“Confiamos en Chárbel para que llevara el peso de la recuperación”

Instituto Chárbel

Mer Camacho Fontán sufrió una hemorragia masiva. Tras 20 días ingresada, comenzó su rehabilitación. Hoy, estudia primero de Psicología y tiene una única terapia: sus clases de bulerías

Mer, con parte del equipo que la ha acompañado en el proceso.
Mer, con parte del equipo que la ha acompañado en el proceso.

23 de octubre 2025 - 07:06

Tenía solo 20 años y cursaba segundo de Administración y Dirección de Empresas en Sevilla, cuando la vida de Mer Camacho Fontán dio un giro inesperado. Una hemorragia cerebral masiva en el hemisferio izquierdo, con apenas un tres por ciento de posibilidades de supervivencia, la dejó sin poder andar, hablar, comprender ni recordar. Tras veinte días ingresada –catorce de ellos en la UCI–, comenzó su rehabilitación en el Instituto Chárbel y en el Hospital Universitario de Jerez. Hoy, esta joven, que ha retomado sus estudios en primero de Psicología, ya ha sido dada de alta y continúa su camino con una determinación que impresiona y una única terapia: sus clases de bulerías.

Pregunta.–¿Qué fue lo más difícil de asimilar en el momento que tienes el diagnóstico?

Respuesta.–Lo más difícil de asimilar fue tener que empezar todo desde cero, aunque entonces no era consciente. Fue a medida que iba rehabilitándome cuando iba siendo más consciente de todo.

Lo más difícil de asimilar fue empezar todo desde cero, aunque entonces no era consciente”

P.–Cuando llegaste al Instituto Chárbel, ¿qué esperanzas o expectativas tenías al comenzar el tratamiento?

R.–Las esperanzas que tenía eran muchas, porque desde un primer momento nos dijeron que, por mi edad, patología y lo pronto que comenzaba el tratamiento, podía llegar a recuperar mucho, aunque para ello yo también tenía que poner mucho de mi parte.

P.–¿Qué tipo de profesionales te acompañaron?

R.–Fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, neuropsicólogos y médicos.

P.–¿Cómo era un día típico en tu proceso de rehabilitación?

R.–Al principio, iba dos días al Hospital Universitario de Jerez y tres al Instituto Chárbel, dos horas diarias.

R.Después de dos meses, pusimos toda la confianza en Chárbel para que llevara el peso de la recuperación. Mucho trabajo de logopedia durante dos años y mucha fisioterapia los primeros meses y, al final, sobre todo, mucho trabajo con neuropsicólogos.

P.– ¿Qué avances recuerdas como los más importantes o emocionantes?

R.–La verdad es que soy muy exigente conmigo misma. Desde el principio, tomé la referencia equivocada, que era volver a estar exactamente igual que antes del derrame. Esto me provocó mucha frustración y poner el foco en un objetivo a largo plazo que no me beneficiaba, porque me impedía valorar realmente cada avance que se producía.

Ha sido un punto de inflexión en mi vida, que me está dejando descubrir una nueva versión de mí”

P.–¿Cómo fue todo el proceso?

R.–Lento. Pero, a la larga sí he sido consciente de que cada etapa requería su tiempo.

P.–¿Cómo te encuentras en la actualidad?

R.–Me encuentro muy bien, aunque no soy exactamente la misma que antes del accidente. Ha sido un punto de inflexión en mi vida, que me está permitiendo descubrir una nueva versión de mí misma. Ni mejor ni peor, distinta. De todas formas, cuando me dieron el alta me informaron de que iba a ir normalizando el resto de funciones de manera natural.

P.–¿Sigues haciendo algún tipo de terapia?

R.–No, no sigo en terapia después de haber recibido el alta a finales de agosto. Ahora, mi única terapia son las clases de bulería, que comencé cinco meses después del accidente cerebrovascular. Han sido y siguen siendo fundamental.

P.– ¿Qué le dirías a alguien que le ha ocurrido lo mismo y empieza su rehabilitación?

R.Que tenga mucha paciencia y que no se castigue tanto cuando no le salgan las cosas. Y que los profesionales tienen sus objetivos, pero el listón te lo pones tú mismo, con el trabajo diario y la mejor de las actitudes.

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