A tomar las aguas a Fuenteamarga
El balneario ha sido una de las principales fuentes de riqueza de la Chiclana del siglo XIX y principios del siglo XX, y aún sigue siendo un punto de referencia para dar a conocer la localidad en el exterior
El antiguo balneario de Fuente amarga, situado en la localidad gaditana de Chiclana de la Frontera, data de 1803; y el actual, emplazado en la carretera de Fuente Amarga, se inauguró el 17 de agosto de 1969.
El centro ha sido una de las principales fuentes de riqueza de la Chiclana del XIX y principios del XX, y al día de hoy sigue siendo un punto de referencia para dar a conocer la localidad en el exterior. Muchos han conocido ya las ventajas de estas aguas sulfurosas.
El principal atractivo de Chiclana fue siempre su entorno natural: sus campos, sus bosques. A esos encantos se le unió, sobre todo a partir del siglo XIX, la fama de las aguas medicinales de Fuenteamarga y las del desaparecido Braque, a las que acudían incluso los miembros de la nobleza más cercana a la realeza.
Según recogía Diario de Cádiz en un anuncio de 1880 las aguas de Fuenteamarga estaban especialmente indicadas para la curación "del linfatismo, escrofulismo y herpetismo en todas sus varias formas y manifestaciones; en el reumatismo , sífilis e hidrargirismo; en los catarros crónicos del aparato digestivo y de las vías urinarias; trastornos menstruales, metritis, y en todas las enfermedades crónicas de las mujeres; en las afecciones de la piel, y en muchas de las denominadas quirúrgicas, úlceras, cicatrices, caries y necrósis...y por último por la cualidad existente, tónica y reconstituyentes de estas aguas, conviene siempre que existan estados de atonía y debilidad general".
El balneario contaba con un servicio de carruajes desde la estación de ferrocarril de San Fernando al precio de 3 reales el billete de ida y vuelta. Estos carruajes también efectuaban transportes desde el centro de Chiclana.
La propiedad del establecimiento era en aquella época del bodeguero gaditano Agustín Blázquez, en cuyo escritorio podían efectuarse las reservas oportunas.
Por otra parte, en la sección de sociedad de este periódico se daba cumplida información de las idas y venidas a Chiclana de conocidas familias de gaditanos que tenían su residencia veraniega en esta localidad como Lacave, Gómez, Blázquez, Retortillo y otras.
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