En el sector naval todo suele tener unas dimensiones descomunales desde el punto de vista de cualquiera que sea ajeno a la industria. Y dada la tendencia al gigantismo entre los armadores, los clientes de Astilleros Cernaval son cada vez mayores. Tanto, que las instalaciones dedicadas a la reparación de Campamento (San Roque) han alcanzado su récord al alojar el barco con mayor manga en su dique seco. Fue el Alburaq, con 44 metros de manga, introducido con destreza por los prácticos en un cajón de 50 metros menos 1,25 de defensas por babor y por estribor. Justito.

Cernaval está acostumbrado a recibir buques grandes. "Pero es verdad que en los últimos tiempos estamos notando que la media de los barcos que entran al dique seco es mayor y que están aumentando los petroleros", contó la comercial del astillero, Patricia Borjas, que forma equipo con el director comercial, Enrique Pérez. Petroleros que no llegan a Cernaval porque pasen por la puerta o, en otras palabras, porque la bahía sea un hub internacional de productos petrolíferos. "Aquí hay un enorme esfuerzo comercial, una mejora continua en producción, calidad y eficiencia que nos hace competitivos", defendió el director de Infraestructuras, Desarrollo y Calidad de Cernaval, Juan Luis Castro.

Su fórmula funciona. En este primer cuatrimestre del año, el astillero de Mario López ha reparado un total de 21 buques, además de los que utilizan las instalaciones del mismo empresario en el puerto de Málaga. Un astillero hermano al de Cernaval, aunque de mejor tamaño, que la compañía no considera un desahogo de la Bahía de Algeciras, sino otra empresa con la que ofrecer opciones a los armadores y dejar fluir sinergias. Estos días tuvieron allí la embarcación Punta Mayor de Salvamento Marítimo.

Entre los buques reparados destacan -además del Alburaq, al que se reparó el timón-, un buque tanque de la empresa pública ecuatoriana EPFLOPEC. El barco fue el Chimborazo y, a su marcha, se le celebró incluso una nueva botadura en las instalaciones portuarias de la APBA en San Roque.

Además, este año han chorreado 9.000 metros cuadrados de obra viva en dos buques de Grimaldi Lines, un armador italiano que cuenta con más de 70 barcos. "En cuatro días y medio les hicimos un tratamiento de silicona con una nueva tecnología que requiere unas condiciones climatológicas específicas, que esté tres días sin llover y unos latiguillos especiales", contó Borjas, que añadió que los resultados están siendo tan satisfactorios que la confianza de Grimaldi en Cernaval es total y es muy probable que vengan más barcos este verano.

Profesionalidad, esfuerzo e innovación que están atrayendo buques de las navieras más importantes de Europa y también de España, como Boluda Tankers. Unos servicios que funcionan, que han estado esta semana en misión comercial en Posidonia (Grecia) y que están atrayendo buques cada vez mayores al astillero privado con las mayores instalaciones del sur de España.