Maritimas

Salvamento Marítimo, los héroes del Estrecho

  • El equipo del Centro de Control de Tarifa coordina las emergencias que puedan surgir en 30.000 kilómetros cuadrados de mar, desde el Mediterráneo al Atlántico · Las imprudencias y la inmigración están entre su trabajo diario

Los vecinos del Campo de Gibraltar conocen de manera popular a Tarifa Tráfico como la voz que los domingos cuenta la fuerza del viento que permitirá, o no, pasar un buen día de playa en la costa de la Luz. Pero este Centro de Coordinación de Salvamento dependiente de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima -Salvamento Marítimo- es mucho más. De hecho, las 1.173 personas rescatadas en 456 intervenciones realizadas en emergencias arriesgadas en 2009, cuando nadie es capaz de adentrarse en el mar, convierte a sus empleados en los héroes del Estrecho.

"Lo de las llamadas para conocer el tiempo es algo con lo que tenemos que convivir, somos un servicio público, y a veces son divertidas. Una vez una señora me dijo que ella qué sabía cuántos nudos tiene una cuerda", bromeó el subjefe del centro, José Maraver. Sus funciones van mucho más allá, son más complejas y necesarias en una zona con denso tráfico marítimo y con gran tradición de pesca recreativa, que conlleva riesgos.

Tarifa Tráfico es el Centro de Control de Salvamento decano del litoral español -donde existen otros 20- ya que funciona desde 1985 y de manera ininterrumpida desde 1987 para dar respuesta a todas las emergencias que puedan surgir en la mar, desde rescates a búsquedas, evacuaciones médicas, remolques, luchas contra la contaminación, difusión de avisos a la navegación, potenciación de la seguridad del tráfico marítimo y la recepción e inmediata respuesta a las llamadas de socorro desde la mar.

"Muchas veces luchamos contra el desconocimiento, contra las imprudencias, el no llevar los equipos adecuados o no informar a las familias sobre dónde van", contó Maraver quien, junto al jefe de centro, Adolfo Serrano, son los que dan la cara ante las familias las 24 horas en casos de emergencia. Tras una alerta, mueven los medios a su alcance para rastrear y encontrar al desaparecido en el mar y lanzan avisos por VHF a los barcos que hay en la zona para que colaboren en el rescate. El subjefe acaba de coordinar las tareas para encontrar una nueva patera a la deriva, ésta con 17 personas, una de ellas un pequeño de un año. "Es una verdadera tragedia", lamentó.

"Nosotros estamos siete días, 24 horas, los 365 días del año", explicó Víctor Tierra, patrón de la salvamar Dubhe, con base en el puerto de Algeciras. Él y su tripulación, formada por José Luis Carrillo (mecánico con 21 años de experiencia en la empresa), Jorge Rodríguez y Ángel Tierra (ambos marineros), conviven todos los días de 8:00 a 15:00 en una lancha de 15 metros de eslora, haciendo cinco días de maniobras en el mar y dos de mantenimiento en la dársena deportiva del Saladillo en guardias de una semana, mientras surgen emergencias, que son muchas cada día. Todos tienen un pasado marinero y les gusta su trabajo. "Funcionamos muy bien porque somos cuatro", explicó Víctor, buzo en otra fase de su vida laboral y desde 2003 en Salvamento, dependiente de la Dirección General de la Marina Mercante y del Ministerio de Fomento.

Cuando están en casa y suena su busca o el móvil, deben dejar todo e intentar hacerse a la mar en menos de 15 minutos, las multas de Tráfico pueden llegar luego. "Yo prefiero seguir hasta el puerto aunque la policía me dé el alto, ya aquí se enterarán que soy de Salvamento. Un minuto para alguien que esté esperándonos en el mar puede ser crucial", contó Jorge, con tres años ligado al Salvamento y desde los 12 años en la mar.

La salvamar Dubhe es su medio de transporte, ambulancia o vehículo anticontaminación, según el caso. "Nosotros salimos al mar cuando nadie puede salir", y para ello toman las mayores precauciones. La salvamar, que se pilota con un pequeño joystick, puede navegar a una velocidad máxima de 25 nudos y un simple toque al timón puede hacer virar la máquina diez grados. De hecho, cuenta con las más modernas tecnologías tanto para hacerse ver, como para evaluar la situación o encontrar a quienes buscan, siempre coordinados desde la central con el resto de medios en el mar o en el aire.

Su seguridad, para poder proteger a los demás, es lo principal. Antes de embarcarse se colocan traje protector, zapatos de seguridad, máscara, guantes y un casco similar al de aviación, por el que se protegen y se comunican tanto entre ellos como con la central. Además, disponen de chalecos salvavidas auto hinchables al contacto con el agua y con radiobalizas, que avisan automáticamente al patrón si ha caído uno de sus hombres al agua y dónde está. También llevan walkies sumergibles, todo está previsto.

La tripulación está expuesta a todo tipo de situaciones sanitarias. Por ello, periódicamente se vacuna contra todo. En muchas ocasiones deben trasladar a enfermos desde buques fondeados en el Estrecho para ser atendidos en tierra, y no pueden correr riesgos. La salvamar, en ese caso, es desinfectada con el mismo producto que se utiliza en los quirófanos. Dentro de las labores de mantenimiento que aplican jueves y viernes, esta vez se ha repintado parte de la cubierta con pintura naranja y arena de filtro de piscina, el mejor antideslizante. "No nos podemos permitir resbalarnos en una situación difícil", contó el patrón de la Dubhe. La salvamar siempre lleva una decena de kits para inmigrantes, con útiles de aseo y abrigo para una primera atención en cuanto son rescatados, además de una camilla con arnés para ser izada por el helicóptero, que tiene su base en Jerez de la Frontera. Al menos una vez al mes deben hacer ejercicios con los medios aéreos, para no dejar nada a la improvisación cuando haga falta un rescate de ese tipo. Mucho trabajo, nunca parados. "Pero al final, cuando rescatas a alguien, compensa", declaró Ángel Tierra y todos asintieron.

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