
La esquina
José Aguilar
Por qué no acaba la corrupción
Que la sanidad en esta bendita tierra funciona regular no es una noticia que coja a nadie por sorpresa, por desgracia. Las quejas y reclamaciones son infinitas y los resultados... escasos, por ser generosos.
Este caso es personal, pero creo que representa bastante bien la situación que vive nuestra sanidad. En noviembre de 2023, la cirujana del Hospital Punta Europa de Algeciras me puso en lista de espera para una operación (nada grave, pero ahí estaba). Por supuesto, el margen de confianza establecido es de 180 días. No había casi terminado de vestirme después de que me explorara cuando me dijeron: “Si pasa la fecha, pon reclamaciones. Así funciona esto”.
Las expectativas que me dieron no eran especialmente halagüeñas, pero son una buena muestra de lo asumido que tienen los propios trabajadores que el sistema no da más de sí.
A esto se suma que, si acudes a poner una reclamación, el personal de atención al usuario te dice que, como es una lista y ya estás inscrito, poner una reclamación “no sirve de nada”. Lo peor de todo es que tienen razón.
¿Cómo acaba todo esto? Por suerte, con la operación hecha, pero por la privada y pagando un seguro médico para evitar un empeoramiento de la situación. Todo después de esperar año y medio a ver si el SAS se acordaba de mí (lo hizo, pero cuando ya estaba operado y de vuelta al trabajo).
Miles de andaluces abarrotan las listas de espera y muchos se ven abocados a recurrir a seguros privados o pagarse su propia operación si no quieren que su mal se empeore aún más. Mientras esto pasa, quienes lo gestionan prefieren pagar a hospitales privados para derivar operaciones y pruebas, en vez de mejorar las condiciones de aquellos que velan por nuestra salud y aumentar las contrataciones. Una falsa sensación de elegir entre esperar a que la pública te derive a la privada o tener que recurrir a ella pagando.
Por desgracia, esta situación la he vivido con amigos, familiares y compañeros de trabajo. ¿Lo peor? Que no se vislumbra una solución, sino todo lo contrario. Resulta triste que nos obliguen a normalizar que el período de “garantía” para una operación en Andalucía y el tiempo que tardan en citarnos se parezcan lo que un huevo a una castaña.
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