La arquitectura de San Roque (y IV)

El edificio del teatro Juan Luis Galiardo, en la Alameda de Alfonso XI, es una muestra de la arquitectura funcional racionalista

El museo-panteón de San Felipe fue despiadadamente destruido para dejar espacio al actual museo monográfico de Carteia

La arquitectura de San Roque (III)

El edificio municipal Rafael Alberti, en la calle San Felipe.
El edificio municipal Rafael Alberti, en la calle San Felipe.
Juan Carlos Martín Matilla

06 de diciembre 2024 - 04:01

San Roque/Otro edificio muy destacable en la calle San Felipe, es el que tiene en su planta baja tres miradores enrejados y con tejadillos, dos a cada lado de su puerta cuyo arco es de tipo carpanel, con molduras y clave e impostas resaltadas; el tercer cierro tiene un perfil semihexagonal, con artístico enrejado. Sobre el tejadillo de este mirador descansa el voladizo de un balcón de la planta superior con antepecho de rejas decoradas con hierros de perfil sinuoso. En la planta alta sobresale un mirador de madera acristalado, con antepecho de rejas adornadas con haces de volutas, cuyo voladizo descansa sobre ménsulas de hierro y a cada lado hay dos ventanas adinteladas decoradas con cornisas y molduras en sus jambas y dintel, cuyos antepechos están decorados con un relieve que representa una corona de laurel. El pretil de la azotea descansa sobre una gruesa cornisas de varias fajas.

También es preciso mencionar, en la esquina con la calle San Gregorio, una gran casa de dos plantas, en cuya portada aparecen dos pilastras en piedra de estilo toscano que sirven de sustento a la repisa del mirador de madera y vidrios de la planta alta, cuyo voladizo asimismo se apoya en dos ménsulas de hierro. A cada lado de este mirador sobresalen otros dos del mismo estilo. Hacia el lado derecho se abren dos ventanas enrejadas con repisas y tejadillos. En la planta baja encontramos cuatro cierros enrejados con tejadillos.

No podemos dejar de comentar otra casa muy significativa, de dos plantas, en la esquina con la calle Almoraima. En la planta baja de su fachada principal se abre una ventana enrejada con tejadillo en su lado izquierdo; en el centro, la puerta de entrada, adintelada con molduras, y en el lado derecho sobresale un mirador enrejado con tejadillo. Una cornisa de varias separa esta planta de la superior, en la que destacan, en primer lugar, los guardapolvos de madera de gran vuelo y perfil lobulado de sus dos balcones laterales, adintelados, y en segundo lugar, el robusto mirador de madera acristalado de su centro, con pretil de rejas y cuyo voladizo se asienta sobre tres ménsulas de hierro forjado. Una cornisa de varias fajas da paso al tejado de tejas árabes.

Museo de Carteia.
Museo de Carteia.

Si nos vamos a la otra acera, encontramos también varias viviendas destacables. Una, de dos plantas, cuenta con tres miradores enrejados con tejadillo en la planta baja y una puerta con arco de medio punto, poco frecuente, con molduras en sus jambas y arco; las impostas y clave están resaltadas. En la planta alta se abren cuatro sencillos balcones. Otra, también reseñable, es una que tiene la portada adintelada con molduras de piedra y sobre cuyo dintel sobresale un gran entablamento también de piedra, con arquitrabe, friso y cornisa, en el que se asienta una repisa que sirve de apoyo al voladizo del balcón superior, reforzado con dos ménsulas de hierro forjado. En la planta baja se abren dos cierros enrejados con tejadillos. En los extremos de la planta baja hay dos ventanas simples y tres en la planta superior, a cada extremo del balcón central, con antepecho de rejería.

La casa número 9, de dos plantas, muestra en su planta baja una puerta adintelada flanqueada por dos pilastras de estilo toscano, sobre las que discurren unas finas baquetillas y una cornisa a modo de repisa sobre la que se apoya el voladizo del balcón de la planta superior, que también se sustenta sobre dos ménsulas de hierro con volutas. En cada extremo sobresalen dos miradores enrejados con tejadillos. En el centro de la planta alta se encuentra el citado balcón, con antepecho de rejería con volutas, cuyo vano está ribeteado por unas molduras. En cada extremo de la fachada podemos ver sendos cierros de rejas con estructuras de madera y con tejadillos. Sus voladizos carecen de ménsulas de apoyo. El edificio se cubre con un tejado de tejas árabes.

Plaza de Andalucía.
Plaza de Andalucía.

La casa contigua es muy destacable, pues en su planta alta se abren tres balcones, el del centro tiene el voladizo más saliente que los de los laterales y se apoya sobre una repisa de varias fajas adornada con un friso y también sobre tres ménsulas de hierro, decoradas con volutas al igual que el antepecho de rejas; sobre estos vanos adintelados destacan sendos guardapolvos de madera de gran vuelo y de perfil muy recortado en formas sinuosas. En el centro de la planta baja se abre la puerta de acceso, adintelada y con moldura plana, cuya clave está resaltada; a cada lado se encuentra dos miradores enrejados que se cubren con unos originales tejadillos abombados y de forma conopial, decorados con un pequeño friso en la parte baja.

El edificio municipal Rafael Alberti representa un singular ejemplo de la arquitectura modernista, poco frecuente en la población. Consta de dos plantas y su paramento está decorado con molduras que imitan sillares y una gran cornisa de varias fajas da paso al pretil de la azotea macizo, en el que destacan una serie de relieves en forma de estrellas. Este pretil está coronado por varios pináculos esféricos con un pequeño saliente picudo.

En su planta baja se abren a cada extremo sendas ventanas adinteladas con los vanos decorados con finas baquetillas y cuyos antepechos lucen una bonita tracería a base de arcos entrelazados. En el centro se encuentra la puerta de acceso con el vano adornado con una moldura de piedra; con arco de medio punto con su clave e impostas resaltadas. En la planta alta, separada de la primera por una fina cornisa, se hallan a cada extremo dos ventanas del mismo estilo que las de la planta baja y un balcón central con el antepecho similar al de las ventanas y cuyo voladizo se apoya en dos ménsulas decoradas con finas molduritas.

El Teatro Juan Luis Galiardo.
El Teatro Juan Luis Galiardo.

Varias de estas casonas poseen en su interior elegantes patios columnados, con arcadas con arcos de medio punto apoyados sobre columnas de orden toscano, a los que se accede desde la puerta de entrada por un zaguán, muchas veces decorado con zócalos de azulejos vidriados policromados, separado del patio por una puerta con arco de medio punto que se cierra con unas artísticas cancelas de hierro forjado, con bonitos diseños. Las cuidadas plantas de interior no pueden faltar en estos recintos.

En esta calle se construyó el museo arqueológico sobre Carteya; un edificio racionalista y vanguardista, con dos cuerpos, uno con paramentos blancos y un porche con una pilastra cilíndrica y el otro, con ventanas y un tejado a dos aguas y cornisa. Desgraciadamente, la historia de ese espacio urbano es más larga y triste, pues allí existía desde el siglo XVIII la capilla de San Felipe Neri, que fue despiadadamente arrasada en los años 60 para construir una especie de Museo-panteón dedicado a la reivindicación de Gibraltar, con un bajorrelieve al parecer de Ortega Bru y sobre un alto pedestal, la desafiante escultura exenta de un león, obra del famoso Juan Cristóbal. 

Allí estuvo la sede del primer museo de San Roque, atesoró notables piezas de Carteya, procedentes de las excavaciones que aquel gran arqueólogo, Julio Martínez Santa-Olalla, había realizado en la ciudad romana de Carteia, e incluso el producto de su última excavación, almacenado en cajas y aún a medio clasificar. También había una extensa colección sobre Gibraltar con numerosos paneles con reproducción de elementos históricos. Con el tiempo, la exposición se cerró y se convirtió en un “totum revolutum”, un verdadero cajón de sastre donde el ayuntamiento almacenaba todo género de objetos de cierto valor, pero que no sabía bien qué hacer con ellos. Todo estuvo a punto de perderse por incendio, cuando unos exaltados se introdujeron una noche para quemar ciertas banderas que no eran de su ideología. Afortunadamente esa situación se solucionó cuando en 1984 una concejal muy competente, Elvira Castilla del Pino, contrató a un equipo de expertos que salvaron el material de interés, clasificándolo, restaurándolo y montándolo en un nuevo museo, esta vez en la misma calle, en el centro cultural Rafael Alberti. Pero esto es otra historia. El caso es que el museo-panteón de San Felipe fue también despiadadamente destruido para dejar espacio al actual museo monográfico de Carteia, que dada la tradición, es de temer sea destruido también despiadadamente dentro de unas décadas.  

Interior del Teatro Juan Luis Galiardo (visto desde el escenario).
Interior del Teatro Juan Luis Galiardo (visto desde el escenario).

En la plaza de Andalucía se levanta un caserón de dos plantas con tejado de tejas árabes y en cuya planta baja se abren gran cantidad de vanos, unos son ventanas adinteladas y otros, puertas con arcos de medio punto con molduras; en la planta alta abundan las ventanas adinteladas simples y hay también dos balcones con antepechos de rejas , cuyos voladizos se apoyan en dos ménsulas; también sobresalen dos miradores de madera y vidrios, con tejadillos de tejas, con el mismo tipo de antepechos y voladizos. Las aristas del edificio están reforzadas con sillares de piedra. 

Para concluir este trabajo, en primer lugar, he de mencionar como ejemplo de la elegante y austera arquitectura castrense decimonónica los tres pabellones que se conservan del cuartel de Infantería Pavía 19 Diego Salinas, demolida su fachada a comienzos del presente siglo. Adquirido por el Ayuntamiento, se restaura y el pabellón central se destina a sede de la Casa Consistorial, colocándose un reloj en el óculo de su hastial triangular que corona la fachada. Son tres monumentales edificios, de tres plantas, en cuyas fachadas se abren una serie de ventanas y balcones adintelados, adornados con molduras planas; los balcones poseen unos pretiles formados por artísticos balaustres. Unos hastiales, con un óculo en su centro y molduras perimetrales, coronan las fachadas.

Interior del Teatro Juan Luis Galiardo (Visto desde el público).
Interior del Teatro Juan Luis Galiardo (Visto desde el público).

En segundo lugar, cabe señalar el edificio del teatro Juan Luis Galiardo, en la Alameda de Alfonso XI, como muestra de la arquitectura funcional racionalista. Su fachada presenta un paramento en el que se abre la puerta de entrada retranqueada, a la que se accede por unas escaleras. A la derecha se encuentran unas cristaleras cubiertas por un tejado inclinado a un agua.

En esta alameda, a finales de los años cincuenta o principios de los sesenta del pasado siglo se levantaron unos bloques de pisos, cuya arquitectura refleja el gusto por una arquitectura de estilo bastante robusto propio de aquella época; ya en la década siguiente se construyeron un bloque de varios pisos, ejemplo de la arquitectura funcional.

En este reportaje no he pretendido más que realizar una visión general de la arquitectura sanroqueña, destacando varios edificios singulares. 

Juan Carlos Martín Matilla es licenciado en Filología, vocal de Patrimonio de la Asociación Cultural La Trocha y miembro de la Sección 2ª Arqueología, Etnología, Patrimonio y Arquitectura del Instituto de Estudios Campogibraltareños.

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