El campo de Dalías puede presumir de ofrecer diversas variedades de excelente calidad. La particularidad del clima, que goza de un par de grados centígrados menos, es la razón por la que algunos de sus productos tengan un sabor único y se den en el suelo.

El 90% de la producción daliense se basa en el cultivo del pimiento en cualquiera de sus variedades; rojo, amarillo o verde, siendo este producto el más temprano de la provincia de Almería y con un sabor extraordinario, gracias a la peculiaridad del clima y del agua, procedente del manantial del Arroyo de Celín, al abrazo de la Sierra de Gádor.

Otro ejemplo de excelencia son los tirabeques, pertenecientes a la familia de los guisantes, y que forman parte de los cultivos tradicionales de esta zona como también lo son los présules, una legumbre de la misma familia. Tal es la calidad y la fama del guisante y el tirabeque, que ambos se han convertido en productos gourmet.

El cultivo del tirabeque es muy especial, solo puede cultivarse durante unas semanas y el proceso necesita de un gran esfuerzo, mimo y mano de obra. Además, su consumo debe ser prácticamente inmediato, ya que, con el paso de los días, el fruto se endurece y pierde el sabor y la textura que le hacen tan especial. Sus propiedades organolépticas de definen por un sabor dulce y suave a la vez, un olor ligero y una textura crujiente, unas características gracias a las cuales este producto combina con numerosos ingredientes y por las que es muy apreciado en la alta cocina.

No obstante, la producción de estas variedades tan singulares de alta calidad y elevado potencial no sería posible sin el empeño de los agricultores locales de usar únicamente productos naturales, desechando la idea de usar productos químicos que podrían reducir la calidad de los productos hortofrutícolas. Esta firme filosofía además de otorgar un valor añadido a la agricultura de Dalías y potencia el turismo gastronómico basado en productos naturales y de máxima calidad.

Continuando en la línea de lo natural y original, en Dalías emplean simientes muy antiguas, que en ocasiones cuentan con 200 años de antigüedad, y son el origen de la especificidad de los cultivos tradicionales. Así, los agricultores demuestran una vez más su respeto por el producto, alejándose de la tentación de la manipulación genética y el uso de elementos químicos, lo que además explica la particularidad de los productos. Asimismo, la climatología y la calidad ayudan también a una producción de calidad.

Asimismo, el Ayuntamiento se ha volcado en promover y poner en valor sus productos de alta calidad, para lo que se han organizado degustaciones y unas potentes promociones gastronómica dentro y fuera de este municipio del Poniente almeriense, que además ha puesto en valor el trabajo de los agricultores.

Desde el consistorio también se ha apostado por promocionar el resto de la producción agrícola, que pese a poseer menos hectáreas dedicadas a su cultivo, son sinónimo de calidad.