El temporal dio una tregua en Algeciras a la hermandad de la Buena Muerte pero frustró la estación de penitencia del Ecce Homo de Las Colinas en un Miércoles Santo deslucido por la lluvia intermitente y, a ratos, mucho viento.

Después de muchas dudas, el Ecce Homo de Algeciras intentó emprender su recorrido en busca de la carrera oficial con el acompañamiento, por tercer año consecutivo, del Grupo de Regulares de Ceuta número 54. El contingente estuvo formado por los miembros de de la unidad más condecorada de las Fuerzas Armadas españolas, encabezados por el coronel de Infantería jefe del GREG, David Rubio González.

Sin embargo, cuando apenas había desfilado doscientos metros por las calles de Las Colinas, tuvo que emprender a toda prisa su regreso a la iglesia de San José cuando arreció la lluvia. Poco antes de las siete de la tarde había culminado la complicada operación para sacar el paso del templo y a y veinte ya estaba dentro otras vez entre aplausos de los vecinos, para los que la cofradía es un emblema del barrio.  

La joven hermandad crece cada año. El Misterio de Jesús en su Presentación al Pueblo estrenó una nueva imagen secundaria, un centurión romano, una talla que es obra del imaginero sevillano Juan Manuel Montaño, autor del resto del paso, que este año estrenaba también la silla y una mesa de la figura de Pilatos. El penacho del soldado se agitaba demasiado y pronto empezó a arreciar la lluvia, con lo que la decisión de volverse fue inmediata. Tras el regreso, la iglesia quedó abierta a los vecinos para que fueran pasando a rezar ante las imágenes. 

En la capilla de San Antón todo eran dudas en ese momento. Sobre todo por el viento. El riesgo no era solo por el Santísimo Cristo del Buena Muerte, sino por la posibilidad de que hiciera vela con el techo del palio de Nuestra Señora del Mayor Dolor, como ya ocurrió otro año. Sin embargo, remitió el mal tiempo y, con casi una hora de retraso y un recorrido acortado, la hermandad tomó la decisión de salir. 

Lo hizo después de una levantá dedicada a Jacinto Muñoz, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Algeciras, por el impulso del Ayuntamiento algecireño en la restauración de la capilla de La Caridad y otra, muy emotiva, que realizó el coronel Francisco Almansa, jefe de la Comandancia de Algeciras, y que dedicó a los guardias civiles fallecidos este año, especialmente a los asesinados por el narcotráfico en Barbate (David Pérez y Miguel Ángel González) y a los dos muertos en el accidente al saltarse un camión un control en la Ap-4 (Eneko y Juan Jesús). 

El sobrio Cristo de la Buena Muerte estuvo acompañado por el trío de capilla Salus Infirmorum, de La Línea de la Concepción, mientras que la Virgen lo hizo por la música de la banda Maestro Infantes de Los Barrios, que estrenó la Marcha del Mayor Dolor, una obra del algecireño Antonio Rosano. 

La Buena muerte, que ha recibido la buena noticia de la inminente restauración del manto de la Virgen del Mayor Dolor, bordado por el ilustre Juan Manuel Rodríguez Ojeda en el año 1914 y una de las grandes joyas del patrimonio sacro local, firmó este Miércoles Santo un convenio con la Universidad de Cádiz. Gracias a este acuerdo, una representación de la comunidad universitaria acompañará a la hermandad en la salida procesional del próximo Miércoles Santo, así como en el resto de salidas y actos institucionales. Por parte de la cofradía se hará entrega de la Beca Estudiantes al mejor expediente académico del Campus Bahía de Algeciras, entre otros compromisos.

“La hermandad de la Buena Muerte, con su arraigo en nuestras tradiciones religiosas y culturales, y la Universidad de Cádiz, con su excelencia académica forman un equipo formidable que seguramente enriquecerá nuestra ciudad en múltiples aspectos”, dijo el alcalde, José Ignacio Landaluce, quien agradeció la labor realizada por ambas instituciones “por su visión compartida y su voluntad de trabajar juntas en en todo momento”, antes de añadir que el convenio “es una muestra más del compromiso que existe por hacer de Algeciras una ciudad universitaria en mayúscula, que se vuelca y está presente en el día a día de los algecireños”.