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Arrastre de Latas, ruido e ilusión infantil de una tradición centenaria

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Los Reyes Magos a su llegada a Algeciras.

28 de noviembre 2025 - 06:54

Un año más, Algeciras despertará el 5 de enero con un estruendo metálico que no tiene parangón en el mundo. Cuando el sol asoma, las calles se llenan de un sonido que atraviesa toda la ciudad, recordando a miles de truenos rodando: son las latas, cientos, miles, arrastradas por niños que tiran de ellas con fuerza y orgullo. Es el Arrastre de Latas, una tradición única, una fiesta seña de identidad algecireña, que anuncia la llegada de sus Majestades los Reyes Magos de Oriente y que convierte a la ciudad en un gigantesco tambor de ilusión.

Los pequeños recorren las calles, desde la Plaza de Andalucía al Llano Amarillo, con sus coloridos trenes de latas. Algunos de ellos portan auténticas obras de artes realizadas con la ayuda de familiares con gran mimo y dedicación. Y todas, todas, comparten un mismo propósito: hacer ruido para despertar a los Reyes Magos.

Una tradición ancestral

Sobre su origen, Antonio Gil González, miembro de la Asociación de Emprendedores del Patrimonio Algecireño AEPA2015 y de la Comisión de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Algeciras, apuntaba el año pasado en Europa Sur que “esta tradición ancestral tiene sus raíces en una época en la que la situación económica era tan precaria y modesta en la ciudad, que los padres les decían a sus hijos que los Reyes Magos no pasarían por ella, pero los pequeños, agudizando el ingenio, hacían acopio de latas, sartenes y cacerolas viejas que ataban a una cuerda y las arrastraban por las calles con el fin de hacer ruido y atraer la atención de los Reyes Magos para que no pasaran de largo e hicieran una parada en Algeciras para dejar juguetes y regalos en sus casas”.

Los niños portan verdaderas obras de arte.

También tiene su propia leyenda popular, que cuenta que un gigante de la zona, Botafuegos, intentaba impedir que los Reyes Magos vieran la ciudad cubriéndola con humo, pero los niños, con el ruido de sus latas, lograban guiarlo.

Sea como fuera, el Arrastre de Latas se ha convertido en una cita ineludible para pequeños y no tanto en el calendario navideño.

Pocas costumbres populares logran lo que esta: reunir a abuelos, padres e hijos en una misma emoción. “Yo no concibo un 5 de enero sin latas”, afirma María, vecina del barrio de la Bajadilla. “Cuando era chica las arrastrábamos con cuerdas viejas, ahora mis nietos las pintan y les ponen luces… pero la ilusión es la misma que entonces”.

El Arrastre se ha convertido en una cita ineludible para los más pequeños.

Y es que, para un buen número de algecireños es muchos más que una fiesta: es un símbolo de identidad, una celebración que se vive en comunidad. “Es nuestro día más bonito del año”, afirma otro emocionado abuelo, que añade: “Mientras suenen las latas, sabremos que los Reyes no se han olvidado de Algeciras”.

Para Lucía, de nueve años, junto al 6 de enero, “es el día más feliz del año”, confiesa emocionada, deseando que llegue la edición de este año para ponerse manos a la obra con más fuerza que nunca. “Si no hago ruido, los Reyes no me oyen”, dice. Y quizás tenga razón.

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