Maritimas

Los ángeles también nadan

  • Salvamento Marítimo entrena a su personal con simulacros con medios aéreos La dársena de Getares es el lugar habitual para los ejercicios

Ángel Segura ha perdido la cuenta de cuántas veces se ha lanzado de un helicóptero para rescatar a personas que estaban en apuros en el mar. Lleva 22 años en este arriesgado oficio, en el que el miedo es una herramienta más de trabajo para sobrevivir. Es nadador de rescate y, aunque su medio es el mar, llega donde le necesitan por aire, habilidades que le permiten hacer gala a su nombre. Esta semana completó con éxito un impresionante ejercicio en la dársena de Getares con la Salvamar Dubhe para entrenar la evacuación de personas.

"Él es la élite del salvamento marítimo", reconoció Ángel Tierra, uno de los tres tripulantes de la Salvamar Dubhe, sobre el nadador. La lancha con base en la dársena del Saladillo hizo el ejercicio Search and Rescue (SAR) con la bandera a media asta en señal de luto por el reciente fallecimiento de un histórico de la profesión en la ciudad, José Palenzuela Luque, compañero durante 24 años. De hecho, sus la tripulación le dedicó el ejercicio.

La embarcación partió alrededor de las 9:00 de la mañana hasta el punto indicado en Getares patroneada por Víctor Tierra. Allí, a merced de las olas -que ese día no eran de lo peor, aunque la lancha, se movía-, pronto hizo su aparición por estribor el Helimer 218 con base en Jerez. La nave quedó parada sobre la salvamar, y cayó una cuerda que alcanzaron a coger Ángel y José San Isidro.

Pocos minutos después, una persona enganchada a la cuerda bajaba con seguros movimientos, probablemente señales a sus compañeros, hasta quedar sobre la salvamar. Era Ángel Segura, el nadador de rescate, ataviado con un traje de neopreno y pertrechado a simple vista con aletas, casco, linternas y equipos de transmisión.

"En principio la comunicación se hace mediante señales porque es la forma más segura. Hay mil señales. El piloto llega un momento que no ve el barco y le voy indicando", contó. El drama de la inmigración irregular o evacuaciones de enfermos o heridos en buques forman parte de su trabajo. "Todas las actuaciones son difíciles, pero alguna se complica más que otra", admitió.

En ejercicios SAR como el de esta semana, que se ejecutan de forma periódica, el personal de Salvamento Marítimo asemeja todo lo posible las circunstancias a una actuación real. Tras el nadador de rescate, la tripulación del Helimer -las tres personas que quedan arriba-, enviaron por la cuerda una camilla y un muñeco de goma, todo con la nave sobre la Salvamar. El nadador lo inmovilizó y lo enganchó al cabo para iniciar su izado al helicóptero.

Cuando estuvo todo listo, tras las señales pertinentes, Ángel inició su subida para trasladar al herido a un centro hospitalario, si hubiera sido el caso, o a la base a la espera de una posible situación real. Cada año, Salvamento Marítimo lleva a cabo más de 5.000 actuaciones en el litoral español -600 de ellas con personal de las bases de Algeciras y Tarifa- en las que están involucradas más de 13.000 personas. Llegado el caso de un rescate o una evacuación, sus protagonistas pueden estar tranquilos porque los ángeles también nadan.

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