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Cuando hablamos de zoonosis, nos referimos a las enfermedades de carácter infeccioso, vírico, bacteriano o parasitario que se transmiten de los animales vertebrados a los humanos, y en las zoonosis vectoriales en la transmisión es necesaria la intervención de un “vehículo” al que llamamos vector, y que suele ser un mosquito, una garrapata, pulgas o ratas.
La presencia de estos vectores está condicionada muchas veces por la ausencia de planes de prevención, que hacen más difícil controlar los contagios. Estas enfermedades tienen un gran impacto en la salud pública global y suponen una carga económica significativa en los países afectados. El cambio climático, el creciente aumento de temperatura y la ausencia de fríos invernales favorecen la aclimatación de los vectores, que están en continua multiplicación, extendiéndose por tanto, los tiempos de contagio, a lo largo del año. La globalización, los viajes, promueven que la transmisión de enfermedades sea tan fácil y rápida como recibir una compra online
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las enfermedades vectoriales representan aproximadamente el 17% de todas las enfermedades infecciosas, más del 70% de las enfermedades infecciosas humanas emergentes de los últimos 40 años provienen de animales. y como dato terrible cada año mueren en el mundo la cifra de 20 millones de personas consecuencia de una enfermedad zoonótica.
Nos encontramos en una posición geográfica privilegiada y al mismo tiempo tremendamente expuesta por la proximidad a un continente en vías de desarrollo y sin un plan sanitario instaurado como el europeo. Otro factor que influye de manera decisiva es el aumento de la temperatura, los vientos predominantes y el tráfico de personas y mercancías.
Enfermedades como la Rabia, de la que nuestro país está libre gracias a las vacunaciones de carácter obligatorio, resultarían un riesgo grave si se interrumpieran las medidas de prevención. Esta enfermedad se transmite directamente de animal enfermo a animal sano o a personas mediante la mordedura o contacto con saliva contaminada.
La Fiebre del Virus del Nilo Occidental (FVN) es otra enfermedad emergente o reemergente, que se transmite mediante un vector; un mosquito de la especie Culex, que transmite el virus a través de las aves y afecta a personas y caballos. Puede cursar con una leve sintomatología o complicarse, tal y como hemos comprobado en los medios de comunicación en los últimos meses.
Otra enfermedad es la leishmaniasis o leishmaniosis, padecida por nuestros perros, cuya prevención se puede llevar a cabo mediante la protección vacunal o mediante repelentes. Esta enfermedad la produce un parásito unicelular y se transmite por la picadura del mosquito Flebotomo, que es pequeño y silencioso. Esta es una Enfermedad de Declaración Obligatoria (EDO), lo que significa que una vez diagnosticada por un profesional veterinario, debe ser comunicada a las autoridades, administrando los tratamientos de preferencia o sacrificando en caso contrario al perro. Estas acciones son consecuencia de las políticas encaminadas a la prevención del contagio a las personas.
Las horas de mayor actividad del mosquito que transmite la leishmaniasis son al anochecer y al amanecer. Si vivimos en una zona donde hay estos mosquitos, si trabajamos al aire libre a esas horas, o si durante los meses de verano el calor nos obliga a dormir con la ventana abierta, es necesario protegerse con repelentes, mosquiteras, etc. para reducir las posibilidades de contagio.
La enfermedad de Lyme, enfermedad transmitida por garrapatas, puede afectar tanto a animales (caballos, gatos, ovejas, perros, vacas) como a humanos. Se trata de una infección producida por una espiroqueta (Borrelia burgdorferi) transmitida a los seres humanos por la mordedura de ciertas garrapatas de patas negras. Los síntomas típicos incluyen fiebre, dolor de cabeza y fatiga, y puede producir síntomas neurológicos, incluso la pérdida de función en brazos y piernas. A menudo se diagnostica incorrectamente como esclerosis lateral amiotrófica o esclerosis múltiple.
La enfermedad del virus de Crimea-Congo (FHCC) es una de las enfermedades transmitidas por garrapatas con mayor extensión a nivel mundial. Actualmente se considera una enfermedad emergente en países de Europa oriental. En España, se ha detectado desde 2010 circulación en garrapatas capturadas en la provincia de Cáceres. Por lo que debemos poner especial atención a su aparición en nuestras latitudes.
Es importante mantener informada a la población sobre cómo evitar el contagio de la enfermedad y mantener una vigilancia activa tanto de la presencia del agente infeccioso como del parásito en el medio y limitar así su propagación, y desde las administraciones se están llevando a cabo estudios para conocer la presencia del virus en los vectores.
Durante la Covid-19 vivimos un bombardeo de información sobre la progresión de la pandemia; así mismo, tuvimos tiempo para prestar atención a nuevos términos, específicos del lenguaje cotidiano de profesionales sanitarios como médicos, veterinarios, enfermeros o farmacéuticos y así, la palabra zoonosis se convirtió en un término familiar.
La información es fundamental, dado que muchas enfermedades se evitan con gestos sencillos como lavarse las manos. En el año 2022, el Ministerio de Educación promovió que los alumnos de bachillerato recibieran formación sobre las zoonosis. En este ámbito es esencial transmitir conocimiento y concienciación, y podemos decir que el Colegio de Veterinarios de Cádiz promueve este tipo de campañas divulgativas con rigor y sin ambages.
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