Las Duelas es uno de los restaurantes más conocidos de Algeciras. Desde que abriera en 1988, el éxito de este negocio familiar no ha dejado de crecer, contando ahora con un nuevo enfoque y un proyecto renovado que conquista el paladar de todos los comensales que a él acuden.

Lo abrieron los padres de Alberto Meléndez, actual regente del negocio. Su madre trabajaba para una empresa de construcción, por lo que viajaba bastante, mientras que su padre se dedicaba a todo lo que le saliera. Ambos compartían una pasión en común, la gastronomía, por la que apostarían para crear un futuro juntos y formar una familia en Algeciras, lugar en el que se fundó Mesón Las Duelas.

Junto a unos primos suyos crearon un primer establecimiento. A los pocos meses de ponerlo en marcha, la pareja se hizo cargo de él al completo, comenzando así una historia que continúa 35 años después.

En un primer momento, Las Duelas se instaló en la calle Convento. Allí servían cortes de ibérico, chacinas, ahumados y productos y elaboraciones frías, platos para los que no era necesaria una cocina, acompañados de un buen vino, otra de sus especialidades. El producto nacional era el gran protagonista, al igual que los barriles en los que los comensales disfrutaban de sus tapas, una seña de identidad que también les ha brindado el nombre, puesto que duelas es el nombre de las tablas que forman un barril.

Barra interior.

Actualmente, Las Duelas se encuentra en la plaza Neda. Desde hace unos 8 años, Alberto comenzó a involucrase en el negocio de sus padres, dedicándose a ello por completo desde hace cinco, cuando empezó a adentrarse con más pasión en el mundo de la hostelería para darle un giro al concepto que, hasta entonces, estaba implantado en el mesón.

El gerente define el restaurante como "un bar de kilómetro 0", un lugar en el que el gran protagonista es el producto de la zona, un establecimiento "muy nacional que apuesta por los productos de calidad de España y la cocina tradicional". No obstante, en su cocina se fusionan sabores de otro tipo de culturas para adaptarlas a sus platos, "dándole un giro a platos tradicionales, los de toda la vida, para darle un poco de frescura".