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Parece haber hecho fortuna la asociación entre dos palabras, en principio tan contradictorias, como “mafia” y “política”. Hasta los propios políticos esgrimen tan aberrante alianza como arma arrojadiza para calificar a sus contrincantes. Sin embargo, somos muchos los que no llegamos a ver con claridad las similitudes entre la grey política y los mafiosos de película que son, al fin y al cabo, los únicos que (la mayoría) conocemos. Si bien ambas entidades se definen por los mismos principios: amoralidad, falta de escrúpulos y el fin como justificante de cualesquiera medios, no se parecen en nada en cuanto a estructura, comportamiento y modus operandi.
En las tres partes de El padrino los espectadores quedamos impresionados por la inteligencia y la astucia de los capos: desde Vito Corleone (Marlon Brando-Robert de Niro) a Vincent Mancini (Andy García) pasando por Michael (Al Pacino), todos son, a su manera, hombres de honor que, aunque despiadados y capaces de los más atroces crímenes, conservan intactos sus valores familiares, tienen un respeto absoluto por la verdad y son implacables con la mentira y la traición.
En cambio, sus imitadores políticos son en su mayoría gente zafia que se deja llevar por instintos primarios y a los que ponen fácilmente en evidencia su gusto tabernario por los placeres carnales, las bacanales o las sustancias psicotrópicas. La falta de seriedad y la golfería de los eslabones intermedios de estas camarillas han facilitado que los ciudadanos hayamos conocido sus chanchullos y tejemanejes. No existe entre esos artistas ningún Tom Hagen (Robert Duvall), abogado consigliere de la familia Corleone que maneja con exquisita delicadeza los vidriosos negocios del clan. Recuérdese como con gran sutileza le sugiere al traidor Frank Pentangeli (Frankie cinco ángeles) que se suicide con la dignidad los patricios del Imperio Romano y así su familia sería respetada. Quizá los únicos que guardan similitud con el mundo de la mafia sean los guardias civiles del grupo UCO que, como Los intocables de Eliot Ness forman un cuerpo independiente que hace frente a la corrupción política y judicial defendiendo la ley. ¡Ojalá tengan tanto éxito como los chicos de Kevin Costner!
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