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¡Tú sí que vales!

  • La Balompédica celebra su desembarco en la fase de ascenso a la Liga Adelante con un merecido triunfo sobre el Lucena, al que arrebata el segundo puesto en una jornada festiva que comparte con su público

Incontestable, indescriptible e inolvidable. La centenaria Balona protagonizó ayer su particular entrada triunfal en la mal llamada liguilla como está al alcance sólo de los grandes. O mejor, de los que los que los son tanto que se antojan inabarcables: superando a otro de los gallitos del grupo IV, el Lucena, al que noqueó con dos goles en dos momentos cruciales, el primer y último minuto del primer periodo, y no dejó reaccionar después. Los albinegros arrebatan con esta emotiva victoria la segunda plaza a los cordobeses y dependen de sí mismos para acabar subcampeones.

La afición y la plantilla se matrimoniaron antes, durante y después de la contienda para festejar un éxito que llega después de veinte años de espera, de un interminable travesía por el desierto. La satisfacción de los protagonistas y el reconocimiento de su parroquia no se aplacó ni un ápice por el hecho de que las matemáticas los hubiesen certificado un día antes. Fue una fiesta en el más amplio sentido de la palabra. Como por otro lado tenía que ser.

Escobar sorprendió colocando en sus bandas a sus exteriores naturales, que tal y como está el fútbol hoy en día casi es a pie cambiado. No pudo obtener mejor y, sobre todo, más inmediato resultado. En el segundo cincuenta Bello -que completó un partido soberbio- puso el balón en el borde del área pequeña, Copi se lanzó en plancha, cabeceó y el cuero, tras rozar en Sarmiento, se fue a las mallas. La Balona había puesto su primera piedra para un triunfo que quedará grabado en su historia.

El conjunto aracelitano, lejos de acusar el golpe, durante veinte minutos no sólo tuvo el balón, sino que lo manejó con enorme criterio. Fue el periodo en el que la Balompédica comenzó a administrarse, a demostrar que para estar arriba no sólo hay que saber jugar, sino que hay que saber manejar los tiempos. Y en ese apartado este equipo ha madurado hasta el infinito.

En el seis  Fede, que partió en más que posible fuera de juego, se plantó ante Pagola y cuando iba a descerrajar la meta local apareció Romerito no se sabe muy bien de dónde y le arrebató el esférico. No sería el único aviso forastero. En el 14' Javi Lara botó un corner, Mario cabeceó de espaldas al marco y el poste se alió con los de casa para abortar la igualada.

Después de sufrir durante un buen rato el equipo de casa pudo por fin desplegarse y lo más peligroso llegó en el 24', en una acción negociada entre Juampe Rico y Copi en la que el Ocaña disparó tan forzado que Vargas pudo atrapar.

El intercambio de golpes entre dos equipos preñados de virtudes continuaba y Jesús Lanza puso a prueba al portero albinegro en un golpe franco lejano, que se envenenó. Pagola sacó con soltura. Cuatro después la defensa albinegra volvió a sufrir con los pases a la espalda del rival, pero el portero navarro evitó con los pies que Quini rehiciese las tablas.

El público decidió entonces tomar el mando de las operaciones, como hacen las aficiones añejas cuando ven que los suyos titubean. Convirtió la grada en una fiesta y en gritos de ánimo a un equipo que sintió su aliento. En el 42' Bello, que había vuelto a la derecha tras un intermitente paso por su puesto natural, robó al mismo borde del área a una defensa que se complicaba en exceso. El jerezano se fue a la línea de fondo y envió a Ocaña, que no falló (2-0).

El conjunto de La Línea, abnegado y con esa chispa que da el hambre de éxitos, había sacado renta de lo más débil del rival, su retaguardia, mientras que el Lucena, mucho menos tenso, fue incapaz de aprovechar sus ocasiones. Es la diferencia.

Tras el descanso la Balompédica volvió a salir más enchufada, más ansiosa. Romerito y Ocaña pudieron disipar cualquier sombra de duda, pero no atinaron. Y en el 59', en un nuevo error de la zaga celeste, Mario se vio obligado a sujetar a Copi cuando era el último defensa. El árbitro no se quedó con la copla, pero si uno de sus auxiliares. Roja directa.

A partir de ese momento y con los albinegros en superioridad numérica, el partido ya no existió. La Balona lo llevó donde quiso y sólo permitió a los de Falete lanzar una vez a puerta. Los de casa disfrutaron en el césped de un partido que daba la sensación de que no querían que acabase, pero sin hacer sangre, como si les bastase con el botín ya asegurado.

Y llegó el final. Y los aplausos. Y los cánticos. Y los abrazos y las lágrimas. La Balona ha dado el primer gran paso. Un paso enorme, histórico y que, por encima de todo, ha hecho feliz a mucha gente. Pero lo más importante  de todo es que despide la impronta de que lo mejor está aún por venir.

Ficha técnica

Árbitro: Vicente Gil Coscolla (Valencia). Sobresaliente, aunque no tan bien auxiliado.

Tarjetas: Amarillas a los locales Ismael Chico (81') y Dani Gallardo (89') así como a los visitantes Obregón (26'), Víctor Armero (84') y Rubén Ramos (87'). Expulsó con roja directa al aracelitano Mario (69'), por derribar a Copi cuando era el último defensa.

Goles:1-0 (50 segundos) Bello centra, Copi cabecea y el balón roza en el defensa Sarmiento antes de llegar al marco. 2-0 (42) Ocaña remata un centro de Bello.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la trigésimo sexta jornada de Liga en el grupo IV de Segunda B, disputado en el Municipal de La Línea ante 2.500 espectadores. Antes del choque la Andaluza entregó su medalla de oro a la Balompédica por su condición de centenaria.

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