciera desde la torre de control de un aeropuerto construido de la noche a la mañana en el muelle de la Isla Verde. Pero no estamos en un aeropuerto, sino más bien en una ciudad pequeña. O, al menos, esa es la sensación que tiene el que se adentra en las entrañas de este gigante del mar. 

El buque más grande jamás construido en España descansa en el Puerto algecireño (por segunda vez en su historia) a la espera de recibir el sábado y el domingo a miles de visitantes. A mediodía abrirá sus puertas para una Jura de Bandera Civil que la Armada ha tenido que ampliar a 325 jurandos en lugar de los 250 previstos. Esa es la buena noticia. La mala es que no podrá celebrarse en la cubierta de vuelo, ya que hay una alta probabilidad de lluvia y viento, por lo que los responsables de la organización comenzaron ayer a preparar todo en uno de los hangares del buque. La Armada retransmitirá en directo y en streaming el acto desde su página de Facebook. 

La Jura de Bandera para personal civil permite a todos los españoles, hombres y mujeres, que sin vincularse a las Fuerzas Armadas con un carácter profesional, puedan manifestar o refrendar su compromiso con la defensa de España, prestando juramento o promesa ante la Bandera. Este juramento significa la afirmación pública de su condición de españoles. El acto consistirá en el juramento a la Bandera, según la fórmula legalmente establecida, a continuación los jurandos pasarán de a uno frente a la Bandera besándola. El acto finalizará con un homenaje a los caídos.

Cuando acabe, el Juan Carlos I no cerrará sus puertas. Los ciudadanos que lo deseen podrán visitarlo entre las 14:30 y las 19:30. Mañana el horario es más amplio: de 10:30 a 19:30. El lunes, el buque se marchará de Algeciras. Realmente recorrer sus pasillos -ahora semivacíos porque la mayor parte de la tripulación está de descanso- es impresionante. El buque de más porte y desplazamiento que jamás ha tenido la Armada  forma parte de la fuerza naval que está a punto de concluir el ejercicio GRUFLEX-19. 

El ejercicio se desarrolla en aguas de la Bahía de Huelva, en el Campo de Tiro de Médano del Loro, Golfo de Cádiz, en la Base Naval de Rota y el Campo de Adiestramiento de la Sierra del Retín (Cádiz). El buque zarpó de la Base Naval de Rota el pasado día 31 de marzo con una dotación compuesta por 692 entre dotación del buque, fuerza de desembarco, unidad aérea embarcada y estado mayor. Este tipo de ejercicios anfibios sirve a las unidades de la Armada para adiestrarse periódicamente en operaciones, para mantener la capacidad de proyección de una fuerza en tierra desde la mar, ayuda humanitaria y respuesta a situaciones de crisis.

Porque el Juan Carlos I es capaz de adaptarse a cuatro configuraciones distintas, e incluso de aplicarlas todas juntas. Puede ejercer de portaaeronaves. Tiene capacidad para 30, entre helicópteros medios (tipo NH-90) y pesados (Chinook), en operaciones anfibias, o bien 10 a 12 aviones (tipo Harrier) y otros tantos helicópteros, en misión de portaaviones.

También puede ejercer de buque anfibio, logístico o de ayuda humanitaria. Para ello dispone de una capacidad de carga única en España, con 5.445 metros cuadrados de superficie útil distribuido en tres cubiertas. En el garaje de carga pesada, por donde entran los visitantes, caben 29 carros de combate tipo Leopard, vehículos anfibios y oruga así como 16 toneladas de contenedores (TEU) Tiene un dique dividido en dos playas capaz de estibar 17 carros de combate y cuatro lanchas de desembarco, además de otros 32 contenedores. Tiene además un garaje de carga ligera con capacidad para camiones Hummer y vehículos blindados u otro 67 Teus.

Es además el primer buque de propulsión eléctrica (con dos propulsores bajo el casco que le permiten orientarse en cualquier dirección) lo que entronca con otra de sus virtudes: no sólo genera su propia electricidad, sino también oxígeno y agua. Esto es importante porque dentro de esta ciudad hay un hospital que muchas ciudades quisieran. Tiene capacidad de diagnóstico, tratamiento quirúrgico y hospitalización, con dos quirófanos, triaje, unidad de críticos, áea de infecciosos, dentista (importante para los pilotos), farmacia, laboratorio y sala de curas y consulta. Además, todas esas instalaciones están integradas en un avanzado sistema de telemedicina que comunica directamente con el Hospital General de la Defensa Gómez Ulla.