Semana Santa 2024

La Borriquita y el Huerto intentan desafiar a la lluvia en un deslucido arranque de Semana Santa de Algeciras

  • El Cristo del Amor y María Santísima de la Alegría cubren parte del recorrido y un aguacero les obliga a regresar a toda prisa

  • El Huerto se vuelve nada más salir del Corpus Christi en una tarde gris con precipitaciones intermitentes 

Lágrimas de pena en el Corpus Christi.

Lágrimas de pena en el Corpus Christi. / Erasmo Fenoy

Hace cientos de años que la norma de la Iglesia Católica dice que la Pascua de Resurrección debe celebrarse el domingo siguiente a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera. Este 2024, ese cálculo quiso que el Domingo de Ramos se celebrara un 24 de marzo gris y tormentoso que deslució o, directamente, impidió el habitual brillo de la Borriquita y el Huerto por las calles de Algeciras. 

"Los cristianos llevamos todo el año rezando para que llueva, así que ahora no nos podemos quejar", dijo con resignación Mayte Jurado, hermana mayor de la Borriquita. "Si Él lo ha querido así, nos vamos", se oyó decir al capataz de Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto, Javier Barea. 

La Borriquita inauguró la Semana Santa algecireña a pesar del mal tiempo. Llegó a cubrir la mitad de su recorrido, hasta la Plaza Alta, pero un chaparrón le obligó a regresar a toda prisa a su templo. El Huerto, tras un retraso de una hora a la espera de cómo evolucionaba la meteorología, también intentó realizar su estación de penitencia, pero la lluvia le obligó a volverse al poco de salir.  

Había mucha expectación, como nunca, en una y otra parroquia. No llovía cuando en Salesianos, el Cristo del Amor y María Santísima de la Alegría comenzaron su desfile por las calles de Algeciras entre aplausos. El recorrido, este año distinto, los llevó por María Auxiliadora, Alférez García del Valle y Gloria, en lugar de la Fuentenueva, en busca de la carrera oficial. Iban acompañados por centenares de fieles que ya tuvieron que sacar sus paraguas cuando las imágenes se encontraban casi al comienzo de su recorrido. Pronto los guardaron. Parecía que escampaba en una tarde encapotada y tristona.   

Jesús del Amor, en la calle María Auxiliadora. Jesús del Amor, en la calle María Auxiliadora.

Jesús del Amor, en la calle María Auxiliadora. / Erasmo Fenoy

En la parroquia del Corpus Christi había una enorme expectación, puesto que, tras empezar a llover, la hermandad había decidido no tomar una decisión en ese momento sobre una posible suspensión. La posible salida se retrasó casi una hora. Había dudas. Tras comprobar que la tormenta remitía, la hermandad decidió salir a la calle. Al poco arreció la tormenta y el paso del Señor tuvo que volverse. Una petalada acompañó al paso en su reentrada en el templo. Nuestra Señora del Buen Fin no llegó ni a salir. Todo el barrio estaba en la puerta, al borde de la lágrima.      

Antes, la lluvia acompañó las primeras chicotás de una cofradía salesiana que rindió homenaje el padre Antonio Rodríguez Lucena, fallecido en octubre tras sobrevivir al ataque yihadista que Yassine Kanjaa perpetró el pasado 25 de enero a dos iglesias de la ciudad algecireña que se saldaron con la muerte del sacristán de la iglesia de la Palma, Diego Valencia.   

Paraguas al paso de la Alegría. Paraguas al paso de la Alegría.

Paraguas al paso de la Alegría. / Erasmo Fenoy

Este Domingo de Ramos se estrenó la marcha Tu eres mi Alegría, compuesta por Antonio Rosano Ruiz en honor a María Santísima de la Alegría. Fue interpretada por la Banda de música de Zamarrilla de Málaga al inicio de la salida procesional, tras el himno. La banda de cornetas y Tambores Cristo del Mar, de Vélez Málaga, acompañó al Misterio. 

Nuestro Padre Jesús del Amor estrenó el mantolín y su Madre, tocado, la cordonería y los borlones de los varales.

Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto estrenaba su primera túnica bordada (hecha por Antonio Díaz y diseñada por Fernando Huete), todo un hito para la cofradía y uno de los deseos cumplidos más ilusionantes para sus devotos y nómina de hermanos.

Había muchísima gente en las calles, con ganas de Semana Santa. Los hermanos habían trabajado mucho para este Domingo de Ramos. Pero quiso el cielo que se aguara la celebración. Sólo consuela que ya queda menos para el que viene.   

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