Algeciras

Pobre Algeciras

  • Los problemas sociales ganan visibilidad debido a la crisis · El municipio carece de albergue, pese a las promesas electorales y el aumento de la indigencia

La crisis económica acentúa los problemas más latentes de una ciudad, escondidos o apaciguados en época de bonanza. Así, la pobreza parece ganar visibilidad en Algeciras en los últimos meses y acumula ya en diversos puntos del municipio diferentes conflictos relacionados directamente con ella. Miles de personas acuden diariamente a los actores sociales para poder alimentarse, centenares de familias consiguen pagar el alquiler gracias a las ayudas específicas del Consistorio -que gastó 800.000 euros en 2009 en tal concepto- y decenas de indigentes pernoctan en la calle cada noche.

Aunque no existen cifras oficiales al respecto del número de pobres que hay en Algeciras, sí que se puede concluir que miles de vecinos forman parte de este colectivo. Y es que, según los expertos, en España se considera pobre a una persona con unos ingresos inferiores a los 6.278,7 euros anuales. Y, por ejemplo, tan sólo en el municipio existen 2.026 pensionistas (por invalidez o jubilación) que apenas reciben 4.775,8 euros cada ejercicio.

Además, la crisis también está provocando que cada vez acudan más personas a solicitar ayuda a Cáritas. El comedor del Padre Cruceyra alimenta diariamente a alrededor de 120 ciudadanos, el 90% de ellos de Algeciras. El director de Cáritas, Juan de Dios Regordán, no obstante, señala que el perfil de las familias necesitadas está cambiando debido, principalmente, al problema del paro. Son personas que no acuden al Comedor del Carmen por pudor pero que, sin embargo, recurren a las parroquias para subsistir. Regordán se refiere a ellos como "pobres vergonzantes". Los problemas económicos les impiden pagar la hipoteca, la luz o el agua. Asimismo, encuentran dificultades para llevar un plato de comida cada día a su casa. Según Cáritas, actualmente hay 1.700 familias en Algeciras que están recibiendo ayudas a través de las 16 parroquias que coordinada la organización católica.

Regordán afirma que cuando las familias necesitadas acuden a Cáritas, lo primero que hacen es aconsejarles que vayan a Asuntos Sociales. "Sin embargo, algunas vienen de vuelta y acaban recurriendo a la parroquia de su barriada", recalca.

El pacto de gobierno que firmaron el PSOE e IU en 2007 recoge entre los acuerdos "dotar de una asignación económica suficiente en los presupuestos municipales al comedor del Padre Cruceyra". Este compromiso se tradujo en la firma de un convenio prorrogable por el que el Ayuntamiento dotaba a Cáritas de una subvención, que fue de 20.000 euros en el ejercicio 2009. De ese dinero, la organización sólo ha recibido la mitad y, según indicó Regordán, el Consistorio todavía no se ha reunido con Cáritas para hablar de la asignación de 2010, año que está a punto de concluir.

A su vez, la asociación Acasa, dependiente de la Junta y que cuenta con una dotación presupuestaria por parte de Bienestar Social del Ayuntamiento para la ayuda a domicilio, también acude diariamente a las instalaciones de Cáritas a retirar 32 comidas. "No tenemos ningún convenio con Acasa, pero nosotros no vendemos comida, se la damos a quien la pide", manifiesta Regordán.

Desde luego, esta situación resulta no menos que curiosa, ya que en los presupuestos aprobados por el Consistorio para 2010 se estableció una partida de más de un millón de euros para el desarrollo de dichas prestaciones por parte de la entidad regional y demás organismos consistoriales responsables. Un importe que se incluye dentro de los 3.075.000 euros que tiene asignados la concejalía de Asuntos Sociales para el presente ejercicio.

Así, de dicha cantidad se transfieren 1,7 millones a la Fundación de Igualdad y Bienestar Social. Un ente, éste último, que maneja un presupuesto anual superior a los 4,2 millones de euros. Aunque el 44% de ese dinero se gasta en abonar los sueldos de la plantilla contratada a lo largo del ejercicio. De esta forma, los salarios del personal absorben prácticamente la mitad de los recursos destinados al organismo. De hecho, en el caso del área de Servicios Municipales al Ciudadano incluida en la Fundación, de cada euro asignado para asuntos sociales sólo llega de forma efectiva como máximo a los necesitados 27,4 céntimos. El resto se queda en las nóminas a los trabajadores (más de 1,8 millones), material y comunicaciones, entre otros; según se desprende de la documentación aprobada en su día por el Gobierno local.

Por tanto, estas cifras podrían calificarse de estratosféricas si las comparamos con las de otros actores sociales que desempeñan su función también en Algeciras. Por ejemplo, los recursos monetarios de Cáritas invertidos en toda la provincia de Cádiz durante el 2009 ascendieron a poco más de 1,4 millones de euros.

Paralelamente, otro problema a analizar en la localidad tiene que ver, sin lugar a dudas, con la ausencia de un albergue municipal que acoja por las noche a los indigentes. Algeciras es uno de los dos únicos municipios andaluces de más de 90.000 habitantes que carece de una instalación de tales características -tan sólo Marbella sufre en la región una situación similar, aunque dicha localidad sí que cuenta con un enclave para que los transeúntes se aseen y laven la ropa durante el día-.

Y esta coyuntura se produce a pesar de que en el pacto de gobierno, firmado hace tres años por IU y PSOE, se incluyó como prioridad la construcción de un albergue. Los meses y las elecciones pasaron; y el proyecto se diluyó con el tiempo. Pero es que la necesidad de un edificio que cumpla dichas funciones resulta incuestionable. A consecuencia de la crisis, el número de vagabundos que duermen en la calle se ha incrementado y muchos de ellos se concentran en ciertas zonas de la ciudad. Así, por ejemplo, los cajeros automáticos cerrados de los bancos del centro se transforman cada noche en improvisados dormitorios. Y en el Llano Amarillo pernoctan en los automóviles abandonados más de una docena de personas. "Una cifra que crecerá todavía más, puesto que los que ya están aquí se lo dicen a más gente y se produce un efecto llamada", reconoce Paco, una de las personas que habita desde hace tres meses en uno de los coches ubicados en la explanada algecireña.

El Consistorio ha decidido poner fin al problema del Llano Amarillo. El área de Tráfico -coordinada con Asuntos Sociales- ha iniciado los trámites administrativos necesarios para retirar los automóviles abandonados en la zona. El problema reside en que dicho proceso, que debe realizarse de forma individual para cada coche, se alargará como mínimo de dos a tres meses.

Las principal dificultad para prestar ayuda a este colectivo radica en su carácter itinerante. Aunque los propios indigentes protestan por la escasa implicación del Consistorio. Por ejemplo, la Fundación de Bienestar carece de unidades de calle -trabajadores sociales que recorren las calles proporcionando información a los vagabundos-. "Yo mismo me presenté en el Ayuntamiento y me dijeron que lo único que podían hacer es pagarme un pasaje a Málaga, porque tenían un acuerdo con la línea de autobús. ¿Para qué quiero ir yo a Málaga?", apunta Paco.

Paralelamente, en las cercanías del Ingeniero Torroja se "representan" todos los mediodías escenas dantescas, impropias de un país del llamado Primer Mundo. Los toxicómanos recogen directamente del suelo los restos de comida sobrantes de la actividad comercial de la jornada. Junto a ellos, perros y gaviotas tratan de conseguir también algún trofeo -en forma de alimento- que llevarse a la boca. Una situación que deriva en bastantes ocasiones en peleas entre los propios indigentes y situaciones violentas, que infunden temor a los vecinos. De hecho, los residentes en la zona baja denunciaron ya en repetidas ocasiones la rápida degeneración que sufre la barriada, resultado también de la proliferación de la prostitución.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios