Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

La Junta de Andalucía, ausente del Tratado sobre Gibraltar

El Gobierno de Juanma Moreno no participa ni directa ni indirectamente en las negociaciones entre España, Reino Unido y la UE pese a que el Estatuto de Autonomía abre la puerta para ello Estatuto de Autonomía de Andalucía de 2007

Vista del peñón de Gibraltar y La Línea, desde Sierra Carbonera.

Vista del peñón de Gibraltar y La Línea, desde Sierra Carbonera. / Erasmo Fenoy

Está de gira esta semana el presidente de la Junta de Andalucía, en Dubai, con ocasión de la Conferencia de la ONU sobre el Clima, la COP28. Ni Juanma Moreno ni los dos consejeros que le acompañan participan en las reuniones clave de esta cumbre, aunque todos ellos mantendrán entrevistas con otros dirigentes políticos y empresariales y tratarán de colar en la agenda que la COP31 (la 29 y 30 ya están adjudicadas) se celebre en 2026 en suelo andaluz, en rivalidad con Australia. Esta visita, con la que Moreno proyecta a Andalucía en el exterior -y de paso, su imagen personal- está amparada por nuestro Estatuto de Autonomía, que dedica un capítulo íntegro a la “acción exterior” de la Junta de Andalucía.

Más allá de Dubai, nuestra comunidad autónoma, por su situación geográfica y su recorrido histórico, está vinculada de forma especial a países vecinos con cuyos representantes trata de mantener unas relaciones fluidas. Algeciras, sin ir más lejos y donde viven alrededor de 10.000 ciudadanos de Marruecos, acoge una sede consular de ese país y, en la provincia de Huelva, el tránsito de personas y vehículos a y desde Portugal es continuo. La Junta de Andalucía, en ambos casos, está implicada en alentar las relaciones bilaterales, como lo demuestran las frecuentes visitas oficiales de los presidentes andaluces a Rabat o la existencia, desde 2010, de una euroregión formada por Andalucía, el Algarve y el Alentejo que fomenta las relaciones transfronterizas en la esquina noroeste peninsular.

Artículo 142: “La Junta de Andalucía participará en los organismos internacionales en asuntos de singular relevancia para la Comunidad Autónoma, en el seno de la delegación española”

Gibraltar es capítulo aparte para el Gobierno autonómico, pero no debiera ser así, no solo por razones de vecindad, sino también competenciales. Las negociaciones que desde hace más de dos años se vienen desarrollando entre España, la UE y Reino Unido en torno a las relaciones futuras del Peñón con la UE atañen a la Junta en tanto en cuanto en ese diálogo se abordan asuntos sobre los que Andalucía tiene mucho qué decir.

Lo que reza en el Estatuto

El Estatuto de Andalucía deja una puerta abierta para que la Junta de Andalucía esté presente en ese diálogo. El artículo 240, bajo el epígrafe de “Tratados y convenios”, indica en su punto 1: “La Junta de Andalucía será previamente informada por el Estado de los actos de celebración de aquellos tratados y convenios internacionales que afecten directa y singularmente a materias de su competencia. Una vez recibida la información emitirá, en su caso, su parecer y podrá dirigir al Estado las observaciones que estime pertinentes”. Y en su punto 2 añade: “Cuando se trate de tratados y convenios que afecten directa y singularmente a la Comunidad Autónoma, la Junta de Andalucía podrá solicitar su participación en las delegaciones negociadoras”. El 242, sobre “Participación en organismos internacionales”, añade más contenido al respecto: “La Junta de Andalucía participará en los organismos internacionales en asuntos de singular relevancia para la Comunidad Autónoma, en el seno de la delegación española. Podrá hacerlo directamente cuando así lo permita la normativa estatal”.

Un ejemplo de esa "singular relevancia" puede ser el medio ambiente, cuestión en la que la administración andaluza ejerce competencias en materia de controles y sanciones. Gibraltar comparte espacio físico con el Campo de Gibraltar y todo lo que se está negociando en torno a la depuración de aguas, las emisiones atmosféricas o los vertidos a la bahía afectan tanto a los llanitos como a los campogibraltereños. ¿Si hay acuerdo, seguirá el Peñón sin responsabilizarse de quitar de nuestras playas las galletas de chapapote provocadas por sus vertidos? 

Otro aspecto es el de los impuestos especiales que gravan la venta de tabaco, de bebidas alcohólicas y de combustibles y cuya recaudación, en un 58%, va a parar las arcas de la Junta. ¿Qué repercusión tendría en los ingresos de Andalucía la apertura total de la Verja si Gibraltar mantiene un diferencial impositivo más bajo? 

Hay más ejemplos, pero a todo ello se añade un factor, llamémosle político, de pura analogía: si Gibraltar está presente con voz propia en las conversaciones como parte de la delegación de Reino Unido, Andalucía también debería figurar en ese foro.

Si Gibraltar está presente con voz propia en las conversaciones como parte de la delegación de Reino Unido, Andalucía también debería figurar en ese foro

Por si nos quedan dudas, seamos perversos y demos por unos segundos la vuelta al mapa peninsular: imaginemos que son Cataluña o País Vasco, no Andalucía, las comunidades sureñas vecinas de Gibraltar. ¿Alguien cree que los representantes de la Generalitat o la Lehendakaritza no estarían hoy presentes en la mesa de diálogo sobre el Gibrexit? Estarían, por supuesto... hasta en la sopa. 

Si nuestros representantes autonómicos proclaman y reiteran estos días tan próximos al 4-D, de banderas verdes y blancas al viento, que no desean que Andalucía sea más, pero tampoco menos, que ningún otro territorio de España, bien podrían estar atentos y dar un pasito adelante en todo lo tocante a la colonia británica. A corto plazo nos jugamos muchísimo, más que en Dubai.

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