Decálogo para el buen uso de los antibióticos
Consejos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que la resistencia a los antimicrobianos es una de las diez principales amenazas de salud pública
Cada año, el 18 de noviembre se celebra el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, una iniciativa europea de salud pública anual. cuyo principal objetivo es sensibilizar sobre la amenaza que la resistencia a estos supone para la salud pública y fomentar su uso.
Obvia decir que el descubrimiento del primer antibiótico a mediados del siglo XX cambió el rumbo de la medicina moderna, proporcionando un tratamiento para la mayoría de las infecciones bacterianas, tanto en los seres humanos como en los animales.
Sin embargo, en los últimos tiempos, se ha detectado un uso inadecuado de los antibióticos, un fenómeno que puede producir efectos adversos en el paciente que los recibe y produce un aumento de las resistencias microbianas, mecanismos desarrollados por las bacterias para que los antibióticos dejen de hacerles efecto. De esta forma, dejan de ser efectivos en enfermedades que previamente sí curaban. Cuanto mayor es el uso de los antibióticos más se favorece la selección de bacterias resistentes, por eso es importante su uso justificado.
En la actualidad, este problema se ha transformado en una amenaza para la población mundial y uno de los mayores desafíos para la salud pública a los que se enfrenta el ser humano. Tal es la magnitud del asunto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que la resistencia a los antimicrobianos es una de las diez principales amenazas de salud pública.
En España, la situación resulta igual de preocupante. No en vano, la mayor parte del consumo de antibióticos se produce en el ámbito extrahospitalario donde alcanza aproximadamente el 90% del total. A su vez, el 85% de este consumo se destina a tratar infecciones respiratorias.
Para revertir esta situación, es precisa la colaboración de todos los que participamos en la atención y cuidado de los pacientes: de los profesionales sanitarios y, en el caso de los niños, de sus familias. Con tal motivo, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria ha dado a conocer un decálogo para el buen uso de estos medicamentos.
1.- Los antibióticos han salvado millones de vidas. Es imprescindible usarlos adecuadamente para que sigan siendo útiles.
2.- Solo son efectivos para las infecciones causadas por bacterias. La mayoría de las infecciones infantiles están causadas por virus y por eso no se curan ni alivian con antibióticos.
3.- La fiebre no se trata con antibióticos. Su presencia no significa que sean necesarios.
4.- La ley prohíbe vender antibióticos sin receta. Solo el médico los puede prescribir. No se deben tomar sin su supervisión.
5.- No se deben usar los antibióticos que hayan sobrado de otros tratamientos. Estos se deben llevar al punto SIGRE (puntos de recogida en las farmacias) para su reciclaje.
6.- Se deben tomar en las dosis, pautas y durante el tiempo que haya recomendado el médico.
7.- No se deben suspender los antibióticos, aunque desaparezcan los síntomas de la enfermedad salvo por indicación médica.
8.- Son medicamentos seguros, pero en algunos casos pueden tener efectos secundarios o producir alergias. Cuando suceda se debe consultar con el médico.
9.- Los antibióticos mal usados dejan de ser efectivos, porque las bacterias se hacen resistentes. Esto supone un problema sanitario grave.
10.- Han de utilizarse con ciertas precauciones durante el embarazo y la lactancia. Estas circunstancias deben ser comunicadas a su médico.
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