Gisela Pulido se reinventa

La rider tarifeña, marcada por el Desafío Islas Canarias, abandona la competición para centrarse en actividades en "naturaleza extrema"

Gisela Pulido.
Gisela Pulido.
Redacción Tarifa

28 de septiembre 2016 - 05:02

Gisela Pulido, diez veces campeona del mundo de kitersurf a los 23 años. Todo un icono del deporte femenino. Sin embargo la tarifeña de origen catalán ha decidido empezar de cero. Después de renunciar este año al Campeonato Mundial -por otro lado bastante desvalorizado y reducido a sólo cuatro pruebas- sus objetivos han cambiado radicalmente. Gisela pretende especializarse en pruebas contra la naturaleza "en situaciones extremas" y ha puesto sus ojos en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Gisela Pulido ha hecho un paréntesis en su brillantísima carrera. Es la primera vez desde 2004 que no toma parte en el Circuito para optar a un título, el de freestyle, que alzó por última vez en 2015.

"Necesitaba desconectar para recuperarme física y mentalmente. La rutina es difícil y yo tengo que sentir mucha motivación por lo que estoy haciendo", explica la rider, en declaraciones al diario Marca.

Gisela Pulido, que ha cambiado la carrera de periodismo por administración y dirección de empresas (en la UCAM), siente que el Desafío Islas Canarias, que el que unió la totalidad de las islas del archipiélago en etapas diarias, ha cambiado su vida.

"En freestyle son mangas cortas pero muy intensas, como un esprint. Esto ha sido como un maratón. He quemado casi 4.000 calorías por sesión. He hecho muchísimo entrenamiento de resistencia", explica la joven, que completó 384 kilómetros en siete días.

"Lo más parecido que había hecho había sido cruzar el Estrecho hace seis años, pero es totalmente distinto. Han sido 384 kilómetros, con trazados y llegadas diferentes. Fue durísimo físicamente, pero disfruté mucho y saque anécdotas muy bonitas. He podido explorar acantilados en los que nadie ha puesto el pie como Los Órganos, en La Gomera, que es brutal", subraya.

"Este desafío me ha cambiado. Me ha abierto las puertas y me ha dado otra perspectiva", agrega, al tiempo que admite que tiene dos proyectos similares en Estados Unidos de los que se resiste a dar detalles, pero en los que se enfrentará "a la naturaleza en condiciones extremas".

El otro objetivo es que si el kitersurf es aceptado como deporte olímpico en 2017, ponerse manos a las obras para llegar a Tokio 2020.

Para eso se verá obligada a retomar la competición. "Hay que ver cómo se desarrollan las cosas, pero me motiva mucho", admite. "Sé que será complicado, pero ésa es una motivación extra para intentarlo".

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