Pantalla estrellada

Los ayuntamientos y la Diputación rescatan el cine al aire libre tras la casi completa desaparición de las salas de verano en los últimos años

Cartel de 'Tiburón'
Cartel de 'Tiburón'
P.I./T.A.

14 de julio 2008 - 01:00

A las doce de la noche unas 400 personas aplauden desde sus sillas de playa a los superhéroes que acaban de salvar el mundo. Se va uno tranquilo a la cama sabiendo que hay tipos por ahí con superpoderes que aparecen en grandes pantallas y nos rescatan del cataclismo. Si nos salvan en la pantalla del televisor con la película bajada de internet, la sensación no es la misma. Los 4 fantásticos es una película muy mala que se digiere mejor en los nuevos cines de verano, los que los ayuntamientos instalan en las playas o los que Diputación coloca en las plazas de los pueblos y las barriadas. Porque los cines de verano tal y como los entendíamos ya no existen.

En la provincia, a mediados de los 70, quizá su época dorada, se contabilizaban unos 60 cines de verano. No había localidad costera que tuviera un solo cine. Programación diaria en sesión doble. Se entraba al final de una película, se enlazaba con la otra y se volvía a ver la primera acompañado de un aforo completo y entregado. Los últimos, empujados por la fuerza de los vídeoclubs y rematados ahora por la descarga de Internet, cerraron a finales de los 90. El Brunete, en Cádiz, uno de los últimos resistentes, dio su último pase en 2004. En plena burbuja inmobiliaria, los solares eran apetitosos. No queda ni rastro de casi ninguno de esos 60 cines.

La historia de los cines de El Puerto se asemeja a la de la mayoría de las localidades. Se remonta a principios del siglo pasado, cuando en 1906 se ofertaba ya un programa veraniego de cine en la plaza del Carbón. En junio de 1935 abría sus puertas el cine Orpheo, impulsado por Antonio Valimaña, el fundador de la saga que después regentaría durante años el céntrico cine Macario. Otro gran nombre de los cines al aire libre es el de Cinema España, en la Ribera del Marisco, que abrió sus puertas en 1941 y estuvo funcionando hasta 1974. La calle Ganado el Cinema Puerto, en 1958, mientras que en 1962 abría el cine Victoria, en la calle Bolos, local que funcionó hasta 1982. En el año 1964 se abre el cine Florida, mientras que en 1974 vivía su primera temporada de verano el Cine Playa, donde ahora se levanta la piscina municipal. La mayoría de las salas cerradas comenzaron a habilitarse ya en los 70.

Los cines al aire libre que por iniciativa pública permanecen rinden homenaje con su permanencia y su aceptación a aquellos cines que tanto hicieron disfrutar en las noches de verano.

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