La Línea arropa al Medinaceli en una brillante noche de luna llena

miércoles santo | cautivo en la línea

Numerosas promesas acompañan al Cautivo en su desfile procesional Un exorno floral en tonos blancos realza la pureza de María Santísima de la Trinidad por las calles linenses

El Medinaceli de La Línea recibe una lluvia de pétalos durante su salida procesiónal de anoche.
El Medinaceli de La Línea recibe una lluvia de pétalos durante su salida procesiónal de anoche.
A. R. La Línea

24 de marzo 2016 - 01:00

La ciudad de La Línea acompañó un año más a su Cautivo en la estación de penitencia del Miércoles Santo; la noche de las promesas y que este año coincidió con la luna llena que aportó un realce añadido a la belleza de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado (Medinaceli) y María Santísima de la Trinidad.

Momentos después de las ocho, todo estaba dispuesto en la parroquia de Santiago. En su interior, el capataz del Cautivo dedicó la primera levantá a su cuadrilla, algunos de ellos con más de 20 años bajo las andas del Señor. Un rato después, la venerada imagen del Medinaceli linense ya estaba en la calle, reencontrado con su pueblo tras casi un año de espera, engalanado con un monte de claveles rojos y bajo los sones de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús del Perdón, venida desde Alcázar de San Juan (Ciudad Real).

Tras la imagen, cientos de personas cubrieron el recorrido como signo de respeto por haber realizado promesas y peticiones al Cautivo. De la calle Jardines, invadida por el olor a incienso y a cera quemada, el desfile giró hacia la calle Clavel para buscar la calle Real y San Pablo antes de llegar a la carrera oficial, que se inicia en la Plaza de la Iglesia.

El paso de María Santísima de la Trinidad, por su parte, lució en la calle su pureza realzada por unos adornos florales compuestos por claveles, rosas y gladiolos blancos además de la candelería. Su salida se realizó con mimo por parte de la cuadrilla de cargadores, dada la estrechez de las columnas de la salida del templo para el paso del Palio. Un gesto que el público agradeció en forma de aplausos y vítores, como lección de buen hacer cofrade tanto en las órdenes de los capataces como en la coordinada ejecución de las maniobras. La Trinidad desfiló junto con la Asociación Musical Álvarez Quintero de Utrera (Sevilla), habitual acompañante de la cotitular en un recorrido que se prolongó más allá de las dos de la madrugada.

Tras llegar a la Plaza de la Iglesia, ambas imágenes continuaron su recorrido por la calle Padre Rodríguez Cantizano, Sol, Teatro y Jardines para volver al templo. Muchas de las viviendas ubicadas a lo largo del recorrido procesional lucieron engalanadas con colgaduras en sus balcones, lo que aportó un realce añadido.

La hermandad de penitencia linense estrenó anoche diez candelabros para la candelería del Cristo, elaborados en el taller de orfebrería de Antonio Santos Campanario (en Sevilla). La entidad también lució dos palermos (bastón con punta metálica con el que se golpea el suelo para marcar el paso de los nazarenos durante el desfile), así como dos incensarios, en este caso procedentes del taller de orfebrería del sevillano José Brihuega García.

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