Descubre la magia del Parque Natural del Estrecho: más de 30.000 años de historia
Un viaje entre civilizaciones, migraciones y paisajes únicos que unen dos continentes
La Línea acoge jornadas gratuitas de avistamiento de cetáceos los días 8, 12 y 22 de agosto
Entre el Atlántico y el Mediterráneo, el Parque Natural del Estrecho despliega sus 19.000 hectáreas de riqueza natural y cultural, invitando a recorrer un territorio donde la historia, la biodiversidad y la geografía se entrelazan. Con una localización privilegiada, este espacio marítimo-terrestre ofrece un programa de uso público que facilita a los visitantes información, rutas señalizadas, miradores, áreas recreativas y centros de interpretación en Tarifa y Algeciras, todo pensado para disfrutar del entorno de forma sostenible en el Campo de Gibraltar.
Este enclave, testigo de asentamientos romanos como Calpe o Carteya, fue en la Antigüedad un hervidero de actividad comerical, especialmente en torno a la pesca y las salazones de atún. La migración del atún rojo, que cada año cruza estas aguas en su viaje entre el Atlántico y el Mediterráneo, ha marcarcado la vida en el Estrecho desde hace más de 30.000 años. Las orcas, que cazan en estas aguas desde tiempos inmemoriales, y las ancestrales almadrabas, todavía presentes en localidades como Conil, Barbate, Zahara de los Atunes y Tarifa, son testigos vivos de esta tradición milenaria.
El Parque también guarda huellas prehistóricas, como la pintura rupestre de la Cueva de las Orcas en Zahara de los Atunes, y topónimos como Punta Carnero, vinculados a la observación de estos cetáceos.
Además de su valor histórico, el Estrecho es un punto clave para la migración de aves, peces y mamíferos marinos, lo que le ha valido su declaración como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Zona de Especial Conservación (ZEC), así como su inclusión en la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo.
El visitante encontrará aquí paisajes tan diversos como dunas, formaciones kársticas submarinas, acantilados y playas vírgenes, además de una flora y fauna excepcionales, con especies amenazadas como el águila imperial ibérica o la cigüeña negra. Entre las aves, más de dos millones de ejemplares cruzan este paso cada año en sus rutas migratorias, ofreciendo un espectáculo natural sin igual.
El Parque Natural del Estrecho no es solo un destino para amantes de la naturaleza, sino también un lugar donde la historia, la ciencia y la cultura confluyen. Un puente vivo entre continentes y épocas, donde cada sendero y cada mirador cuentan la historia de un lugar único en el mundo.
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