La ruta del contrabando entre Cádiz y Málaga

Con Gibraltar tan cerca, Cádiz y Málaga siempre han sido zonas de contrabando. Tres rutas han marcado la historia de esta práctica a lo largo del tiempo, tres ramales de los cuales dos parten desde el Campo de Gibraltar y otro desde Estepona.

La mercancía de distintas características podía coger varios rumbos desde el Peñón: uno hacia San Roque, Gaucín y Ronda, otro hacia Tarifa, Vejer y Chiclana y el último hacia Estepona, Marbella, Ojén y Antequera.

El tabaco y los tejidos eran los productos más demandados. No solo circulaban elementos con la práctica del contrabando, también lo hacían las ideas, las modas y las noticias, un ejercicio comercial que ha estado vigente hasta hace relativamente poco tiempo.

Los contrabandistas de la zona tenían diferentes perfiles, iban desde esparteristas huidos tras la Guerra Civil de 1844, tal y como indica la web oficial de Turismo de la Junta de Andalucía, hasta personas aventureras y buscavidas.

La mercancía la obtenían en Gibraltar, puesto que allí fondeaban las flotas de buques mercantes a la espera de poder cruzar el Estrecho rumbo a las rutas del Mediterráneo cuando no había viento del Este.

La fiebre contrabandista se vivió en muchos pueblos gaditanos y malagueños: "Chiclana, ciudad de manantiales y baños termales. Gaucín, al Oeste de Sierra Bermeja, encrespada entre los ríos Genal y Guadiazo, en la falda de las Sierras del Hacho y al borde de un profundo tajo desde cuya plataforma puede vislumbrarse África, Vejer, tejida en una red de callejuelas árabes y habitadas por las cobijadas, mujeres que hace sólo unos años llevaban el rostro cubierto. Y desde Vejer a Ojén, y de allí, atravesando terreno montañoso, al paso de la Trocha para divisar Gibraltar, recortada en el horizonte sobre el azulado fondo del Estrecho".