Nutrición y dietética

¿Es realmente más sano el yogur helado? Esto dicen los expertos

¿Es realmente más sano el yogur helado? Esto dicen los expertos

¿Es realmente más sano el yogur helado? Esto dicen los expertos

El verano ha aterrizado de pleno en nuestras vidas, con todos sus componentes. Y como todo lo amado, hay que aceptarlo con sus cosas buenas y malas, así como adaptarse a los cambios que trae consigo. Entre ellos, los nuevos horarios, los cambios de rutinas y, con ello, la alimentación. Los excesos forman parte de este período, aunque también se buscan alternativas fresquitas y ligeras para combatir la sensación de pesadez que nos dejan las altas temperaturas. En este sentido, el helado es uno de los clásicos veraniegos, diríamos sin excepción. Sin embargo, muchos de ellos son calóricos, cargados de azúcares y con pocos nutrientes que merezcan la pena. En la búsqueda de sustitutos dignos, hay una opción que está ganado adeptos y buena fama: el yogur helado.  Son ricos, cremosos, frescos y apetecibles. Pero, ¿es realmente tan saludable como lo venden?, ¿es una alternativa saludable real? 

Su vínculo con los lácteos y la buena reputación de la que goza el helado como postre apetecible y saludable, le generó un halo de seguridad y buen aliado en las dietas. Pero realmente están muy lejos de los beneficios de los yogures naturales y, también, de ser notablemente más nutritivos que los helados. Realmente, se trata más bien de un helado de yogur, con todo lo que ello conlleva: un mayor porcentaje de azúcar y de grasas saturadas que un yogur natural.

El triple de calorías

Mientras que 100 gramos de un yogur natural aportan 57 kilocalorías, 100 gramos de yogur helado contienen 159 kilocalorías, es decir, casi el triple. El mayor aporte calórico se justifica porque el yogur helado tiene cinco veces más cantidad de azúcar y el doble de grasa total.

Es más, si la comparativa la hacemos con un yogur azucarado, las diferencias continúan siendo notables. El primero aporta 86 kilocalorías por 100 gramos, casi la mitad de la energía que presenta el yogur helado. Esto es así porque mientras que el contenido en azúcar en el yogur helado es del 24%, en el yogur natural azucarado es del 13,7%. Todo ello sin contar los toppings que se le suelen añadir como frutos secos caramelizados, galletas crujientes, sirope de chocolate, dulce de leche o caramelo.

¿En cuanto al calcio?  Uno de los estandartes del yogur helado es la aportación de calcio. Al menos este es uno de los aspectos que más destacan en la campaña publicitaria. El yogur helado mantiene los niveles de calcio de la leche de vaca, es decir 120 mg. por 100 gr.  

Por otro lado, los probióticos adicionales que añaden algunas marcas para suplantar las bacterias beneficiosas para el organismo que mata el proceso de congelación, pueden llegar a ser una de sus ventajas. Por ejemplo, para los intolerantes a la lactosa (que podrán digerirlo). Sin embargo, eso sigue sin hacerlos más beneficiosos o saludables.  Eso sí, si no se deja el yogur helado demasiado tiempo fuera del congelador y se respeta la fecha de caducidad el aporte de probióticos es comparable al de un yogur normal y mantiene todos sus efectos beneficiosos.

Y, por último,  el hecho de que en el mercado es posible encontrar variedades de yogures helados con el reclamo 'bajo en grasas', la Universidad de Salud Pública de Harvard señala que no son opciones más saludables que las versiones estándar, porque su contenido en azúcar es ''muy alto''. Una excepción a esta consideración serían los yogures helados elaborados con edulcorantes bajos en calorías, aunque existen dudas en el ámbito científico sobre si estos edulcorantes, cuyo poder dulce es muy elevado, podrían alterar las preferencias alimentarias de la población que los toma a menudo.

En definitiva, podemos decir que depende del prisma, esta revolución helada podría ser un sustituto a nuestro helado tradicional. Más si hablamos de aquellos cargados de calorías y azúcares. Si miramos el aporte el probióticos o calcio, en algunos casos, podríamos decir que sí que lo es. Sin embargo, los azúcares y las grasas, si tu intención es adelgazar o mantener la línea, digamos que no difieren mucho de una tarrina de toda la vida. 

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