Un accidente en la primera levantá a la salida del templo del Cristo provocó la demora en más de una hora del desfile de la Venerable Cofradía del Santo Cristo del Consuelo y Nuestra Señora de las Lágrimas y San Juan Evangelista de Tarifa. Cuando la imagen del Cristo se disponía a hacer la primera levantá, la cruz golpeó el dintel del templo de San Francisco de Asís, lo que provocó un fallo en el mecanismo de subida de la cruz quedando la imagen atrapada en el propio paso. Tras minutos de desconcierto y frustrados intentos de desbloquear el mecanismo, el paso regresó al templo donde tuvieron que izar a peso mediante cuerdas la cruz hasta liberarla. Tras afianzar el madero en el paso y constatar con seguridad que el desfile se podía llevar a cabo sin riesgo, la junta de gobierno determinó salir en procesión una hora después del horario previsto. Las puertas del templo se volvieron a abrir sobre las 21 horas para que con normalidad, pero con precaución, se procediera a la procesión.

Una vez superado el incidente, el Cristo -que estrenó este año una cruz realizada con espinas naturales y fue vestido con un antiquísimo sudario de la hermandad con el que procesionaba en sus orígenes- recorrió con solemnidad las calles del municipio. Poco después, el silencio se convertía en aplausos para recibir a la Virgen de las Lágrimas. Esa Dolorosa creada de manos tarifeñas, por quien este año ha sido galardonado con el Olivo de plata, Manuel Reiné.

En pleno centro histórico, el párroco Pedro Durán realizaba la tradicional plática, denominada Sermón de la Cita que se lleva a cabo desde el año 1947. Tras el sermón, las imágenes reiniciaron su doloroso y lento caminar en dirección a la plaza Hermanos Costaleros y la vía dolorosa hasta regresar a su templo.