Los magníficos resultados electorales cosechados el pasado 28 de mayo en Algeciras, unidos a los acuerdos firmados posteriormente con La Línea 100x100, Los Barrios 100x100 y Nuevos Aires de Tarifa, han erigido al PP como triunfador de los comicios municipales en el Campo de Gibraltar, donde, además, y como resulta de todo ello, ha recuperado después de cuatro años la Presidencia de la Mancomunidad de Municipios. A efectos prácticos, el resultado es la conformación de un bloque político sólido en la comarca, surgido no por afinidades políticas, sino al amparo de las inversiones comprometidas por la Diputación de Cádiz y la Junta de Andalucía, ambas en manos del PP.

Ninguna de la partes implicadas ha negado el espíritu mercantilista de los esos pactos, un toma y daca donde las posiciones ideológicas han sido orilladas para centrarse en el reparto de responsabilidades y de proyectos con plazos de ejecución marcados. El PP ha sido quien más ha puesto (o podía poner) sobre la mesa y se ha llevado el gato al agua. “Esto es política”, sentenció a la postre Juan Franco, el alcalde linense: en los últimos cuatro años ha gobernado de forma satisfactoria en la Diputación de la mano del PSOE y, ahora, lo hará con el PP para cambiar la faz de su pueblo.

El problema es que, por omisión, se margina a los municipios cuyos alcaldes han sido elegidos sin el concurso del PP

El logro del PP en Andalucía es haberse convertido en el partido que sirve de argamasa política, formando mayorías de gobierno con una miríada de formaciones a nivel local, si bien tampoco ha renunciado en un puñado largo de casos a pactar con Vox y su retrógrada agenda. Tras las municipales de mayo pasado, el PP gobierna en las ocho capitales de provincia andaluzas (más Algeciras, Jerez, Marbella...) y en seis de las diputaciones, además de ganar en 171 de los 527 ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes que hasta ahora eran coto del PSOE y de tener concejales en 71 municipios en los que jamás había logrado representantes.

La fuerza del poder local

El problema de estos acuerdos para la gobernabilidad, basados en el apoyo cómplice de una administración pública superior, es que, por omisión, se margina a los municipios cuyos alcaldes han sido elegidos sin el concurso del PP. La impresión que se traslada es que será la dirección provincial de los populares -no la Diputación de Cádiz, tampoco la Junta de Andalucía- la que repartirá las inversiones en función de la afinidad política de los diferentes regidores. Sí, es el mismo juego del que se han servido durante décadas, y con gobiernos de PSOE y PP, los nacionalistas vascos, catalanes y otros para lograr ventajas frente al resto de españoles... Pero que se lo expliquen ahora y durante los cuatro años venideros a los vecinos de San Roque, Jimena, Castellar o Tesorillo.

También, y a la vista de las experiencias de La Línea, Los Barrios y Tarifa, se lanza otro mensaje a los electores: la fuerza del poder local. Anótenlo, pongamos por caso, para Algeciras, donde la ausencia de un partido de raíz local en las últimas municipales hizo que los populares arrastrasen hacia su bolsa los votos que Ciudadanos dejó a su suerte en pública subasta tras no comparecer en los comicios.

Las cartas de Ruiz Boix

Comienza a moverse el terreno bajo los pies de Juan Carlos Ruiz Boix, no tanto por el grave retroceso experimentado por el PSOE gaditano en todos los frentes -comparable al de otras provincias- como por la gestión de la derrota: adiós a la Diputación, a la Mancomunidad del Campo de Gibraltar y a alcaldías muy significativas, Tarifa, entre otras.

No era el nombre de Ruiz Boix el que figuraba inicialmente en el número tres de la lista del PSOE al Congreso

Ítem más, el profundo malestar interno con el secretario general socialista en la provincia, presidente en funciones de la Diputación y alcalde de San Roque viene causado por su afán de acaparar puestos y no repartir juego pese a manejar él, por el momento, las cartas. No era su nombre, por ejemplo, el que figuraba inicialmente en el número tres de la lista del PSOE al Congreso y tampoco, a decir de algunos, estaba previsto que ocupase la portavocía socialista en la Diputación sin un debate más sosegado. Para quien quisiera escucharle, el alcalde de Chiclana, José María Román, ya ha advertido que la confianza en el líder provincial se mantendrá solo hasta el próximo congreso del partido.

Gerardo Landaluce, "el concejal 17"

No hay sarao en el PP de Algeciras en el que no se deje ver Gerardo Landaluce, presidente del Puerto algecireño. Lo hizo en la presentación de la lista electoral por Algeciras que encabezó su hermano José Ignacio, en los actos de campaña celebrados por los populares, en la fiesta de celebración de los resultados del 28-M y, ayer, domingo, en la copa que celebró el PP en la Feria Real. Ya hay quien le llama "el concejal 17". Veremos en el futuro.