El mayoral los ha ido quitando a los bueyes. Esquilas y cencerros colgados de las traviesas del cercado con el campo bravo guardando silencio por el hombre que se ha ido. El hombre que ideó que allí estarían sus toros. José Luis Pereda falleció en la mañana de ayer. Una larga y dura travesía por el cáncer desembocó en este desenlace sentido por la Huelva taurina y con el que además se cierra definitivamente esa etapa en la que José Luis Pereda apostó por dotar a esta ciudad de una plaza de toros y al tiempo recuperar un patrimonio arquitectónico condenado al olvido y probablemente a su demolición.Ayer, la Merced tenía abierta su Puerta Grande. Por ahí había llegado ese féretro al que la familia ha querido aposentar como despedida en la capilla de la propia plaza. A modo de homenaje es lo mínimo que podía rendirse a quien un día llenase de luz e ilusión ese espacio. Por esa misma puerta, abierta de par en par, fueron llegando durante la mañana amigos y familiares. Paseíllos personales abordando ese trasiego por el albero mercedario para honrar al hombre, al nombre también, que durante estas cuatro ultimas décadas le puso personal acento al historial taurino de esta Huelva.Frente al féretro han pasado principalmente sus colaboradores mas estrechos. Personas que junto a este Pereda padre compartieron aquellos inicios ilusionantes pero impredecibles de esa aventura.Coronas de flores de peñas, amigos, familiares; todas ellas iban acomodándose dentro del pequeño recinto donde generalmente reina la paz pero también rezuma historia.Veedores, gentes del toro pegadas a la empresa, el novillero Alejandro Conquero, el rejoneador Andrés Romero...ganaderos. Todos con ese ‘lo siento’ en el apoyo y la cortesía del sentimiento hacia sus hijos María José y José Luis y su viuda Rosa, compañera fiel en la alegría y en la enfermedad. Todo lo que tuvo que hacerse se hizo. Médicamente también. No hay más. Ayer tarde el obispo de Huelva rezó un responso ante su cuerpo presente.Toda la noche ha permanecido el féretro en su plaza. Todo el tiempo hasta contar las once de la mañana de hoy viernes donde se oficia sepelio en la Iglesia Catedral de Huelva. En La Merced. Será la ocasión para ese último adiós antes de recibir sepultura y se ponga punto y aparte a una vida llena de retos, odiseas, sabores más o menos dulces pero siempre sensaciones muy cercanas a esa Huelva a la que amó y respetó profundamente.Se marcha el hombre que siendo industrial soñó con ser ganadero. Con criar eso toros en la dehesa de Rosal y ponerle nombre en los carteles de plazas principales de España. Y lo hizo. Su legado, taurino y personal cobrará dimensión con el tiempo. Hoy tan solo es ocasión de despedida.