Cultura

Las 4.000 fotografías de Mario Maya

  • El Centro Andaluz del Flamenco digitalizará el material audiovisual del coreógrafo. La fundación que preside Mariana Ovalle, viuda del bailaor, inaugura en su casa de Sevilla un espacio para el "encuentro entre artistas"

Cuando todavía era un niño en las cuevas del Sacromonte granadino, la casualidad -o el destino- quiso que la pintora británica Josette Jones se topara de frente con Mario Maya, gitano nacido en Córdoba en plena Guerra Civil, 1937, y criado en Granada desde los dos años. La frescura, genio y elegancia de su baile le inspiraron para pintar a su regreso a Londres una serie de cuadros que le valieron un importante premio en metálico que quiso que fuera destinado a financiar los estudios en Madrid del que, con el tiempo, se convertiría en uno de los maestros más importantes de la danza.

Recuerda esta hermosa historia, con maneras de cuento, Mariana Ovalle, viuda del coreógrafo que falleció en Sevilla en septiembre de 2008 y presidenta de la Fundación que lleva su nombre, una entidad que nació con el fin de preservar y difundir el patrimonio documental del artista y, por otro, impulsar la formación integral en el baile flamenco. Junto a estos dos principios, como explica Ovalle, el tercer eje de actuación es el compromiso por la igualdad y los derechos humanos. "Fue una constante de preocupación en la vida de Mario, por eso el Espacio Cultural de la fundación queremos que sea también un lugar de encuentro y debate entre un grupo de personas que admirábamos a Mario sobre el flamenco, la cultura y los derechos de los pueblos", explica Mariana sobre la zona habilitada en la residencia del coreógrafo, en el barrio de La Florida en Sevilla. Este espacio, que poco a poco irá colgando en sus paredes los carteles de los espectáculos que protagonizó Maya así como algunas de las fotografías del artista (el archivo tiene unas 4.000, según Ovalle), cuenta ya, entre las piezas de su colección permanente, con una serie de retratos de los maestros del jondo realizadas por el pintor Patricio Hidalgo.

Y es que la pintura siempre ocupó un lugar destacado en la vida creativa del autor de montajes tan decisivos para el baile actual como Camelamos Naquerar (1976) o Réquiem para el fin del milenio y de lo flamenco (1994). Eduardo Arroyo, Chillida o José Guerrero compartieron en diferentes etapas de la vida del maestro encuentros que forjaron el caracter abierto y crítico de Mario. Con el recuerdo de ese amor del coreógrafo por la pintura, la Fundación tiene previsto un convenio de colaboración con el Instituto Cervantes para poner en marcha una ambiciosa exposición colectiva -itinerante por las sedes de aquellas ciudades en las que actuó Maya- dedicada al recuerdo del coreógrafo en el que participarán creadores como Chema Cobo, Rafael Canogar, Eduardo Arroyo, Antón Lamazares, José Hernández, Antonio Maya, Juan Correa y tres artistas noveles "con el propósito de impulsar su carrera" a través de un premio de pintura con el nombre del artista.

Junto con las artes plásticas, otra de sus pasiones -a la que dedicó su vida- fue el análisis y el estudio del flamenco, pues "sólo así se dignifica este arte", decía quien fuera primer director del Centro Andaluz de Danza. Uno de sus proyectos más ambiciosos, en el que el coreógrafo estaba trabajando justo antes de su muerte, fue el centro flamenco de estudios escénicos, en el que el bailaor quería impartir al alumno una formación completa en la que se contemplaran distintas técnicas dancísticas, musicales así como el análisis y estudio de la historia del jondo. Y es que "si se abren los cajones del despacho de Mario están guardados todos los proyectos que tenía en mente", entre los que figuraba, confiesa Mariana, su ilusión por ser, algún día futuro que ya no será, director del Ballet Nacional, o una película basada en el guión del lorquiano montaje El Amargo.

De los ensayos y estrenos de sus más de 15 espectáculos, de las coreografías que diseñó para otros artistas, sus premios, los momentos compartidos con leyendas como Antonio El Bailarín, Mairena o su maestra Pilar López... de todos estos instantes hay una memoria gráfica en esas 4.000 fotografías. Todo este material, así como las grabaciones de televisión y vídeos inéditos de sus actuaciones por el mundo de Maya y todas las conferencias que pronunció serán, próximamente, tratadas y digitalizadas por el Centro Andaluz del Flamenco, como adelanta la presidenta de la fundación.

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