El hastío ha saltado un nuevo escalón. El inmenso deterioro sin frenos que sufre la Escuela de Arte y Oficios de Algeciras no ha pasado de puntillas por el propio alumnado. En las redes sociales algunos han plasmado con fotos ejemplos del mal estado del edificio enfocando desde techos a escaleras. El grupo de Facebook Salvemos la Escuela de Arte sigue teniendo vida después de años pululando en esta red social, como símbolo perfecto de un problema encallado, el de una falta de rehabilitación integral, que vive en un periodo constante de letargo.

La última iniciativa ciudadana ha sumado en apenas dos días más de 1.000 firmas. Un alumno de la propia Escuela de Arte algecireña, Luis Silveira, ha impulsado a través de la plataforma Charge.org una recogida de apoyos solicitando la rehabilitación integral del edificio. Las firmas han volado en las últimas horas para llevar su petición ante la Junta de Andalucía.

La carta respalda con una serie de argumentos la necesaria reforma integral del edificio. En primer lugar la exige por la seguridad de todos aquellos alumnos y profesores que están presentes en este centro, educando a futuros artistas en potencia. Y en segunda instancia porque se trata de un edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC), un estructura de una categoría majestuosa, pero que "se está derrumbando poco a poco". En la carta a firmar recuerda Silveira que se trata de una "escuela a la que acuden personas de todo el Campo de Gibraltar".

La Junta de Andalucía anunció, a través de la consejera de Educación, Adelaida de la Calle, a finales de septiembre que invertiría 85.000 euros para atender las quejas de la Escuela de Arte. En concreto el dinero tenía como destino el arreglo del techo del salón de actos, clausurado desde mediados de julio tras desprenderse una pequeña parte de la cornisa. Esta inyección económica provocó reacciones contrapuestas, por un lado positivas al darse una solución rápida a este problema actual, pero por otro dejó un poso de pesimismo al ver como los problemas estructuras seguían sin encontrar apoyo, como el caso de la gran grieta de la fachada o la avería de agua que hace perder 14.400 litros al mes al centro.

Las quejas sobre el estado del edificio son constantes y pese a la inversión de 500.000 euros por parte de la Junta a través del Plan OLA, el ocaso sigue.