Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

La hora de Bacinete

El IECG ha denunciado el atentado al conjunto rupreste, ha propuesto soluciones y esbozado un proyecto

Los actos vandálicos de los que ha sido objeto el yacimiento rupestre de Bacinete en las últimas semanas han puesto en evidencia el escaso interés que las administraciones han mostrado hasta ahora por la conservación de este valioso conjunto localizado en el Parque Natural de los Alcornocales. El acceso a la zona es completamente libre pese a estar ubicado en una finca privada. Al menos hasta hace unos meses, la valla perimetral que lo delimita se podía superar fácilmente gracias a dos escaleras de troncos, cada una a un lado, por las que subían y bajaban los excursionistas. Tras andar unas decenas de metros entre reses mansas en un campo minado de boñigas, se llega al conjunto donde se pueden contemplar las pinturas prehistóricas sobre las rocas: una vieja reja, ahora forzada y por donde cabe una persona, y un raído panel explicativo colocado por la Junta junto al abrigo principal son los únicos vestigios de oficialidad que se pueden apreciar en ese espacio. Solo cabe encomendarse al civismo de los visitantes y rezar lo que se tenga a mano para que un patrimonio que durante ocho mil años se ha mantenido a salvo a plena intemperie no desaparezca en unos segundos, a martillazos de imbéciles del S.XXI.

El Instituto de Estudios Campo Gibraltareños (IECG) ha sido el encargado no solo de denunciar el atentado a la cultura y la historia que suponen los daños sufridos por estas pinturas, sino de proponer soluciones viables y sensatas para su conservación. Y más allá, también de esbozar un proyecto para dar a conocer su importancia con la puesta en marcha, entre otras medidas, de un centro de interpretación del arte rupestre en las inmediaciones. Les recomiendo, a propósito, la lectura de la tribuna que unas páginas más adelante publicamos de Cibeles Fernández Gallego, arqueóloga del Ayuntamiento de Los Barrios y miembro del IECG, una institución merecedora de mejores y mayores reconocimientos institucionales que los que ha tenido hasta el momento por su gran labor de divulgación científica y por la publicación de joyas del ámbito intelectual como la revista Almoraima.

Los relevos al frente de las instituciones suelen traer consigo impulsos -por lo general, positivos- y la ruptura de dinámicas guiadas por aquello del inveterado "esto siempre se ha hecho así". Los nuevos responsables de la Junta de Andalucía deben asumir ese papel de cambio en relación a Bacinete y hacer una apuesta por la cultura de la comarca como seña de identidad de sus habitantes. Las primeras obligaciones, no obstante, comienzan por nosotros mismos. No podemos esperar que otros reconozcan la riqueza de esta tierra si tratamos nuestro patrimonio tal cual hemos venido haciendo hasta ahora con esta Altamira sureña.

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