El linense José Luis Reyes estampó ayer su firma como nuevo futbolista del CD San Roque. Los rojillos cerraron su tercer y último refuerzo de invierno, tras Bubu y Dani Hoyos, todos adelantados por este periódico, una incorporación importante que trae de vuelta al Campo de Gibraltar a uno de los pocos jugadores de la comarca que ha hecho carrera en el extranjero. Tras dar el salto de la Balona al Cádiz hace ya diez años y tras pasar los últimos cinco en Grecia, Reyes defenderá la camisola del San Roque lo que resta de campaña.

"Vengo con muchísimas ganas de volver a competir", confesó ayer el linense. El centrocampista admite que siente "el gusanillo" de vestirse de corto y que a sus 30 años aún tiene mucho fútbol en sus botas. "Uno está más hecho, más maduro, con mucha experiencia ya en la espalda, pero todavía con ganas de dar guerra", manifestó.

Reyes firmó ayer por el San Roque pero lleva trabajando con los rojillos desde el pasado mes de octubre. El linense pidió permiso a José María Pajares para ejercitarse con el grupo para no perder la forma. José Luis regresó a casa el pasado verano tras poner fin a su largo periplo en Grecia y desechó las ofertas que le llegaron de Segunda B. "La situación del fútbol es bastante complicada, ya no es como antes que te pagaban lo que te prometían, ahora pocos clubes pueden cumplir y uno tiene que pensarse bien si merece la pena estar fuera de casa", explicó.

El San Roque le abrió las puertas y según se agotaba el mercado invernal le planteó la opción de unirse al plantel. "Les di mi palabra de que si no me salía nada interesante, podrían contar conmigo, y aquí estoy deseando de ponerme la equipación ya".

El nuevo refuerzo conoce a la perfección al vestuario rojillo. "Ya tenían amistad con algunos, con los más veteranos, pero ahora conozco a todos", apuntó Reyes, que se siente "uno más".

El exbalono admira la campaña que está cuajando su nuevo equipo. "A un club novato no se le puede pedir mucho más. Han demostrado que son competitivos, que tienen calidad", resaltó el linense, un espectador más cada vez que el Sanro juega en el Manolo Mesa. "Ahora lo importante es sumar esos puntos que faltan para la permanencia y empezar a disfrutar", remarcó. "Si este equipo juega sin presión seguro que ganará muchos partidos... y quien sabe si puede meterse arriba, porque el grupo tampoco está tan complicado".

Criado en el Zabal, José Luis Reyes despuntó en la Balona muy jovencito y fue reclutado por el Cádiz en 2001. Con los cadistas fue protagonista de un ascenso a Segunda B. Tras dejar Carranza tuvo una etapa en el Palamós antes de iniciar su aventura griega, en la que ha pasado por el Aris, el Atromitos, el Levadiakos,el Ethnikos Asteras y el Diagoras Rhodas. Ahora vuelve para estar "cerca de casa" y "volver a disfrutar del fútbol sin presiones".