La compañía energética Cepsa obtuvo un beneficio neto ajustado, que mide específicamente el desempeño de los negocios, de 278 millones de euros durante el pasado año 2023, lo que representa una caída del 65% en comparación con los 790 millones de euros del ejercicio anterior.

El resultado estuvo lastrado por el impuesto extraordinario con el que el Gobierno grava a las empresas energéticas y por una menor producción del negocio de upstream (exploración y producción) tras la venta de activos en Abu Dabi. Cepsa definió a 2023 como un año en el que el grupo sentó las bases para su estrategia de transformación a negocios más sostenibles, como los previstos en el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde en San Roque y Huelva con más de 3.000 millones de euros de inversión prevista para los próximos años.

El importe por el tributo que grava con un 1,2% las ventas de las empresas del sector cuyos ingresos en 2022 superaron los 1.000 millones anuales ascendió a 323 millones de euros en las cuentas de Cepsa. Además, la contribución fiscal total en el ejercicio alcanzó los 5.529 millones de euros, de los que 4.150 millones de euros, un 75%, se pagaron en España, según la compañía.

El 40% de las inversiones para proyectos sostenibles

Las inversiones del grupo ascendieron a 732 millones de euros en 2023, destinándose cerca del 40% (unos 280 millones de euros) a proyectos sostenibles, lo que supone un aumento de más del 56% respecto a 2022.

El pasado febrero, Cepsa alcanzó el primer gran hito de su estrategia Positive Motion con el inicio de la construcción en Huelva de la mayor planta de biocombustibles de segunda generación del sur de Europa. La planta, que empezará a producir en 2026, se construirá mediante una joint venture con Bio-Oils y supondrá una inversión total de 1.200 millones de euros.

En su apuesta por liderar la producción de hidrógeno verde y sus derivados, el grupo ha ido incorporando socios como Fertiberia, Enagás Renovable o Alter Enersun al proyecto del Valle Andaluz. Durante 2023 también se anunció la creación del corredor marítimo de hidrógeno verde entre los puertos de Algeciras y Róterdam (Países Bajos). Cepsa también proyecta el desarrollo de la mayor planta de amoniaco verde de Europa en el parque energético de San Roque, donde se invertirán 2.000 millones de euros.

Cepsa también dio a conocer sus planes para desarrollar la mayor planta de metanol verde de Europa en colaboración con C2X, una empresa independiente cuyo accionista mayoritario es A.P. Moller Holding formando parte de su accionariado A.P. Moller-Maersk con un porcentaje minoritario y que estará en Huelva.

Sobre estas inversiones en hidrógeno verde, el consejero delegado de la energética, Maarten Wetselaar, aseguró que la compañía seguirá "trabajando con el Gobierno español para generar una mayor claridad regulatoria y la asignación de subvenciones, cruciales para aprovechar todo el potencial de Cepsa y favorecer el liderazgo europeo de España en esta industria".

Maarten Wetselaar, consejero delegado de Cepsa.

"Confío en que la fortaleza de nuestra compañía y el apoyo de nuestros accionistas, junto con el respaldo normativo adecuado, abrirán una nueva era para el desarrollo de energías limpias y la creación de empleo de alta calidad en beneficio de todos", dijo.

Cepsa ha avanzado también en compromisos de descarbonización, alcanzando ya la mitad de su objetivo de reducción de emisiones de alcance 1 y 2 para 2030, establecido en un 55%, haciendo progresos en su objetivo para 2025 de reducir la captación de agua dulce en zonas de estrés hídrico en un 20% a través de iniciativas como una nueva planta de tratamiento en el parque energético de San Roque que fue inaugurada el pasado mes de enero.

Reposicionamiento estratégico

Wetselaar ha valorado que los resultados de 2023 reflejan "el reposicionamiento estratégico" de la cartera global de la compañía "hacia áreas más sostenibles con la venta de la cartera de exploración y producción en Abu Dabi", aunque se vieron "negativamente afectados por un impuesto extraordinario mal diseñado que grava los ingresos y no los beneficios de las empresas energéticas".

Así, a las magnitudes ya reseñadas se suma un resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado de 1.402 millones de euros, con un descenso del 52% frente a los 2.939 millones de euros de 2022. Los precios del crudo en 2023 se situaron en una media de 82,6 dólares por barril, un 18% por debajo de 2022, aunque el margen de refino medio de la compañía fue 10 dólares por barril en el año, un 4% más que el ejercicio anterior.

El flujo de caja operativo de 1.126 millones de euros en 2023 demostró "la resiliencia de la compañía en la generación de caja", incluso con una menor producción del negocio de exploración y producción y la repercusión del impuesto extraordinario.

La deuda neta del grupo cerró 2023 en 2.291 millones de euros, lo que representa una reducción del 17% respecto a 2022, gracias a una fuerte generación de caja. Además, la compañía mantiene 4.359 millones de euros de liquidez, un 8% más, que le permite cubrir los vencimientos de deuda hasta finales de 2028.