LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CXXXVII)

La absorción del cuerpo de Carabineros (XXXIX)

  • La Comandancia de Algeciras era, después de la Comandancia de Barcelona, la segunda de España con mayor número de personal

  • Al proclamarse la Segunda República, Gibraltar era el principal quebradero de cabeza para la Hacienda española en materia de contrabando

Emblema de Carabineros durante la Segunda República aprobado el 21 de mayo de 1931 (Colección Legislativa del Ejército, 1931).

Emblema de Carabineros durante la Segunda República aprobado el 21 de mayo de 1931 (Colección Legislativa del Ejército, 1931).

Al inicio de 1931 el Cuerpo de Carabineros contaba con una plantilla total presupuestaria de 16.129 efectivos. Además de sus 4 oficiales generales, incluido el director general, había 171 jefes, 598 oficiales, una fuerza de 15.292 hombres (14.482 de infantería, 350 de caballería y 460 de mar) así como 33 maestros armeros y 64 matronas.

Territorialmente estaba organizado en 14 subinspecciones, mandadas por coroneles y 32 comandancias mandadas por tenientes coroneles. No todas las provincias eran residencia de una jefatura de Comandancia pues en algunos casos dicha unidad territorial tenía por demarcación más de una provincia.

Sin embargo, en el caso de las provincias de Cádiz y Málaga ocurría lo contrario que en el resto de España. Cada una tenía dos comandancias de Carabineros. Las de Cádiz y Algeciras desde 1878 por un lado, constituyendo en 1931 la 6ª Subinspección, y las de Málaga y Estepona desde 1889 por otro lado, integrando la 5ª Subinspección. La razón de tal excepcionalidad era combatir con mayor eficacia y eficiencia el contrabando procedente de la colonia británica de Gibraltar y que bien por vía terrestre o marítima se introducía en el estado español.

En la provincia de Cádiz, según el “Escalafón General de los Señores Jefes y Oficiales del Cuerpo de Carabineros”, correspondiente a 1º de enero de 1931 y publicado en su imprenta de Madrid, había entre ambas comandancias una plantilla que contabilizaba un total de 1.518 efectivos (706 en la de Cádiz y 812 en la de Algeciras). En la provincia de Málaga dicha cifra era de 1.180 efectivos (652 en la de Málaga y 528 en la de Estepona).

La Comandancia de Algeciras era por lo tanto, después de la Comandancia de Barcelona que tenía 813 efectivos, es decir, tan sólo uno más, la segunda de España con mayor número de personal. Ello puede dar idea de la trascendencia que tenía en el Campo de Gibraltar el contrabando procedente del Peñón. Y si se le añadieran los 528 efectivos citados de la Comandancia de Estepona, creada específicamente para el mismo fin que la de Algeciras, podría afirmarse con absoluta rotundidad que la colonia británica, al proclamarse la Segunda República, era el principal quebradero de cabeza para la Hacienda española en materia de contrabando.

La plantilla de la Comandancia de Algeciras estaba compuesta por 1 teniente coronel, 2 comandantes, 6 capitanes, 12 tenientes, 7 alféreces, una fuerza de 727 efectivos de infantería (6 suboficiales, 41 sargentos, 44 cabos, 1 cabo de cornetas, 17 cornetas, 37 carabineros de 1ª clase y 581 de 2ª), una fuerza de 25 de caballería (2 sargentos, 2 cabos, 1 trompeta, 2 carabineros de 1ª clase y 18 de 2ª), una fuerza de 15 de mar (1 sargento, 1 carabinero de 1ª clase y 13 de 2ª), así como un maestro armero y 16 matronas.

En relación a estas últimas mencionar que venían prestando servicio conforme a las instrucciones dictadas en una orden fechada el 13 de agosto de 1921, siendo su misión principal la del reconocimiento corporal en los recintos aduaneros a personas de su mismo sexo. Resulta muy significativo que de 64 mujeres que tenía la plantilla a nivel nacional, 16, es decir, el 25%, estuvieran destinadas en el Campo de Gibraltar y que casi práctica totalidad de ellas prestase servicio en la aduana de La Línea de la Concepción.

Ello ponía una vez más de relieve la importancia que tenían los filtros que se establecían en el paso de la “Verja” para evitar la entrada por dicho punto de géneros de contrabando procedentes de la colonia británica, adosados al cuerpo u ocultos bajo la ropa de las transeúntes. Aunque dicha modalidad ilícita se daba también entre los hombres era superior su práctica entre mujeres.

Por otra parte, también hay que significar que en las cifras de la Comandancia de Algeciras no se ha contabilizado al personal de la denominada “Compañía de África”, que estaba encuadrado administrativamente en la misma. Dicha unidad estaba constituida por 92 efectivos (1 capitán, 2 tenientes, 3 sargentos, 6 cabos, 2 cornetas, 4 carabineros de 1ª clase y 64 carabineros de 2ª de infantería, 5 carabineros de 2ª de caballería así como 1 sargento y 4 carabineros de 2ª clase de mar). Con cabecera en la ciudad de Ceuta estaba a su frente el capitán José de Angulo Vázquez. Sus dos secciones tenían a sus tenientes en dicha ciudad y en la de Melilla, tratándose de Manuel Riaza Marina y de Rafael Sainz Gutiérrez, respectivamente.

Respecto al teniente Riaza hay que recordar que cuando estuvo destinado anteriormente en la ciudad de Algeciras, al frente de la sección que prestaba el servicio de resguardo en la aduana de su puerto, había culminado un hecho notorio que tuvo gran repercusión en la prensa de época. Sirva como ejemplo que el diario La Correspondencia Militar, correspondiente al 12 de diciembre de 1927, en su portada publicaba la fotografía del joven oficial y relataba extensamente el importante servicio practicado con la falúa “General Cosidó”, cuya tripulación estaba compuesta por carabineros de mar.

En su detallada crónica podía leerse: “Habiendo tenido noticias dicho oficial de que varios botes de pesca del poblado de Palmones, habíanse construido finos secretos, en los que introducían cantidades de tabaco de Gibraltar, concibió el proyecto de descubrir aquéllos a todo trance. Y después de obtener la venia del prestigioso y activo jefe de la Comandancia, don Alfredo Zapata Crespo, se lanzó a la empresa de hacer una redada, como él denomina a este fruto de sus actividades y entusiasmos por el servicio.

Para conseguirlo, salió con la falúa antes citada a hacer un recorrido por la bahía, acompañándoles en el mismo el cabo Basilio Mondéjar Pérez y marinos Fernando Domínguez González, José Ortega Ortega, Francisco Benítez Sena y José Vázquez Gil. Después de varias maniobras y penosos trabajos de reconocimiento de embarcaciones en el mar, no exentos de peligro y responsabilidades, logró descubrir en tres de las embarcaciones reconocidas, secretos con tabaco de contrabando, en cantidad de 46,500 kilogramos, entre las tablas de aforo y la tapa de regala, y efectuar la aprehensión de dichas embarcaciones con ocho reos, que luego condujo al puerto para los efectos prevenidos en la ley de contrabando”.

Cuando el 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República y Alfonso XIII había partido ya para el exilio, el Cuerpo de Carabineros al igual que ocurrió con el de la Guardia Civil, el Ejército y la Marina de Guerra, acataron el nuevo régimen.

Inmediatamente, por orden circular dictada tan solo dos días más tarde, comenzaron una serie de modificaciones en uniformes, emblemas, material y atributos militares para que desapareciesen todas las insignias reales y representaciones de la monarquía.

Respecto al emblema de Carabineros se dispuso por orden circular de 21 de mayo siguiente su sustitución por uno nuevo al igual que había ocurrido el día anterior con el de la Guardia Civil.

A propuesta del director general de Carabineros, se aprobó que el nuevo emblema estaría constituido por dos carabinas cruzadas sobre un sol radiante situado en el centro.

(Continuará).

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios