XXXIX Cursos de Verano de la Universidad de Cádiz en San Roque

Almudena Grandes desvela en San Roque que Castilla del Pino guía su inminente novela

  • Abarrotado el palacio de Los Gobernadores en la conferencia inaugural de la escritora 

Almudena Grandes, durante su conferencia inaugural de los Cursos de Verano de San Roque.

Almudena Grandes, durante su conferencia inaugural de los Cursos de Verano de San Roque. / Erasmo Fenoy (San Roque)

La presencia de la escritora Almudena Grandes ha abarrotado de público el salón de actos del palacio de Los Gobernadores durante la conferencia inaugural de los XXXIX Cursos de Verano de la Universidad de Cádiz en San Roque. Cómo escribir un libro llevaron por título sus palabras, que siguieron a las del alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, y a las del nuevo rector universitario, Francisco Piniella, quién mostró su ilusión por que éste fuera su primer acto público en pleno estreno de su responsabilidad. Ana Ruiz, concejala de Educación, y María del Mar Cerbán, vicerrectora del campus Bahía de Algeciras, participaron igualmente en el acto. 

"El conocimiento no se va de vacaciones", anticipó Piniella ante la apabullante afluencia a esta cita cultural en una tarde veraniega y rebasada la mitad de julio. 

Almudena Grandes (Madrid, 1960) llevó las riendas de su ponencia de apertura con esa mezcla de maestría y sencillez que la caracteriza. "Estoy escribiendo una novela en la que mi guía fundamental, de quien no me aparto, es Carlos Castilla del Pino", adelantó para sorpresa de un auditorio embobado y ya en el bolsillo de la autora.

"Aparte de un psiquiatra deslumbrante fue un escritor deslumbrante", agregó Grandes antes de adentrarse por los criterios que usa para construir sus historias. 

Explicó que, cuando ella empezó a escribir, estaba de moda hablar de literatos con o sin brújula. Ella pensaba que era de las que la tenía, pero encontró luego otro sistema. Tuvo una crisis creativa en 1997 hasta que en Rota, y partiendo de una imagen que la obsesionó, ese problema terminó. 

"En Rota las casas tienen un muro alto que protege los jardines del viento. Y cuando se baja un toldo es imposible saber si hay alguien escondido ahí. Ese fue el origen de Los aires difíciles", expuso a modo de ejemplo. Agregó que siempre lleva un cuaderno encima: "Empecé a pasar las crisis en un cuaderno y me di cuenta de que no hay nada mejor que eso. Escribo para seducirme primero a mí, para convencerme de que esa historia merece la pena". 

La autora tiene claro que, además de imagen inicial y cuaderno, luego viene una larga ristra de toma de decisiones. Quién cuenta la novela -implicación personal- es una de esas determinaciones relevantes. Además, describe de forma exhaustiva cada personaje. Que en su caso nunca son pocos. "Y luego está la estructura, que es lo más fundamental y de lo que nadie, ni siquiera ningún crítico, habla. La estructura tiene un valor expresivo clave, es la válvula de las emociones del texto. Soy muy neurótica con la estructura: en mis novelas todos los capítulos tienen las mismas páginas y todo es simétrico", afirmó. 

Almudena Grandes ya era novelista cuando leyó El Quijote por última vez. Aseguró que la segunda parte del libro de Cervantes es para leerlo de rodillas porque le resulta "un prodigio". La madre de Frankenstein será su próximo título, quinta entrega de su serie literaria Episodios de una guerra interminable. Le quedan unos quince folios para concluirla. 

"Escribir es una aventura. En definitiva, mi oficio tiene que ver con una anécdota deslumbrante del actor Stanislavsky, cuando decía que hay obras teatrales perfectas de las que nadie luego se acuerda. Y hay otras que transmiten una inquietud a los espectadores y nunca dejarán de pensar en ellas. No hay que hacer novelas perfectas, sino destilar sustancias afines al corazón", remató su conferencia. 

Luego tuvo lugar un turno abierto de preguntas que resultó tan culturalmente delicioso como su ponencia inaugural, ya inscrita con letras de oro en la historia de estos Cursos de Verano de la Universidad de Cádiz en San Roque. 

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