Sociedad

¿Cuál sería el efecto de la cuarta dosis en nuestro sistema inmune?

Imagen de la campaña de vacunación en mayores en Sevilla

Imagen de la campaña de vacunación en mayores en Sevilla / Juan Carlos Muñoz

Es un hecho constatado actualmente que una de las grandes bazas para frenar la pandemia del coronavirus han sido las diversas campañas de vacunación y de refuerzo de las mismas. Gracias a esto, la normalidad vuelve a habitar entre la población y se vislumbra la 'gripalización' del SARS-CoV-2.

La Ponencia de vacunas se encuentra deliberando la posibilidad de administrar una cuarta dosis de refuerzo de las vacunas de Pfizer y Moderna, vacunas ARNm, a los mayores de 80 años, tras su administración a los pacientes inmunodeprimidos. Algunos expertos llaman a la prudencia dado los afectos adversos de una nueva dosis de recuerdo. 

¿Cómo podría afectar una segunda dosis de refuerzo al organismo?

Hace algunos días Antonio Zapatero, viceconsejero de Asistencia Sanitaria y de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, advertía de que, además de no reforzar el sistema inmunitario frente al COVID-19, esta nueva dosis de refuerzo podría causar efectos anómalos en el organismo. La Sociedad Española de Inmunología, SEI, ha desmentido esta posibilidad aunque sí reconoce que una nueva dosis no aportaría nada nuevo. Así lo ha verificado el presidente de la SEI, Marcos López Hoyos, en declaraciones a Redacción Médica: "No hay evidencia de que tengan un efecto anómalo. Sí que es cierto que a la población general no le aporta nada más de lo que ya logran las tres dosis, pero para nada provocaría un efecto anómalo en el sistema inmune”. 

En la misma línea se encuentra la AEV, Asociación Española de Vacunología, que asegura que una cuarta dosis es innecesaria para cualquier colectivo de población, vulnerable o no: "Si se pone con el intervalo de tiempo correspondiente no hay ningún efecto anómalo. Me refiero a que las personas que han pasado el covid no deberían vacunarse a las cuatro semanas, como se llegó a recomendar. Si han pasado cinco meses y la situación epidemiológica lo recomienda, no pasa nada. Eso sí, lo que no hay que hacer es que ponerse dosis de la vacuna por ponérselas. Solo es para los inmunodeprimidos graves y los mayores de 80 años, no para la población general", añade el pediatra y vicepresidente Fernando Moraga-Llop.

López Hoyos explica que estimular de manera repetida el mismo antígeno puede provocar una pérdida de eficacia:  "No tiene mucho sentido usar el mismo tipo de vacuna de forma repetida. En la gente vulnerable la cuarta dosis caería de la misma manera que la tercera, es decir, tampoco aumenta el reportorio y en ese sentido sí que no se debería seguir estimulando con el mismo antígeno".

Asimismo asegura que la solución para una nueva dosis de refuerzo pasaría por buscar vacunas distintas: "Como la mayoría de gente se ha inoculado una vacuna de RNA centrada en la proteína S habría que buscar otros modelos como la de Hipra para inducir una respuesta más variada. Hay datos que aseguran que las combinaciones de vacunas dan una mejor respuesta, ya que es más variada y potente. Algo podrá ayudar, pero probablemente en un cuarto de los casos aquellos que no respondieron a las tres anteriores no lo harán a la cuarta. Lo que hay que hacer es evaluarles tras la cuarta dosis desde el punto de vista de la respuesta humoral de anticuerpos y también la inmunidad celular. Así veríamos cómo responden y si merece la pena poner más dosis de refuerzo en el futuro". En la reformulación coincide su homólogo de la AEV, Moraga-Llop: "Lo ideal sería que la cuarta dosis fuese con una vacuna actualizada, es decir, que se ha reformulado y se ha readaptado a las nuevas variantes. Esto aumentaría la inmunogenicidad".

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